- La corresponsal ejerció en medios de los estados Lara, Carabobo, Aragua y la ciudad de Caracas, pero también asumió la labor de la docencia en una escuela de Comunicación Social
La periodista Gregoria Díaz murió el domingo 27 de agosto en el estado Aragua por complicaciones de salud. Dos meses antes ofreció una entrevista al equipo de El Diario en la que habló sobre su vida y cómo percibía el ejercicio del periodismo en Venezuela. Esta entrevista fue reeditada para incluir todas sus impresiones.
Gregoria Díaz fue corresponsal en el estado Aragua. Ella era del estado Falcón, pero se formó en la Universidad del Zulia, de donde se graduó como licenciada en Comunicación Social en el año 1989.
Al poco tiempo de graduarse ejerció en el diario El Informador en Barquisimeto (Lara), luego regresó a Punto Fijo (Falcón), donde trabajó en el área de periodismo institucional por dos años con la Alcaldía del municipio Carirubana.
Posteriormente pasó a hacer la corresponsalía del diario El Carabobeño en Aragua y Guárico y tiempo después regresó al periodismo institucional en el Instituto de Vivienda de Aragua.
Le surgió la oportunidad luego de ostentar varios cargos en la Universidad Bicentenaria de Aragua. Primero como docente, luego como coordinadora de pasantía, coordinadora de cátedra, directora de extensión y directora del departamento de prensa y relaciones públicas de la institución.
“Hice una pausa porque realmente no quise continuar en la universidad hasta que un día me llamaron de Crónica.Uno y regresé al reporterismo de calle, que es lo que realmente siempre ha sido mi pasión”, aclaró.
Vivir la transición del periodismo en Venezuela
Gregoria contó que uno de los mayores cambios que vivió el periodismo en sus años de ejercicio fue la transición a la era digital y de informar a través de las redes sociales.
Alegó que estas plataformas como medio de información llegaron en un momento en el que al periodista venezolano se le hizo cada vez más difícil acceder a datos y fuentes del Estado. Señaló que esto le hace cuesta arriba a los medios lograr la rigurosidad necesaria en algunas coberturas por la ausencia de una fuente oficial.
Gregoria logró adaptarse satisfactoriamente a informar a través de las redes sociales, incluso en tal magnitud que era una referencia que consultaban otros medios de comunicación para conocer lo que estaba ocurriendo en el estado Aragua. Hechos como el deslave en Las Tejerías en 2022 y la desaparición de los tres pescadores de Choroní en 2023 fueron ejemplo de sus coberturas.

La periodista dijo que había conversado sobre el tema con colegas y amigas de ese estado, porque varias de ellas habían notado que los medios nacionales armaban los contenidos de Aragua con la información que ellas subían en sus perfiles.
Agregó que no se sentía cómoda con convertirse en la fuente primaria de alguna información. Sin embargo, admitió que es algo que se ha normalizado por esa dificultad para acceder a los voceros oficiales.
Una carrera expuesta a riesgos
Gregoria Díaz señaló que el periodista venezolano, además de veraz y riguroso, también debe ser muy cuidadoso y precavido con lo que publica porque tanto en la calle como en los medios digitales se expone a una serie de riesgos.
“El periodista corre muchos riesgos en este país. La política de Estado que se ha ejercido desde hace más de 20 años ha venido de manera paulatina cercenando, censurando, criminalizando y judicializando al periodismo”, explicó.
La periodista comentó que a veces los contenidos que publican los corresponsales pueden ser incómodos para el régimen de Nicolás Maduro, para los mandatarios regionales o alguna otra institución pública y en ese momento puede representar un mayor riesgo para el reportero esa publicación.
“En 2020 yo escribí unos tuits un poco antes de que se declarara la pandemia sobre un aparente primer caso de covid-19 en el país. Eso causó revuelo en ese momento y recibí una notificación de la Fiscalía Auxiliar Cuarta del Ministerio Publico sobre una investigación en mi contra por un delito que todavía no sé cuál es, pero que supuestamente estaba establecido en la Ley Contra la Delincuencia Organizada y el Financiamiento al Terrorismo”, detalló.

La reportera admitió que tuvo que salir de la ciudad de Maracay por varios meses y mantenerse resguardada por temor a ser detenida en la calle. Sin embargo, eso no llegó a ocurrir y con el tiempo regresó a su rutina periodística.
Pese a los riesgos actuales, la periodista calificó el periodo de Tareck El Aissami como gobernador de Aragua (2012-2017) como uno de los más difíciles para ejercer el periodismo en ese estado. Argumentó que el surgimiento de los llamados colectivos y la persecución en las redes sociales contra los periodistas son las razones que hicieron dura esa época.
“El riesgo siempre existe, pero que sea tan evidente depende mucho de la circunstancia política y social del país. En el caso de Aragua creo que depende mucho de las figuras que ostentan el poder en ese momento”, explicó.
El compromiso con el periodismo
Gregoria insistió en ese momento en lo importante que es mantener el profesionalismo, incluso en los momentos más duros y emotivos. Alegó que los periodistas deben ser testigos inevitablemente de hechos que mueven sus fibras más profundas.
“Siempre recuerdo con especial emoción y sentimiento el incendio que ocurrió en un cañaveral en Cagua en 2020, en el que fallecieron varios niños calcinados. Un caso que nos conmocionó mucho a todos y particularmente a mí, digamos que te das cuenta que es difícil a veces desprenderse de lo personal y lo que sientes como ser humano en momentos tan dolorosos como ese y que tienes que guardar la compostura”, relató.
Otro hecho que marcó su vida profesional fue cubrir los dos intentos de golpes de Estado del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992, cuando era corresponsal de El Siglo.
“Quizás en ese momento no tenía la madurez ni la sabiduría para entender la consecuencia de esos hechos y cómo iban a cambiar al país. En retrospectiva te puedo decir que fueron periodísticamente dos eventos que marcaron mi carrera”, detalló.
Ante el escenario actual que enfrenta el periodismo, Gregoria recordó el mensaje que daba a los estudiantes de Comunicación Social cuando trabajaba en la universidad.