- James Story, actual encargado de negocios de la Oficina Externa de Estados Unidos para Venezuela, dijo en exclusiva para El Diario que “hay personas que piensan que pueden salir de las cenizas si hacen autoataques a la oposición democrática”
La posición de Estados Unidos es clara: el apoyo internacional se logra únicamente con la unidad en torno a Juan Guaidó y a los poderes legítimos. Así lo dijo en entrevista exclusiva para El Diario James Story, actual encargado de negocios de la Oficina Externa de EE UU para Venezuela. Cree que “hay personas que piensan que pueden salir de las cenizas si hacen autoataques a la oposición democrática”. Insiste en que quienes piensan en participar en las elecciones que convocó el régimen de Nicolás Maduro para el 6 de diciembre “no deberían venderse barato”.
—Este viernes 28 de agosto dictaron casa por cárcel al diputado Juan Requesens. En primer lugar, ¿cómo valora este hecho? Y, en segundo, ¿ha hablado con el régimen de Nicolás Maduro sobre la posible excarcelación en los próximos días de los exdirectivos de Citgo?
—Sobre el caso de Requesens, yo digo lo siguiente: diálogos falsos no resuelven las cosas. Me alegro de que Juan Requesens se encuentre en su casa, pero hay dos cosas importantes. Uno, es que si lo dejaron salir es bastante obvio que él no formó parte del show del drone en agosto de 2018, porque cómo pueden dejar salir a una persona si estuviese involucrada en un atentado de magnicidio como dice el régimen. Y dos, la manera de encarcelar al diputado fue inconstitucional y sus derechos siguen siendo acusados con casa por cárcel. Ya lleva más de dos años encarcelado. Dejar que esté en su casa no indica que ahora él tiene sus derechos.
Sobre el caso de Citgo, según la Constitución de Venezuela, ya deberían haber tenido su oportunidad de enfrentar a la justicia. Ya son más de dos años y medio desde que esas personas no tienen acceso a sus derechos constitucionales.
Entonces, repito, para nosotros en el caso de Requesens y de otros presos políticos que tenemos entendido que van a dejar salir hoy, deberíamos prestar atención a que esto es algo del guion de Cuba. Hay actores internacionales que espero que no caigan en la trampa de pensar que dejar ir a su casa a presos políticos indica que ahora el régimen está siguiendo la ley y está haciendo las cosas como debería.
—Y entre estas liberaciones que usted indica que se producirían hoy, ¿estarían también las de los exdirectivos de Citgo?
—No lo sé. No sabemos si ellos van a dejar a las personas de Citgo ir a su casa o salir de el Helicoide. Recuerda que ellos estuvieron en sus casas antes, y el régimen tomó la decisión de ponerlos a todos en el Helicoide. Una decisión que es bastante obvio que es política. Pero hay 385 -si no me equivoco-, presos políticos en Venezuela. Y dejar a algunos ir a su casa no indica que el régimen está haciendo las cosas correctas.
—¿Cree usted que es una concesión del régimen para impulsar la participación de algunos sectores de la oposición en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre? Usted ha dicho que esos comicios son una farsa, no sé si esto cambia su percepción.
—No. Esas elecciones van a ser una farsa porque no hay condiciones mínimas para comicios en el país, algo que más de 30 países acaban de firmar en un comunicado internacional, diciendo que no existen condiciones en Venezuela. La gran mayoría de los venezolanos -84%, si no me equivoco-, dicen que no quieren participar en un fraude.
Hay que tener mucho cuidado, porque el guion del régimen siempre ha sido dividir a la oposición, dejar entrar a algunas personas en falsos diálogos, comprar o convencer a algunos de participar y cada persona tiene que tomar su propia decisión. Pero mientras hay censura, represión, no hay máquinas de votación en el país, no hay un sistema, la mayoría de los partidos políticos han sido robados, la mayoría de los políticos han sido inhabilitados. Entonces lo que quiere el régimen es dividir, por supuesto, a la oposición, y tratar de convencer a la comunidad internacional de que estas elecciones no son fraudulentas. Pero ya sabemos que lo van a ser, porque no hay condiciones.
El régimen atacó primero a la “derecha”, los adecos, Voluntad Popular, Primero Justicia, y después se fueron para la izquierda con PPT, PCV, Tupamaro. Y la pregunta que cada venezolano debería hacerse es cuándo vienen por ellos, porque si las personas no están 100% alineadas, el régimen siempre ataca. Lo que quiere es una oposición comprada, una oposición oficial que ellos puedan manejar.
—Pero, al parecer, están logrando esa división. El excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski ha insinuado que hay que participar. Da la impresión de que esto legitimaría la elección e iría en contra de su discurso, que afirma que no habría una oposición real. ¿Cree que sería un error que actores importantes de la oposición al régimen participen en esas elecciones?
—Yo creo que no deberían venderse barato. Hay que pensar cuáles son las condiciones para elecciones mínimas. El propio Henrique Capriles no puede participar. El propio Henrique Capriles fue inhabilitado. Su partido político no puede participar. Ellos no tienen cómo evitar la represión, cómo evitar la censura. No hay mecanismos para la votación. Entonces lo que sugiero es que nadie se venda barato.
Me alegro mucho, por ejemplo, de que Juan Requesens se encuentre en su casa. Nunca lo conocí, infelizmente, pero a su hermana y familia sí, y me alegro que de esté en su hogar. Pero esto forma parte del guion de Cuba, al arrestar a políticos y dejarlos salir para tratar de someter a esas personas. Entonces la pregunta que tengo es cómo participar en un fraude. Para nosotros, ya sabemos, no hay condiciones.
Nosotros lanzamos el 31 de marzo un marco para la transición a la democracia. Ese marco ya tiene un gran número de países que apoyan un Gobierno de Emergencia Nacional, como dice el presidente Juan Guaidó. Mostramos una voluntad política y tenemos tres meses esperando una respuesta digna.
—Esa respuesta digna no se ha producido. Parece ser que con la imposición de sanciones no es suficiente. ¿Estados Unidos tiene un plan B para lograr la salida de Maduro, o se mantendrá en la misma línea, aunque no haya funcionado hasta ahora?
—Yo creo que las sanciones están afectando el espacio de maniobra del régimen y ellos cada vez más tienen que buscar a otros amigos. Y digo amigos entre comillas, porque mandar barras de oro a Irán para comprarlos es su manera de tener amigos. Pagar la deuda que tienen con Rusia es como comprar amigos. Y son los cubanos los que están recibiendo todo. Mientras hay necesidad de gasolina en Venezuela, el régimen manda diésel para Cuba, manda petróleo y paga 100 veces más a los médicos cubanos que a los venezolanos. Entonces su espacio de maniobra ha sido reducido bastante y yo creo que tiene su impacto.
Nosotros hacemos un llamado para todos, que pueden tener una vida mejor después de elecciones libres, justas y verificables, porque estamos dispuestos a levantar las sanciones.
Hay personas que solo piensan en el plan B, que piensan solo en que va a llegar el momento mágico de una intervención militar y no sé qué, y esto es muy dañino. Hay muchas personas que lanzan bombas desde el banquillo o al margen de las cosas, con sus ideas fantásticas mientras que el presidente Guaidó sigue construyendo un movimiento cívico, social, político.
Este es el momento de unir esfuerzos. Solo la unidad en torno a los legítimos poderes garantiza la presión y el apoyo internacional. El proyecto que tiene el presidente Guaidó lo apoyamos por completo. No es una cuestión de la política, sino de la sociedad civil con los políticos, con la Iglesia, con los estudiantes, con los gremios, que van a poner la presión dentro del país. Pero hay personas y movimientos que piensan en el plan B y no están haciendo su tarea en casa.
—Entre esas personas, presumo, estaría María Corina Machado. Ella rechazó una propuesta del presidente interino e insiste en el apoyo militar de aliados internacionales. Ya usted dijo que todo apoyo pasa por la unidad en torno a los poderes, pero me gustaría saber, además, qué tan factible es una intervención de Estados Unidos teniendo en cuenta que se aproximan las elecciones presidenciales en su país.
—No voy a especular con acciones que vamos o no vamos a tomar y no voy a nombrar a políticos específicos. Pero insisto en la unidad de esfuerzos dentro del país, en torno a los legítimos poderes. Ellos garantizan la presión y el apoyo internacional. Para nosotros el presidente Guaidó sigue siendo el presidente hasta el cese de la usurpación.
El régimen piensa que, primero, va a cambiar la política americana si hay un cambio de administración en Estados Unidos y lo que no entiende es que el caso de Venezuela es un tema bipartidista. Tanto los demócratas como los republicanos apoyan que regrese la libertad y la democracia a Venezuela. Están en contra de una dictadura tan cruel como es la de Nicolás Maduro. Y lo otro es que ellos piensan que con un proceso fraudulento van a manejar todos los órganos y que esto socavaría la presión internacional. Ellos van a decir que ahora no hay un presidente interino, que no hay una Asamblea Nacional, van a intentar comprarla con alacranes. Pero no existen condiciones para las elecciones y no vamos a levantar la presión.
—¿Hasta cuándo sería el apoyo a Guaidó? Se acerca el final de su período y no ha podido cumplir con sus objetivos. Incluso el presidente Donald Trump dijo que perdió cierto poder.
—Cada venezolano quiere un cambio ya, querían un cambio en enero de 2019 y, por supuesto, hay personas que después de tanta represión, tanta censura, tantos ataques de las FAES, Guardia Nacional y de colectivos están desesperadas en este momento. Pero hay que dar ánimos, porque la presión interna es una fuerza necesaria. La presión, la movilización, la unión de esfuerzos sociopolíticos en el país es algo necesario para que los venezolanos tomen su libertad y la democracia.
Para nosotros, el artículo 233 de la Constitución es bastante claro. El presidente Guaidó asumió un vacío en la presidencia. Un vacío porque las elecciones de mayo de 2018 fueron fraudulentas. Entonces, según la Constitución, él sigue siendo presidente hasta el cese de la usurpación. Para nosotros no cambiaría la lógica en este momento.
—¿Eso quiere decir que ustedes valoran positivamente la continuidad administrativa de la Asamblea Nacional como se dice que propondría el gobierno interino?
—Yo creo que la dictadura no puede mejorar su situación con otra elección fraudulenta y la Constitución ha sido muchas veces utilizada en el pasado para la continuidad administrativa. Puede preguntar al alcalde (Antonio) Ledezma en Caracas, o en otros ejemplos en el pasado. La continuidad administrativa no es algo nuevo en Venezuela. Pero yo creo que deberían enfocarse todos los días en el cese de la usurpación y en cómo tejer la unión cívica, política y social en este momento, y no pensar tanto en lo que pasaría el 5 de enero.
—¿Cree usted que hay intereses dentro de la misma oposición en tomar el rol que hasta ahora tiene Juan Guaidó?
—Creo que hay personas que piensan que ellos pueden salir de las cenizas si hacen autoataques a la oposición democrática. Creo que ellos no tienen razón. Una vez que tengan un gobierno de transición completo, unas elecciones presidenciales libres y justas, cada persona va a tener su oportunidad en unas primarias o algo así. Pero este no es el momento de tener esas conversaciones, este es el momento de unir esfuerzos, trabajar en conjunto y ver cómo se puede aliviar el sufrimiento del pueblo de Venezuela.
—En este sentido, otro de los reproches que le hacen al presidente Guaidó es que no puede proponer una nueva estrategia si lo acompañan los partidos de siempre, en referencia al llamado G4. ¿Para el gobierno estadounidense es importante que toda estrategia del gobierno interino surja del apoyo de la mayoría de partidos, o creen que estos son prescindibles?
—Nosotros creemos que el movimiento debe ser político. 27 partidos políticos lanzaron el 2 de agosto el no a la farsa para las elecciones de la Asamblea Nacional. Nosotros trabajamos con todos los partidos políticos democráticos en el país, no solo con el G4. Creemos que el movimiento debería ser político, de todos los pensamientos, pero también cívico y social. Por esa razón tienen un papel importantísimo la Iglesia, los gremios, los estudiantes, los médicos y enfermeros. Me alegra mucho que el presidente Guaidó haya hecho un esfuerzo para apoyar a los héroes de la salud, que esta semana van a recibir su primer pago. La dictadura trató de bloquear el pago a los médicos venezolanos, mientras ellos pagaban a los médicos cubanos, ¡Dios mío!
Pero retomando su pregunta, para nosotros todos los movimientos políticos democráticos tienen su papel. Y en el marco para la transición a la democracia, y eso no les agrada a todos, nosotros pusimos un papel importante hasta para el PSUV, porque representa un porcentaje de pensamiento político. Las únicas cosas de política en las que estamos en contra son los fraudes y dictaduras. Hay espacio para todos los pensamientos. Lo que el presidente Guaidó ha hecho es un planteamiento que no solamente toma en cuenta el G4, sino la posición de 27 partidos políticos y también la sociedad civil.
—Dijo usted que la posición de Estados Unidos con respecto a Venezuela es bipartidista. Sin embargo, las formas indudablemente serían diferentes con una eventual administración de Joe Biden. Él ha dicho que no apoyaría la opción militar –como sí lo ha dicho el presidente Trump-, que las sanciones serían únicamente contra jerarcas del chavismo y posiblemente haya una apertura con Cuba. ¿Cree usted que esta estrategia sería igual de positiva para los intereses de las fuerzas democráticas en Venezuela?
—Yo creo que hay que esperar por los resultados de nuestra elección. Hay que fijarse en cuando el 6 de agosto, si mal no recuerdo, el alto representante Eliott Abrahms tuvo una audiencia con el senado y fue un demócrata, el senador Menéndez, quien le preguntó si Venezuela es un peligro para la región y para los Estados Unidos de América. Esto es un demócrata diciendo, tal cual, que es un peligro para la región y nuestro país. Y muestra de que hay FARC, hay ELN, hay un narcogobierno, hay Hezbolá, el gobierno de Irán cada vez con más espacio, su aproximación con Rusia y ahora supuestamente adquieren misiles de Irán. Esto trasciende a los partidos.
—No confían en las elecciones del 6 de diciembre, la ruta de Guaidó por ahora no resuelve el conflicto y la fuerza militar internacional no parece factible en el corto plazo. ¿Qué les queda entonces a los venezolanos? Visto así, pareciera que deben resignarse a un cambio en un futuro cercano y que el régimen de Maduro ganará, una vez más, con su estrategia.
—Lo que digo sobre una intervención es que no deberíamos especular. Yo creo que hay personas que ponen todos los huevos en la cesta de una intervención militar y no están haciendo la labor de trabajar en las bases. La gran mayoría de los venezolanos están en contra de este régimen. La mayoría son los que quieren un cambio dentro y fuera del régimen, porque dentro también hay personas que quieren el cambio porque saben que esto no puede durar.
Entonces yo diría que la presión internacional viene con el esfuerzo de lo que están planteando el gobierno interino y los poderes legítimos, porque son ellos quienes la garantizan. Hay miles de venezolanos en las calles pidiendo su libertad, su democracia, todos los días. Pueden hacerlo pidiendo agua, o medicamentos, o gasolina, lo que sea. Los venezolanos deben construir un movimiento que trascienda las diferencias políticas porque todos tienen el mismo objetivo: elecciones presidenciales libres, justas y transparentes. Y el presidente Guaidó está liderando un proceso para hacer esto.
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