• Cotejo presenta el total de su contador de privados de libertad fallecidos durante 2021 y el resultado es que 177 reos murieron en Venezuela según reportes de medios de comunicación y ONG especializadas en derechos humanos de reclusos

“Mi papá sufrió la violación de sus derechos humanos. Nunca nos imaginamos que él iba a pisar una cárcel de máxima seguridad por un delito tan terrible del cual no fue culpable. Queríamos regresarlo a casa para cuidarlo, pero no queríamos hacerlo en un ataúd. La salud de mi papá desmejoró mucho. Llegó un momento que no podía tener alimento en la mano, no podía respirar. Fueron cinco años de puras injusticias”.

Esas palabras de Norka Hernández resumen todo lo que sufrió el señor José Humberto Hernández Rodríguez, quien falleció en la Comunidad Penitenciaria Fénix (del estado Lara) el 23 de marzo de 2021 a pesar de que, dos meses antes, recibiera una medida cautelar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la cual se exhortaba al Estado venezolano a que adoptara “medidas necesarias para proteger los derechos a la vida, integridad personal y salud de este privado de libertad”, acción que nunca se ejecutó.

José Humberto es uno de los 177 privados de libertad que fallecieron durante el 2021, según el monitoreo semanal que realizó el equipo periodístico de Cotejo. Este contador consiste en hacer revisión diaria de informaciones publicadas tanto en distintos medios de comunicación del país como en organizaciones no gubernamentales (ONG) encargadas de monitorear los derechos humanos de presos.

Al momento de morir, Hernádez fue diagnosticado con tuberculosis y desnutrición, pero también padecía de crecimiento prostático en tercer grado, hipertensión, aorta calcificada, una hernia inguinal y neumonía con derrame pleural. Según la versión de su hija Norka, todas estas complicaciones surgieron a raíz de estar preso.

Y es que del total de reos fallecidos en Venezuela, tanto en Centros Penitenciarios como en Centros de Detención Policiales (CDP o calabozos policiales como se les conoce), el 62 % murieron por distintas enfermedades predominando la desnutrición, la insuficiencia respiratoria y la tuberculosis.

Otras enfermedades que logró registrar el equipo de Cotejo durante su monitoreo anual fueron apendicitis aguda, irritación peritoneal, complicaciones gastrointestinales, hipertensión, cirrosis, meningitis, VIH y covid-19; de esta última se contabilizaron cuatro casos que fueron oficializados por distintos voceros gubernamentales, ONG y familiares de los fallecidos.

Las muertes violentas se convirtieron en la segunda causa de más muertes de privados de libertad con un 31 % durante 2021. Cotejo califica como muertes violentas a todas aquellas en las que se usan armas de fuego, armas blancas, explosivos, agresiones físicas e incluso los arrollamientos. En el caso del uso de las armas de fuego, también aplica cuando los presos fugados de sus celdas son asesinados por funcionarios de seguridad en presuntas labores de recaptura o por parte de sujetos no identificados hasta el momento de su muerte.

Lara y Zulia con más cifras rojas

Cuando se desglosa la cantidad de presos fallecidos recopilados por Cotejo, se desprende que dos estados de Venezuela fueron los que registraron los más altos índices de decesos el año pasado y que todos los meses contabilizaron al menos cinco reos muertos.

En detalle, Lara y Zulia terminaron con 38 y 28 reclusos fallecidos respectivamente seguidos de Carabobo con 18, Monagas con 14 y Miranda con 12. El único estado venezolano que no registró fallecidos según las revisiones que hizo Cotejo fue Delta Amacuro.

La Comunidad Penitenciaria Fénix, que está en Barquisimeto estado Lara, acumuló los decesos de 26 privados de libertad, lo que representa un 68,4 % del total en esa entidad siendo el señor José Humberto Hernández Rodríguez uno de los fallecidos. En Zulia, las distintas sedes del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) como lo fueron Caja Seca, Machiques de Perijá, Altos del Sol Amada, Cabimas, San Francisco y Eje de Vehículos, registraron 10 fallecidos lo que se traduce en un 35,7 % del total en esa entidad.

En el transcurso de los 12 meses de 2021, Cotejo pudo precisar que la menor cantidad de fallecidos se registró en agosto, con cinco reos muertos mientras que en febrero se ubicó la cifra más alta con un total de 30 decesos. Este último dato significa que cada día fallecieron 1,07 presos durante un mes que apenas tuvo 28 días.

Entre los casos documentados durante el mes de febrero, destaca el asesinato de cinco presos prófugos de Retén de Guasina en Tucupita estado Amazonas (cuatro hallados el 4 de febrero y otro el 8 de febrero) y al momento de producirse esta noticia se desconocía si las muertes fueron ocasionadas por otra organización criminal. Este grupo de reos fallecidos fue parte de una fuga masiva que hubo la noche del martes 26 y la madrugada del 27 de enero.

Lara y Anzoátegui también fueron dos estados que en febrero sumaron datos al monitoreo. La primera entidad tuvo cuatro fallecidos mientras que el segundo estado añadió al conteo tres evadidos del retén del Centro de Coordinación Policial (CCP) de Puerto Píritu en un presunto intercambio de disparos con oficiales de la Policía del estado Anzoátegui.

Fuente: Monitoreo semanal de Cotejo durante todo 2021 a los reportes informativos de medios de comunicación digitales en Venezuela y las ONG Provea, Justicia, Encuentro y Perdón (JEP Venezuela), Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) y Una Ventana a la Libertad (UVL).

Con respecto a la edad y el sexo de los presos que murieron en potestad del Estado venezolano, el monitoreo de Cotejo arroja en el primer apartado que las edades comprendidas de 20 a 29 años; y de 30 a 39 años marcaron 48 y 40 decesos, respectivamente, siendo las franjas etarias con la mayor cantidad de víctimas. Se desconoce la edad de los fallecidos en 38 de los casos registrados, dado que las fuentes documentales consultadas no lo incluyeron en sus reportes.

En cuanto a género, predominan las muertes de hombres con un total de 171, mientras que seis mujeres fallecieron durante 2021 en los centros de reclusión, las mismas fueron identificadas como Angely Ortega, Deisy Ortega, una reclusa de 24 años que estaba en el Cicpc El Llanito, Milagros Rosales Ramírez, Omaira del Carmen González y María José Yánez Hernández.

“Un gran problema que nadie quiere resolver”

A Carolina Girón, abogada y directora de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones, se le consultó si para el 2022 la gestión que lleva a cabo el régimen de Nicolás Maduro y el Ministerio para Asuntos Penitenciarios podrían reducir la cantidad de muertes registradas dentro de los recintos carcelarios que ellos administran, junto a los gobierno regionales, y la respuesta fue contundente: “no existe voluntad política” para cambiar lo que sucede barrotes adentro.

La situación no mejora para nada y siguen las muertes por desnutrición que a su vez le complica la tuberculosis (…) eso es un gran problema y nadie quiere hacer nada por los presos, ni por los comunes ni por los políticos que ahora los enviaron a las cárceles comunes (…) Hay que estar en las mentes de estas personas (miembros del gobierno nacional) que están dirigiendo Venezuela para entenderlo (…) lo mismo te podría decir de la política de salud pública, de educación y de protección a los niños (…) Debo decir que el ministerio no quiere hacer nada, no tienen intenciones de mejorar, de modificar, de que esto cambie” expresó en entrevista para Cotejo la abogada Girón.

La especialista y también defensora de los derechos humanos en el país explica que las altas cifras de fallecidos por reclusos evadidos es también causada por la crisis que hay dentro de los calabozos. Detalla que el hambre y las condiciones insalubres obliga a los presos a tomar estas medidas extremas de escaparse y que en la mayoría de casos terminan en recapturas o procesos violentos como el asesinato del fugado.

“Estoy viendo más fugas con respecto a otros años y la pregunta es ¿qué está pasando? Pues los presos están viviendo una situación de condiciones infrahumanas porque ya no tienen alimentos y se están desesperando (…) Ahora el problema más grande, más allá del retardo procesal, es la comida”, enfatizó.

Con respecto a la tuberculosis y la desnutrición, causas principales de muertes en las cárceles, Girón explicó que existe una gran falta de preparación de las personas encargadas de los calabozos, pues ante una enfermedad respiratoria erradicada hace años todavía no hay condiciones integrales para evitar contagios y propagación. “Es un problema integral y no vemos solución hasta que haya una voluntad política para cambiar”, concluyó.

“El covid-19 está repuntando”

En el monitoreo que realizó Cotejo durante el 2021 se contabilizaron cuatro privados de libertad que fallecieron por síntomas asociados al covid-19; uno de estos casos se conoció a nivel mundial y se trató del general en jefe y exministro de defensa Raúl Isaías Baduel, quien falleció en los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) el pasado 12 de octubre.

A pesar de que el Ministerio para Asuntos Penitenciarios y el régimen venezolano han hecho énfasis en el proceso de vacunación anticovid-19 y la aplicación de medidas preventivas para evitar contagios dentro de las celdas venezolanas, la realidad parece ser diferente y así lo declaró para Cotejo Carlos Nieto Palma, abogado y director de la ONG Una Ventana a la Libertad (UVL), que se encarga de monitorear e investigar todo lo concerniente a los centros de reclusión y CDP del país.

Nieto Palma asegura que la organización que él dirige ha realizado investigaciones en lugares como Miranda y Aragua y da fe que existen casos de presos con covid-19 que podrían “causar estragos” junto con los casos de desnutrición y tuberculosis que ya hay en los calabozos.

“Últimamente hemos determinado, en UVL y en las investigaciones de salud que se hacen, que el covid-19 está repuntando dentro de las cárceles venezolanas. Esto es muy grave porque ya con tuberculosis, desnutrición, otro tipo de enfermedades ahora el covid-19 podría causar estragos (…) Esa enfermedad se transmite con mucha facilidad y en los recintos carcelarios no hay ninguna forma de atenderla, eso es realmente grave y creo que traerá malas consecuencias (…) Yo quisiera no anunciar malas noticias, sino buenas noticias de que estamos mejorando en el sistema carcelario, que todo está andando como debe ser, pero lamentablemente no puedo decir eso”, expresó Nieto Palma al respecto.  

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