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- De acuerdo con los números proporcionados por la Cámara de Turismo del estado Táchira la ocupación en hoteles y posadas no sobrepasó el 30 % en agosto de 2023, mientras que en Mérida el crecimiento fue paulatino. Foto: Cortesía
Gustavo Anzola, presidente de la Cámara de Turismo del estado Táchira, detalló que, en comparación con el año pasado, el porcentaje de turistas y viajeros aumentó ligeramente y estima ese incremento entre 25 a 30 %, sin embargo, los números siguen en negativo al tratarse de la temporada vacacional más importante por el cierre del año académico en todos los niveles.
Si bien Táchira es un estado que ofrece distintos destinos turísticos y actividades recreacionales para toda la familia. Sin embargo, el problema de abastecimiento de gasolina ha sido uno de los principales factores que ha frenado la llegada de turistas a la entidad andina.
“Al creer (el turista) que no va a conseguir gasolina, no considera a Táchira como un destino turístico”, resaltó Gustavo Anzola en exclusiva para El Diario.
No obstante, precisó que desde la Cámara de Turismo del Táchira se están gestionando alianzas con la Corporación Tachirense de Turismo (Cotatur) y el Gabinete de Combustible para la comodidad del turista. El objetivo es que huéspedes de hoteles y posadas tengan acceso a combustible sin importar el terminal de placa o día que les corresponda.
“Esas gestiones están avanzadas. Pronto tendremos un mecanismo bastante expedito con un QR y listado de hoteles y posadas que podrán brindar ese mecanismo”, indicó.
Mérida reporta un crecimiento discreto
Mérida fue uno de los destinos turísticos más golpeados y de reactivación paulatina tras la pandemia. Problemas de ingreso al estado y dificultades para acceder al combustible hicieron que viajeros desistieran de su intención de recorrer “La ciudad de los caballeros”, y sus alrededores.
“Esta fue una temporada vacacional muy esperada para nosotros luego de un largo período de productividad limitada. Era importante superar los problemas para acceder a nuestra ciudad y se ha logrado gracias a los trabajos que se vienen haciendo en las vías alternas, como la Trasandina y la Troncal 008. También superamos el tema del combustible y podemos garantizar al turista la posibilidad de llenar sus tanques para estar e irse de nuestro estado”, explicó Alejandra Luna, presidenta de la Cámara de Turismo del estado Mérida, para El Diario.
En Mérida se implementó un plan similar al que desean ejecutar en Táchira. Mediante un código QR que le entregan en el hotel o posada donde se hospede, el visitante tiene la posibilidad de abastecer gasolina sin mayor complejidad. De acuerdo con Luna, esperan que el plan se mantenga en pie por lo que resta del año 2023.
En cuanto a la presencia de viajeros en esta temporada vacacional, la cifra incrementó entre un 25 y 30 % en comparación con los números del año pasado, según reportes emitidos por los mismos prestadores de servicios.
Pese a las mejoras a las que hacen referencia, aún hay quienes no consideran viable viajar a Mérida en estos momentos: bien sea porque temen no conseguir combustible o por el tema económico.
“No me quedaron muchas ganas de volver”
Carlos Díaz viajó los primeros días de agosto a Mérida junto con tres integrantes de su familia. Estuvo en la entidad andina durante cuatro días y recorrió diferentes destinos turísticos como la Laguna de Mucubají, el Pico El Águila y la ciudad en sí.
Para lograr su paseo con éxito, tuvo que llenar el tanque de su camioneta en San Cristóbal, estado Táchira, con 90 litros y adicional llevó consigo dos bidones de 40 litros (20 cada uno) para usar en caso de que las necesitara. Pero en el hotel donde se hospedó le suministraron un QR con el cual surtió gasolina en la estación de servicio sin siquiera hacer cola.
“Tengo entendido que el mecanismo del código comenzó en agosto”, dijo Carlos para El Diario.
Él gastó un aproximado de 500 dólares en sus vacaciones familiares. Para estadía y alimentación destinó 300 dólares; para paseos y recorridos unos 100 dólares; y aproximadamente 80 dólares en combustible.
Pese a esa facilidad para acceder al hidrocarburo y a no tener que recurrir a los bidones, Carlos asegura que no quedó muy entusiasmado con la idea de volver a Mérida en un futuro cercano.
“No me quedaron muchas ganas de volver a ir. La incertidumbre con la gasolina y el tema de la vía lo ponen a pensar a uno”, admitió.
Misma realidad, diferente testimonio
La experiencia de Ramón Molina no dista mucho de la de Carlos. Él viajó a Mérida recientemente desde San Juan de Colón, municipio Ayacucho (Táchira) en compañía de su familia e igualmente llevó 20 litros de gasolina colombiana de reserva en su vehículo, en caso de necesitarlos durante el viaje y en efecto, así fue.
“Nos quedamos en Timotes y ahí tuvimos que usar los 20 litros porque no conseguimos ninguna estación surtiendo por la vía Panamericana y de lo contrario no hubiésemos llegado a nuestro destino”, contó Ramón para El Diario.
En la ciudad de Mérida pudo acceder al plan que se ejecuta para turistas mediante el código QR, pero aseguró que en las vías alternas se le hizo imposible. Solo una estación de servicio estaba funcionando en la población de Apartaderos.
El acceso al estado también representó una dificultad para él y su familia, pues la vía desde Táchira hasta la población de Timotes, municipio Miranda, “está horrible”.
En cuanto a la capital como tal, Ramón admite que está limpia, la vialidad en buen estado y observó cierta afluencia de turistas, al igual que movimiento comercial en distintas partes. Sitios icónicos como la heladería Mil Sabores, siguen activos y recibiendo a viajeros.
Pese al sinfín de atractivos naturales que ofrece Mérida, Ramón deja claro que bajo las circunstancias actuales no volvería.
“De continuar el problema del combustible definitivamente no volvería. Es muy difícil viajar así sin gasolina en la vía”, puntualizó.
Estrategias para potenciar el turismo
Las Cámaras de Turismo de Mérida y Táchira se han visto en la obligación de reinventarse y ejecutar estrategias que les permitan potenciar los atractivos turísticos de ambas regiones, de modo que viajeros se vean más interesados en visitarlas y los porcentajes de ocupación en temporadas como esta incremente notablemente.
Por un lado, Alejandra Luna asegura que han integrado sectores como el artístico, cultural, universitario y movimientos históricos para resaltar las bondades del estado Mérida y aportar desde distintos espacios para brindar un servicio, asesoría y atención de calidad para los visitantes.
También han hecho una sinergia entre sector público y privado, con la finalidad de trabajar en conjunto, acumular resultados positivos y levantar paulatinamente una económica que arrastraba secuelas del confinamiento por el covid-19.
Y por otro lado, Gustavo Anzola asegura que han establecidos mesas de trabajo con todos los gremios, juntas turísticas municipales y entes gubernamentales a diferentes escalas para articular mecanismos que exalten a Táchira como un destino deseable para venezolanos y extranjeros, por sus destinos y ubicación estratégica en la geografía nacional.
“Además de la oferta tradicional que siempre hemos tenido con el turismo religioso (Santo Cristo y Virgen de La Consolación), que, aunque son actos litúrgicos, son actividades que mueven una afluencia muy importante de personas dentro del estado y el resto del país, también tenemos actividades hacia otras zonas de la entidad”, aclaró Gustavo.
Igualmente, están impulsando una marca turística denominada “Páramos mágicos de Capacho”, con la cual se busca ofrecer una opción novedosa de esparcimiento con hospedajes tipo glamping, en una zona ubicada a unos 25 minutos de San Cristóbal y a unos 50 minutos de Cúcuta, Colombia.
Desde ambas Cámaras de Turismo trabajan y se proyectan con una visión de futuro optimista. Mientras que en Mérida se enfocan en potenciar los principales atractivos turísticos de la mano de una comunidad consciente de sus facultades y de cómo gestionar los desafíos que puedan presentarse; en Táchira se centran en lograr que en todo el estado, el resto del país y Norte de Santander, Colombia, vean al estado como un destino visitable.
