• Antes de salir del país, el presidente de Estados Unidos hizo una parada en la ciudad de El Paso, donde inspeccionó los puertos de entrada al país. Mientras tanto, varios migrantes varados en la frontera protestaron contra el endurecimiento de las deportaciones bajo el Título 42. Su visita ocurre un día de la Cumbre de Líderes de América del Norte

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, viajó el 8 de diciembre a la ciudad de El Paso, en Texas. Allí visitó por primera vez en su gobierno la frontera con México, donde se reunió con funcionarios migratorios e inspeccionó su trabajo en los puertos de entrada al país. Su recorrido se produjo en medio de fuertes tensiones por la cantidad de migrantes irregulares varados en la ciudad, a la espera de ser devueltos del lado mexicano.

De acuerdo con la agencia Associated Press, Biden conversó con algunos agentes y vio el proceso de revisión de los vehículos que ingresan al país. También se puso al día con los protocolos de búsqueda de droga y artículos de contrabando en uno de los mayores pasos fronterizos del país. También tiene previsto visitar el Centro de Servicios para Migrantes para reunirse con organizaciones sin fines de lucro y grupos religiosos que apoyan a los migrantes alojados allí.

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Su presencia en la ciudad fronteriza será breve. En unas horas tomará un vuelo a México para participar en la Cumbre de Líderes de América del Norte. Será su primera vez en Latinoamérica como jefe de Estado, aunque ya había hecho una gira previa por México, Colombia, Brasil y Trinidad y Tobago. Esto ocurrió cuando era vicepresidente de la Administración de Barack Obama, en 2013. 

Ambiente tenso

Joe Biden visita la frontera con  México antes de su primera visita oficial a Latinoamérica
El presidente Biden (derecha) saluda al gobernador de Texas, Greg Abbott (izquierda). Foto: Cortesía VOA

La visita de Biden ocurre en medio de una situación conflictiva para la frontera por la masiva entrada de migrantes provenientes principalmente de Latinoamérica. Al llegar al estado, fue recibido por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, quien le entregó una carta en la que explica los problemas que las políticas despachadas desde Washington han causado a las comunidades de El Paso y otras ciudades fronterizas.

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Abbott, al igual que la mayoría del Partido Republicano, ha sido un fuerte crítico de la gestión de Biden en materia de migración. En varias oportunidades lo ha considerado demasiado blando al permitir la entrada de migrantes irregulares y ofrecerles asistencia para su permanencia. Esto a pesar de que en los últimos meses el demócrata ha tenido que endurecer su postura de recepción de migrantes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití. 

Por el lado contrario, la visita del presidente también recibió bastantes críticas, pero esta vez de los propios migrantes. El 7 de enero, decenas de personas marcharon por las calles de El Paso para manifestar su apoyo a los migrantes y rechazar las deportaciones inmediatas bajo el Título 42. Se concentraron frente a la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, que actualmente opera como albergue para alrededor de 300 personas con estatus migratorio incierto. Del otro lado del muro fronterizo también se concentraron miles de personas provenientes de diferentes países, quienes desde hace días intentan entrar a Estados Unidos.

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Sobre la mesa

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Foto: EFE

Se espera que la misma noche del 8 de enero, Biden aterrice en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángel, a las afueras de Ciudad de México. Será recibido personalmente por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Unas horas antes llegó también el vehículo presidencial Cadillac One, apodado La Bestia, en el que normalmente se trasladan los mandatarios estadounidenses. En la capital también se activó un fuerte dispositivo de seguridad, a propósito de la Cumbre de Líderes de América del Norte, en la que también participará el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

También conocida como la cumbre de los tres amigos, es una reunión anual entre Estados Unidos, México y Canadá. Este año, Biden, López Obrador y Trudeau discutirán temas prioritarios para sus naciones, como el comercio regional, la crisis climática, el narcotráfico y la migración.

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El encuentro se produce días después de que Biden presentó su nuevo plan para controlar la entrada masiva de migrantes latinos a Estados Unidos. Este amplía el parole humanitario, es decir, la cantidad de migrantes al mes a las que se les permite la permanencia en el país. Ahora, además de venezolanos, también aplicará a cubanos, nicaragüenses y haitianos. Sin embargo, la iniciativa de Biden depende de una estrecha colaboración por parte de México. Esto ya que los migrantes que ingresen de forma irregular por vía terrestre serán devueltos a ese país.

Por su parte, López Obrador intentará reforzar los acuerdos de seguridad con Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico. Sobre todo tras la ola de violencia desatada en Sinaloa por la detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín “el Chapo” Guzmán más buscados por Estados Unidos. Su arresto provocó que grupos armados tomaran las calles del noroeste del país, con un saldo de 29 muertos.

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