• Hace dos años que Geraldine y Samaira se convirtieron en madres y desde entonces buscan comunicar un mensaje de respeto e igualdad hacia las familias diversas. Imagen principal: Espacio Foto/El Diario

Geraldine Trujillo y Samaira Lynn describen su perfil de Instagram Moom Family como su declaración de amor. Allí muestran el proceso que siguieron para poder convertirse en madres y ahora sus experiencias en la crianza de su hija. 

Ambas tienen 32 años de edad, se conocieron cuando estudiaban la carrera de Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Narraron que ninguna de ellas había tenido una relación de pareja con otra mujer, pero la química que lograron luego de conocerse y finalmente el amor las ha ayudado a mantenerse juntas por 14 años. 

Geraldine describió los primeros años de su relación como una montaña rusa, porque si bien ellas se sentían cómodas juntas, existía temor sobre cómo verían su decisión sus familias. 

Al principio no nos aceptaron, fue un proceso bien largo, ahorita no lo vemos tan largo porque ha pasado muchísimo tiempo, pero cuando lo estábamos viviendo fue bien difícil”, explicó para El Diario. 

Aseguró que la universidad fue el lugar seguro que encontraron para poder conocerse, descubrir sus intereses en común y lo que realmente querían para sus vidas y futuros. 

La importancia del apoyo familiar 

Samaira comentó que su familia descubrió rápidamente que ambas tenían una relación, en principio los parientes quisieron darles a entender que atravesaban una etapa o que lo que las atraía era la emoción de verse a escondidas. 

Sugirió que en sus primeros años de relación actuó con inmadurez y mucho temor, porque no había tenido ninguna referencia de parejas homosexuales cercanas, mucho menos que hayan formado una familia. Con los años descubrió que en su entorno sí existían esas personas, algunos eran familiares y otros amigos de sus padres, solo que ese fue un tema que no tocaron con ella en su infancia y adolescencia. 

Cuando faltaba poco tiempo para que terminaran la carrera, el papá de Samaira decidió aceptar la relación y apoyarlas. Comenzó a salir con ellas a paseos y esa situación permitió que ambas familias se abrieran más a entender lo que estaban viviendo. 

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“Después de eso siento que las demás personas como mi mamá y la mamá de Geraldine empiezan a ceder porque ven que estaba pasando más tiempo con mi papá y pensaron que si no cedían en ese momento después iba a ser más difícil hacerlo”, mencionó.

Luego de que se graduaron hicieron un viaje juntas a San Francisco, Estados Unidos. La experiencia fue una revelación para ellas, porque en ese lugar vieron que sí era posible vivir en pareja de la forma en que ellas querían e incluso formar familia. 

“En ese momento nos dimos cuenta de que ya no había marcha atrás”, comentó Geraldine. 

Independizarse y hacer una nueva vida 

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Foto: Espacio Foto

Ambas sostienen que su deseo siempre fue formar una familia, pero para ello necesitaban independencia económica. Hace nueve años comenzaron un negocio fotográfico llamado Espacio Foto que les permitió progresivamente tener un lugar para vivir juntas y un local para trabajar. 

Durante esos años se han dedicado a fotografiar eventos y momentos especiales para las personas. Luego incorporaron a sus servicios la producción de videos. Poco a poco este oficio les dio la oportunidad de vivir con tranquilidad y ahorrar con la esperanza de convertirse en madres eventualmente. 

A nosotras nos empuja la situación de que queríamos estar juntas haciendo familia, ya habíamos superado muchos obstáculos y sabíamos que esto no iba a terminar, solo nos quedaba seguir adelante”, contó Geraldine.

Sin embargo, la decisión de tener hijos llegó en el momento en que se sentían cómodas económicamente. “Hubo un momento de nuestras vidas en el que sin independencia económica era imposible pensar en eso, porque de dónde íbamos a sacar dinero para tener un hijo”, agregó. 

La espera

Samarira y Geraldine comenzaron hace unos años a hacer grabaciones de nacimientos y en ese proceso conocieron a una pareja de médicos a quienes les gustó mucho su trabajo audiovisual. Estas personas las orientaron posteriormente en temas de fertilidad para intentar tener hijos. 

“La doctora nos dijo: ‘Vamos a ponernos manos a la obra’. Nos mandó a hacernos todos los estudios para ver cómo estábamos físicamente ambas y cuales eran nuestra posibilidades”, explicó Geraldine. 

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Contó que tenían los resultados de los exámenes en enero de 2020 y semanas después hicieron un viaje que habían programado a España y la cuarentena por el covid-19 las retuvo en ese país varios meses. 

En algún momento nos vimos encerradas, sin poder trabajar, sin poder regresar y con nuestros ahorros. Recuerdo que vi a Samaira y le dije: ‘¿Por qué no hacemos aquí lo del bebé?’. Teníamos el tiempo, los exámenes actualizados y el dinero para hacerlo”, dijo.

Cuando las clínicas de fertilidad pudieron abrir sus puertas durante la pandemia, España permitió que quienes estaban en este tipo de tratamiento se movilizaran con salvoconductos para concretar sus procedimientos. 

Su proceso empezó en abril de 2020 y luego de dos intentos lograron un embarazo en junio a través de una inseminación con un donante anónimo. Al principio los únicos que sabían del tratamiento eran la hermana de Samaira y el hermano de Geraldine, pero cuando tenían certeza del embarazo comenzaron a anunciarlo a su familia cercana. 

En octubre de 2020 pudieron regresar a Venezuela, justo cuando Samaira había cumplido las 20 semanas de embarazo. En su país retomaron el control prenatal con los médicos que las ayudaron a hacerse los primeros exámenes. 

La llegada de Aliana

Aliana nació finalmente en febrero de 2021. Con la llegada de su hija también decidieron abrir el perfil de Moom Family en Instagram. Confesaron que la comunidad que ha visto su proceso y leído su historia es sumamente receptiva, por lo que se han sentido apoyadas desde ese espacio. 

“Creamos Moom Family por esto mismo de que la visibilidad de las familias homoparentales es prácticamente nula, muy pocas familias se muestran abiertamente porque también el amparo legal es nulo y decidimos hacerlos para sensibilizar sobre el tema”, aclaró Geraldine.

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Foto: Leticia Reig

Agregó que intentan crear contenido de valor que muestre a las familias desde la diversidad. Señaló que el mensaje principal de sus publicaciones es que no importa cómo sea la familia, siempre que la base sea el amor. 

Nos han escrito muchas parejas heterosexuales que han enfrentado problemas de fertilidad, familias no convencionales como las que tienen solamente a mamá o a papá y hasta familias que ya han podido salir a la luz en muchos sentidos. Al final la idea más importante es que haya inclusión”, dijo.

Cuestionó que los aspectos legales en el país sigan siendo un impedimento para las familias diversas. Explicaron que en su caso solo pudieron registrar a la niña con un apellido, aunque saben de parejas que han insistido en lograr que sus hijos tengan ambos apellidos y lo lograron. 

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Los retos de la maternidad 

Samaira relató que sus médicos le sugirieron hacerse una cesárea y, a pesar de su deseo de tener un parto, decidió confiar en lo que decían los especialistas. Indicó que antes del nacimiento ambas investigaron y leyeron muchísimo sobre maternidad y una de las cosas en las que no estuvo dispuesta ceder fue en la lactancia materna. 

Cuando Samaira tuvo a Alina en sus brazos comenzó con la lactancia materna exclusiva, incluso todavía dos años después sigue dando pecho a su hija, mientras que en paralelo intentan ejercer la crianza respetuosa. 

“Nunca pensé que iba a dar lactancia por tanto tiempo. En mi familia había sido como máximo seis meses y era demasiado. Ese fue el tiempo que mi hermana estuvo lactando. Yo ya llevo dos años con la lactancia”, aclaró. 

Recuerda que los primeros meses de vida de Aliana los aprovecharon al máximo porque todavía existían muchas restricciones por el covid-19. Esto también les permitió que la niña se relacionara plenamente con sus otros familiares. Admitieron que han recibido un apoyo incondicional de sus familias con la crianza de Aliana. 

Aunque esto no significa que hayan estado libres de cuestionamientos y críticas sobre su forma de hacer las cosas como madres. Sobre esto bromean con que esperaban que si tenían un hijo en vez de una hija esperaban que les hicieran comentarios como: “Por fin van a tener un hombre que las proteja”, aunque al final eso no sucedió.

Aclararon que si bien intentan seguir una crianza respetuosa, también tratan que los abuelos de Aliana puedan cuidarla sin sentirse atados a sus normas, por lo que buscan llegar a acuerdos. 

“Creo que lo más difícil ha sido con el dulce, el intentar darle muy pocos alimentos con azúcar, pero del resto hemos estado bastante alineados. Entendimos que dejar a nuestra chama con sus abuelos es una gran ayuda porque nosotras tenemos un trabajo que es muy de fin de semana y a nosotras no nos sirve una guardería o un colegio porque no lo hay los sábados y domingos”, explicó Samaira. 

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Enseñanzas 

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Foto: Leticia Reig

Geraldine comentó que una de las enseñanzas que la ha dejado su etapa como madre es no ser rádical e intentar llevar una vida más ligera. Confesó que va a terapia porque intenta ser su mejor versión y que ese sea el ejemplo que tenga Aliana. 

“He aprendido que con respeto todo puede llegar a buen término y creo que hasta ahora eso es lo que me ha dejado la maternidad. Ser mamá ha sido el camino más increíble para la búsqueda de una vida tranquila”, expresó. 

Por su parte, Samaira ha reflexionado sobre la importancia de que todos los niños que vengan al mundo deben ser deseados y amados. Explicó que las dificultades que representan concebir, llevar un embarazo y luego el nacimiento ponen en perspectiva que se debe querer realmente tener un hijo para asumir ese compromiso. 

Desde las primeras semanas que tuve a Aliana en mi vientre lo pensé, porque los niños son tan frágiles que sabes que puedes hacerles daño si no los quieres y obligarlo a crecer en un ambiente sin amor es hacer a un joven o un adulto que podría hacerle daño a otra persona, hacerle daño a esa hija que fue tan esperada, planificada y cuidada y es un pensamiento que siempre viene a mi mente”, alegó. 

Agregaron que la oportunidad de ser madres también ha sido un proceso para entender todos los temores que sus padres tuvieron cuando descubrieron que eran pareja. Indicaron que entienden que muchos de esos conflictos se debían a temas culturales y desconocimiento. 

Señalaron que uno de los objetivos de la visibilización que intentan lograr con sus redes sociales es que Aliana pueda entender en el futuro que sus mamás siempre sintieron orgullo por demostrar su amor desde el respeto hacia los demás. 

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