- La idea del empresario Elon Musk de cobrar por la insignia azul generó una ola de impostores que, tras pagar la suscripción, se hicieron pasar por varias compañías y figuras públicas. Esto llevó a suspender temporalmente el servicio de Twitter Blue, mientras algunas de las empresas reportan pérdidas millonarias
Twitter Blue, la idea del billonario Elon Musk para concretar una versión premium de la red social, parece no haber dado el resultado que esperaba. Su plan de otorgar la famosa insignia azul de verificado a cualquier usuario por una suscripción de 8 dólares al mes resultó en una ola de cuentas falsas y parodias que aprovecharon la marca para hacer todo tipo de bromas.
Ya en el pasado, este tipo de cuentas que imitaban a empresas o figuras públicas resultaban un grave problema para la plataforma, al ser una enorme fuente de malentendidos y desinformación. Ahora, resulta mucho más fácil engañar a cualquier persona que se confíe al ver el check azul en el nombre.
En una semana que tiene el servicio desde su implementación, apareció una cuenta de Pepsi en la que afirmaba que su competencia, Coca-Cola, era mejor. También una de Nestlé revelando que robaban el agua de la población para luego venderla, e incluso una de Nintendo en la que se publicaba una imagen de su mascota, Mario, enseñando el dedo medio. Incluso las propias empresas de Musk como SpaceX, que tuiteó que cambiaría sus misiones especiales por proyectos de agricultura sostenible. “No podemos mirar a otros planetas para resolver nuestros problemas aquí”.
Caída en la bolsa
Hasta ahora, muchos de estos casos de suplantación de identidad habían sido bromas que, si bien pusieron en aprietos a sus involucrados, no tuvieron mayores repercusiones. El verdadero problema ocurrió el 11 de noviembre, cuando se desplomaron las acciones en Wall Street de Eli Lilly and Company, una de las farmacéuticas más grandes del mundo.
Al parecer, una persona se hizo pasar por la cuenta oficial de la empresa utilizando una marca de verificación pagada. A modo de broma, publicó que a partir de ahora la insulina sería gratuita. Muchos usuarios creyeron que se trataba de un anuncio real, incluyendo varios inversionistas. En cuestión de horas su valor en la bolsa cayó un 4 %, con pérdidas de 14.000 millones de dólares, y que afectaron también a otros productores de insulina como Novo Nordisk y Sanofi.
Pero la farmacéutica no ha sido la única afectada por los trolls de Internet. La multinacional Lockheed Martin, dedicada a la industria militar y aeroespacial, también sufrió una usurpación de identidad en Twitter. En este caso, la cuenta falsa informó que la empresa dejaría de fabricar armas para Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita, tres de sus principales mercados. Al cierre de la jornada del viernes 11 de noviembre en Wall Street, las acciones de Lockheed Martin ya se habían desplomado en un 5,48 %.
Servicio suspendido
Diferentes medios de comunicación como Fortune y Los Angeles Times han reportado que desde el 11 de noviembre el servicio de Twitter Blue se encuentra temporalmente suspendido. Aunque ni la plataforma ni Elon Musk lo han confirmado oficialmente, el servicio de suscripción para obtener la insignia azul dejó de estar disponible poco después de los incidentes de Eli Lilly y Lockheed Martin.
Uno de ellos fue la creación de la insignia gris, que aparecía debajo del nombre de la cuenta con la inscripción “Oficial”. Sin embargo, la idea se descartó pocos días después entre críticas por ser exactamente igual a la insignia azul y no ser realmente útil para distinguir una cuenta real de una falsa. “Tengan en cuenta que Twitter hará un montón de cosas tontas en los próximos meses. Dejaremos lo que funciona y cambiaremos lo que no”, escribió Musk.
Sin embargo, ante la contingencia por devolver la confianza a las empresas y anunciantes, la plataforma reactivó la marca gris. Por el momento, se está utilizando para identificar a instituciones gubernamentales y algunos medios de comunicación como Univisión o DW.
Búsqueda implacable
La mayoría de las cuentas de impostores fueron suspendidas poco después de hacerse virales. Aunque en algunos casos como el de Eli Lilly, sus mensajes duraron horas siendo compartidos hasta que el equipo de Twitter los borró. A pesar de que Musk aseguró que mejoraría el sistema de moderación de contenidos de la plataforma, resulta una tarea complicada luego de despedir a más del 50 % de su personal.
Antes de entrar en vigencia Twitter Blue, ya habían surgido cuentas que suplantaron al propio Musk. Una de ellas fue la comediante estadounidense Kathy Griffin. Simplemente cambió su nombre por el del empresario y utilizó el verificado que ya tenía para demostrar que era mala idea darle a cualquier persona una insignia azul. Su cuenta fue suspendida, al igual que la de otros cientos de usuarios que también se hicieron pasar por él. El 7 de noviembre, Musk dijo que tomaría medidas más severas contra aquellos que incurran en suplantación de identidad, incluso con fines cómicos.
“En el futuro, cualquier usuario de Twitter que participe en suplantación de identidad sin especificar claramente que es parodia se suspenderá de forma permanente”, escribió. Indicó que las cuentas deberán tener la aclaración explícitamente en su nombre y no solo en su descripción. Igualmente, indicó que cualquier cambio de nombre podría ameritar la suspensión temporal del check de verificado para los usuarios de Twitter Blue.
“Anteriormente emitíamos una advertencia antes de la suspensión, pero ahora que estamos implementando una verificación generalizada, no habrá ninguna advertencia. Esto se identificará claramente como una condición para registrarse”, dijo. Aunque claramente, esto no se cumplió.
¿Para qué es el verificado?
Antes de los anuncios de Musk, Twitter era selectivo al otorgar su insignia azul. Cuando la red social comenzó a ganar popularidad, el verificado se creó como un mecanismo para identificar la cuenta oficial de una figura pública, distinguiéndose de cualquier otra con el mismo nombre.
Tener una verificación de cuenta va más allá del número de seguidores, y no es exclusivo para celebridades. De hecho, es con frecuencia utilizada también por periodistas, activistas sociales o personas vinculadas a diferentes instituciones públicas u organizaciones no gubernamentales. De acuerdo con la propia plataforma, los tres requisitos fundamentales son que la cuenta sea auténtica, relevante y activa.
El proceso, aunque sencillo, requiere comprobar que el usuario es legítimo, además de demostrar la pertinencia de la cuenta. El equipo de Twitter se encarga entonces de revisar y aprobar la solicitud si considera que cumple con todos los requerimientos. De hecho, la página deja en claro que no son elegibles cuentas parodia, fan pages, personajes ficticios o mascotas, así como personas que incumplan con las políticas de Twitter.