• Raúl Zambrano le da una segunda oportunidad a infinidad de piezas y elementos que son desechados. Parte de las obras que elabora con sus manos son carros y figuras de Don Quijote

José Raúl Zambrano o Raulito, como le dicen familiares y amigos de cariño, tiene 58 años de edad y desde hace 25 se dedica a crear figuras que tienen como punto de partida su creatividad e ingenio. Hasta la fecha ha elaborado más de 200 obras inspiradas en infinidad de imágenes. 

Raulito comenzó a elaborar estas figuras cuando trabajaba en un taller mecánico. Allí conoció a una persona que –para ese entonces- armó una moto con chatarra (trozos de metal de desecho) y a él le llamó la atención. Se interesó por el proceso de creación, le expresó algunas inquietudes que tenía al respecto y así fue aprendiendo. 

“Ahí empezó todo porque me apasionan las motos, entonces me interesó mucho. Yo también comencé a hacer motos pero no sabía soldar, me tocaba pedirle a alguien más que me hiciera el favor de fijar las piezas”, contó Raúl en entrevista para El Diario.

Esa persona fue su fuente de inspiración y su punto de partida. Decidió aprender a soldar que era lo que lo limitaba y así fue. Ahora tiene gran soltura en el arte de la soldadura.

“En el canal donde trabajo fue donde aprendí a soldar y a partir de allí comencé a hacer mis cosas e inventar cada día más. Cualquier cosa que se me ocurría buscaba la manera de plasmarla y hacerla realidad”, dijo Zambrano.

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De hecho –recuerda entre risas y picardía- que luego él hizo una moto mejor que la del joven que le enseñó a darle una segunda oportunidad a las piezas que, normalmente, se desechan. 

Moto soldaduras figuras
Foto: Gabriela Magilbray

Su hobby, su pasión

Raulito se desempeña como chofer y encargado de servicios generales en una televisora del estado Táchira. Ese ha sido su trabajo fijo desde hace más de dos décadas y, en paralelo, ha laborado como mecánico en algunos talleres o de forma independiente. No obstante, su tiempo libre lo dedica, casi a plenitud, a crear esculturas. Incluso elabora otros artículos como casas para perros o gatos, también con piezas mecánicas y cauchos.

En las noches, cuando esperaba a la gente en la televisora, me venía a mi taller aquí atrás y empezaba a soldar, a hacer motos, luego comencé a hacer esculturas de Don Quijote en distintas presentaciones”, explicó Raúl.

Lámparas, relojes con cadenas de motocicletas, búhos, helicópteros y hasta aviones con bujías de carros son algunas de las obras que surgen de su imaginación y que transforma en una realidad. 

Incluso tiene una cuenta en Instagram donde comparte parte de sus diseños. Se llama Rustideas y, gracias al apoyo de su familia y compañeros de trabajo, la mantiene actualizada. Esto le permite que otras personas vean sus diseños e incluso lo contacten en caso de querer adquirir alguno de ellos. 

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En cuanto al nombre Rustideas, dice que salió del ingenio de un buen amigo del canal quien lo ayudó a abrir la cuenta en Instagram y también se encargó del diseño del logo, que es “la cara de un gladiador con armadura”.

Piezas para armar figuras Raulito
Foto: Gabriela Magilbray

Complejidad y paciencia

Raulito afirma que los Don Quijote –aparte de las motos- son las piezas que más disfruta hacer porque requieren tiempo, paciencia y mucha exactitud para que queden bien. 

“A ellos (los Don Quijote) hay que dedicarles bastante tiempito. Hay muchas formas de hacerlos, en distintas poses, versiones y me gusta mucho recrearlos en varias facetas”, indicó.

En su taller tiene infinidad de esos personajes. Unos pequeños, con armadura, sentados, de piernas largas, con espada, a caballo e incluso algunos que miden 1,50 metros.

Recuerda que la primera vez que hizo un Don Quijote fue porque una persona le encargó uno. A partir de allí se enamoró de ese personaje y continuó haciéndolos. Luego hizo varias representaciones de Cristo, también escorpiones (casi todos con cadenas de moto), portallaves en forma de escopetas o pistolas antiguas y dinosaurios. 

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Afirma que suele inspirarse por épocas y hace muchas imágenes de un solo personaje en varios tamaños, formas o versiones.

Don Quijote Rustideas
Foto: Gabriela Magilbray

El simple hecho de entrar al espacio donde brota su imaginación y verlo trabajar con dedicación y entrega en cada obra es comprender cuánto disfruta lo que hace pese a no recibir remuneración fija o constante por ello.

“Es mi hobby, me encanta hacer esto (…) tengo ganas de hacer un proyecto o buscar un espacio donde pueda exhibirlos nuevamente para ver si se venden porque ya tengo muchos acumulados. Hay alrededor de 150 piezas aquí en el taller; también he vendido ya varios y otros los he dado como obsequios a amigos y así”, aseveró Raúl.

En una oportunidad previa estuvo en un bazar en la ciudad de San Cristóbal (Táchira). Llevó casi 60 obras y –según recuerda- las personas (sobre todo muchos niños) estaban encantadas con las creaciones que llevó. A muchos les llamó la atención el ingenio para elaborar dichos objetivos e incluso vendió algunos en ese sitio. 

El proceso de elaboración en Rustideas

Sobre los pasos para crear cualquier pieza desde cero, Raúl dijo que lo primero es imaginarla, dibujar y visualizar en la mente lo que desea plasmar en la realidad. Luego debe conseguir los materiales que requiere para ello (correas de motos, bujías, tornillos, tuercas o cualquier otro). 

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Don Quijote Rustideas
Foto: Gabriela Magilbray

“Después hay que hacer las medidas exactas para que el muñeco quede bien. Más adelante corresponde cortar los materiales a usar, en caso de que sea necesario”, explicó. 

Finalmente corresponde unir las piezas, estar conforme con cómo se ve la obra y luego se procede a soldar cada una de esas partes para que queden fijas. 

Raulito no suele pintar las obras (a menos que así se lo pidan). Prefiere dejarlas con los colores originales de las piezas que usa para darle un toque rústico y único a sus creaciones.

Su familia ama su arte. Afirma que a su esposa e hijos les encanta todo lo crea y en su hogar tiene varias piezas a modo de decoración. 

Rustideas decoración
Foto: Gabriela Magilbray

“A mis hijos les hice una moto para las puertas de cada habitación y así otras cosas para la casa”, precisó. 

Si bien este no es su empleo directo, Raulito ama crear piezas y poner a volar su imaginación una vez se sumerge en su taller repleto de figuras de Don Quijote, helicópteros, motos, vehículos y demás artículos de su autoría. Sin dudarlo, asegura que continuará haciéndolo en sus tiempos libres y anhela que muchas personas más conozcan su trabajo a través de Rustideas. 

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