- En el cementerio de La Paragua, se llevaron a cabo este jueves 22 de febrero, al menos cinco entierros de personas que murieron en el siniestro. Foto: EFE
Sobre la tierra del estado venezolano de Bolívar (sur), rico en recursos naturales, deambula, paradójicamente, la necesidad, que empuja a cientos de hombres a buscar oro en minas ilegales, entre ellas una cercana a la localidad de La Paragua, donde el lunes 20 de febrero un derrumbe segó, al menos, 16 vidas, según cifras oficiales.
“Aquí somos mineros todos. Nacimos en una cuna que tiene oro y tiene diamantes por donde tú lo busques”, dijo a EFE Diógenes Antonio Lara, de 54 años de edad, quien preparaba, junto con su hermano, la fosa donde iba a enterrar a su hijo, un joven de 31 que sería padre con su esposa, con cuatro meses de embarazo.
En el cementerio de La Paragua, una zona cercana a la aislada mina ilegal conocida como Bulla Loca, se llevaron a cabo este jueves 22 de febrero, al menos, otros cinco entierros, además del joven Lara, según constató EFE.
Diógenes y su hermano Nelson colaboraron en la intensa búsqueda de cuerpos sepultados tras el derrumbe, hasta que lograron encontrar el cadáver del joven treintañero nueve horas después.
“El proceso fue un poco duro, (…) se quedó sepultado como a las dos de la tarde, y lo venimos sacando casi a las 11 de la noche del terreno”, dijo a EFE Diógenes. Denunció que “no hubo apoyo rápido” de las autoridades, quienes llegaron “prácticamente cuando todo estaba solucionado ya”.
El sustento
Su hijo, como muchos de los hombres que se encontraban en el sitio, acudió a la mina luego de que, según contaron a EFE ciudadanos locales, indígenas nativos dieran un lapso de 48 horas para permitir el acceso al yacimiento, que el propio Ejecutivo reconoció que es ilegal.
Con embarcaciones, atravesaron las aguas que aíslan el lugar donde se encuentra la mina a cielo abierto -de 40 metros de profundidad y unos 100 metros de longitud-, entre ellos el hijo de Diógenes, en busca “del sustento” del hogar.
Bolívar, “eternamente minero”
El estado Bolívar (fronterizo con Brasil), en palabras de su gobernador, Ángel Marcano, “vive de la minería”. Por lo que ha sido “eternamente minero y va a seguir siendo minero por siempre, porque esa es su naturaleza”.
“El minero se va por iniciativa a buscar el sustento de su familia, así ha sido en este estado toda la vida, eso hay que decirlo, tampoco es que esto comenzó ahora. Hasta hay canciones de eso”, dijo este jueves a periodistas el funcionario. Aclaró que no se tiene un número de personas que trabajan en Bulla Loca debido a que se trata de “una mina ilegal”.
Según explicó el gobernador, en esta región, cada vez que “aparece una bulla” (yacimiento de oro o de diamantes), “la gente se va para allá”, y a esta la nombraron ‘Loca’ porque “era una locura la gente” que estaba ahí.
“Los mineros no son enemigos nuestros, esto es un pueblo minero”, dijo el gobernador, quien pidió organización para “seguir avanzando en el fortalecimiento de la minería y en el bienestar de esos compatriotas que trabajan la minería”.
Según la asociación civil Transparencia Venezuela, en Bolívar, la principal economía ilícita es la del oro, y las minas “siguen siendo el destino escogido por muchos venezolanos que desean obtener mejores ingresos económicos ante la crisis”.
Un “importante” porcentaje que se extrae “proviene de minas en conflicto y no ingresa a las cuentas nacionales”, debido a que “gran parte de la explotación ocurre en yacimientos dominados por organizaciones criminales”, señala Transparencia Venezuela.
Con información de EFE