- El gobierno dio un plazo de un mes para cerrar estos locales. Foto: EFE
El gobierno de los talibanes anunció la prohibición los salones de belleza para mujeres en Afganistán y dio un plazo de un mes para el cierre de todos los que estén funcionando en el país. Se trata de la más reciente de una serie de restricciones basadas en la rígida interpretación de la ley islámica.
En la misiva, el todopoderoso ministerio fundamentalista instruyó a las autoridades de Kabul y demás provincias afganas a concluir con las actividades en los centros de belleza para mujeres a lo largo de este mes, y una vez pasado el plazo, “estarán prohibidas” en el país.

La medida fue ejecutada tras la orden del líder supremo de los talibanes, el mulá Mawlawi Haibatullah Akhundzada.
Un veto que generará pérdidas importantes
Este veto, otro más que se añade a la lista de prohibiciones impuestas a las afganas desde la llegada al poder de los talibanes en agosto de 2021, supone también una pérdida importante de las pocas fuentes de ingresos.
Aumenta el veto contra los derechos de las mujeres
Desde la llegada al poder de los fundamentalistas hace un año y medio, las mujeres han experimentado un retroceso en materia de derechos, con restricciones como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del velo o la obligación de ir acompañadas por un familiar masculino en trayectos largos.

A esta lista de recortes se incluyó el pasado diciembre la prohibición para trabajar en ONG o estudiar en la universidad, una orden que sucede a la prohibición a la educación secundaria femenina impuesta desde que los talibanes llegaron al poder.
La realidad que viven las afganas a día de hoy se asemeja cada vez más a la época del primer régimen de entre 1996 y 2001, cuando en base a una rígida interpretación del islam y su estricto código social conocido como pastunwali prohibieron la asistencia femenina a las escuelas y recluyeron a las mujeres en el hogar.

Detrás de muchas de estas regulaciones contra las mujeres se encuentra el todopoderoso Ministerio de Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio. Una institución que entró en vigor durante el primer régimen talibán y se extinguió con la invasión estadounidense, quedando en un mal recuerdo para los afganos durante los siguientes 20 años.
Con la vuelta al poder de los talibanes hace casi dos años, la institución regresó, instalándose, precisamente, en el ahora extinto Ministerio de la Mujer.
Restricciones, tortura y violencia
El 22 de agosto de 2022, un año después del regreso de los talibanes a Afganistán, la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) documentó en un informe las “flagrantes violaciones de los derechos humanos” que ha perpetrado su régimen.
En el informe, AI apunto que los talibanes han restringido el derecho a la educación, oscureciendo el futuro de millones de niñas afganas. Alertó además de que las autoridades “someten a las mujeres a una violencia creciente”, en ocasiones como una forma de castigar a sus familiares.
Decenas de mujeres han sido detenidas y torturadas por participar en protestas pacíficas para exigir sus derechos. Esto en medio de restricciones crecientes que les han despojado de sus libertades.
Además, en esos últimos 12 meses, AI recibió “informes generalizados” sobre soldados talibanes que golpean y torturan a personas por considerar que han infringido edictos talibanes o a las que acusan de trabajar con el gobierno anterior.
Con información de EFE