• Aunque sería “ideal” que la lengua de señas venezolana (LSV) fuera parte del sistema educativo general para una inclusión amplia de la comunidad sorda, la presidenta de la Asoive, Claudia Jaimes, considera que no es viable porque no hay suficientes profesores capacitados para enseñarla y no puede haber muchos participantes por clase | Foto: Referencial

La lengua de señas es el medio de comunicación que utiliza gestos, principalmente con las manos, para expresarse. Es empleado por la comunidad sorda (o con alguna discapacidad auditiva), en su mayoría, además de sus familiares, profesores de la materia y lingüistas especializados.

Entendiendo esto, se puede tener idea de la importancia de la lengua de señas, especialmente para aquellas personas que nacieron sordas. 

La lengua de señas para los sordos es su mundo, su identidad, su cultura y por eso la defienden y la aman tanto. A través de esa lengua construyen su percepción de la vida”, explicó Claudia Johanna Jaimes Quiros, presidenta y cofundadora de la Asociación de Intérpretes de Lengua de Señas Venezolana y Guías Intérpretes para Sordociegos (Asoive), durante una conversación exclusiva para El Diario. 

Mencionó que la lengua de señas venezolana (LSV) le otorga a los sordos de nacimiento la capacidad de construir una visión del mundo, de tener pensamientos y razonar. De no tenerlo, se coarta al individuo de múltiples formas: cognitivamente, emocionalmente, socialmente, integralmente, y además se genera un retardo mental inducido. 

De acuerdo con Jaimes, la LSV es la principal herramienta de identidad e inclusión para las personas con discapacidad auditiva. A pesar de este hecho de peso, en Venezuela falta hacer énfasis en las medidas necesarias para promoverla y difundirla como amerita, detalló la lingüista con más de 20 años de experiencia en el campo. En tal sentido, puntualizó algunos aspectos que se deben atender: 

– Financiamiento por parte de las autoridades para proseguir con las investigaciones en el área descriptiva de la LSV. 

– Políticas inclusivas lideradas por los profesionales en la materia, y que tanto el Estado como la empresa privada aporten los recursos necesarios para la implementación de las políticas públicas. 

– Formación más amplia y accesible para la comunidad sorda, respecto a la enseñanza de segundas lenguas. 

– Inversión en tecnología orientada a la enseñanza de la LSV.

¿La lengua de señas venezolana debería ser obligatoria en el sistema educativo general?

En palabras de la presidenta de la Asoive, sería ideal que todas las personas aprendieran la lengua de señas venezolana desde niños, no obstante, no es para nada viable en las condiciones actuales. 

Sería ideal que todas las escuelas básicas enseñen la lengua de señas como un segundo o tercer idioma; se trata de la tercera lengua más hablada en Venezuela, antecedida por el wayuunaiki y el español, según la investigación del lingüista Sergio Serrón en el año 2006. Ahora, no es viable enseñar la lengua de señas a escala nacional porque no existen tantos profesores formados académicamente como para preparar a otros”. –Claudia Jaimes, presidenta y cofundadora de la Asociación de Intérpretes de Lengua de Señas Venezolana y Guías Intérpretes para Sordociegos (Asoive).

Jaimes, magíster en Lingüística y doctorando en el Área de Gestión para la Creación Intelectual, puntualizó que debido a la práctica visogestual de la lengua de seña, las clases tienen que ser con pocas personas para que el profesor pueda verlos a todos, de manera individual, y poder evaluarlos. 

Por tanto, el número ideal para los grupos de estudiantes de la lengua de señas venezolana es de 8 a 10, máximo 12. “A diferencia de las clases de otras lenguas o materias, no se puede masificar”, indicó la experta. 

Esto, junto con la escasa cantidad de profesores capacitados para dar clases, hace que la enseñanza de la lengua de señas sea limitada en el país, así como su dominio. A esto se suma la dificultad que puede significar su práctica para quienes tengan dificultades físico-motoras, de coordinación o de proceso cognitivos implicados. 

Jaimes indicó que más de la mitad de las personas que comienzan a estudiar la lengua de señas venezolana termina abandonando su estudio porque puede resultar compleja, dependiendo de las habilidades de la persona. Añadió que los niños y niñas suelen aprender muy rápido y corregir a sus padres cuando aprenden en simultáneo; por ello sería “ideal” la enseñanza de esta lengua desde temprana edad, pero en otras condiciones diferentes a las actuales. 

Lengua de señas venezolana: una herramienta de inclusión que necesita financiamiento y difusión
Lengua de señas | Foto: Referencial.

¿Hay escuelas especiales para aprender la lengua de señas venezolana en la actualidad? 

No existen academias formales para enseñar la LSV. Tal como indicó la presidenta de la Asoive, debido a que los sordos no provienen de un país en específico y por tanto, no se puede viajar a un territorio donde enseñen la lengua de señas, entonces hay que acudir preferiblemente a los lugares en donde ellos suelen reunirse y convivir entre sí. 

Experiencia propia. Claudia Jaimes comentó que ella aprendió la LSV en la Asociación Católica de Sordos y luego perfeccionó sus conocimientos en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

Las organizaciones religiosas y asociaciones especiales para sordos son los principales lugares en donde se puede aprender la LSV, según la lingüista. Sin embargo, acotó que en el Instituto Pedagógico de Caracas (IPC) hay una carrera de Educación Especial para Sordos, en donde también da clases y, junto con sus colegas, tienen como meta egresar a los estudiantes formalmente como bilingües. 

Aunque en ocasiones se cree que los sordos de nacimiento manejan la LSV, realmente tienden a desarrollar una lengua rudimentaria o coloquial, a menos que se dediquen a estudiarla a profundidad, pero son pocos los que estudian su propia lengua. Por tanto, la mayoría no está capacitada para enseñar la LSV de manera efectiva y a profundidad, como sucede con el español y la mayoría de hispanohablantes. 

¿Lengua o lenguaje de señas?

La especialista en educación especial para sordos, Claudia Jaimes, aclaró que el término correcto es “lengua de señas” y no “lenguaje de señas”, como algunas personas lo denominan. El lenguaje es la capacidad cerebral innata de comunicarse, continuó, por lo que involucra: socialización, expresión, gestos, pragmática, fonología, lengua, entre otros. Entonces, el lenguaje da paso a la creación de la lengua, que es la capacidad social y directa de la comunicación; es decir, los idiomas y las lenguas de señas.

Lengua de señas venezolana: una herramienta de inclusión que necesita financiamiento y difusión
Lengua de señas | Foto: Referencial.

Venezuela: un país con una comunidad señante amplia

A pesar de que ningún censo ha determinado de forma pública y aproximada el número de señantes –personas que hablan lengua de señas– en Venezuela, Claudia Jaimes recordó que para el año 2011 el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) determinó que había 108.000 personas sordas en el país, lo que representaba un 0,4% de la población total. 

En la actualidad se desconoce con exactitud la cantidad de personas con discapacidad auditiva o con dominio de la LSV; aun así, Jaimes estima que debe ser mucho más que 110.000 los señantes de Venezuela, ya que al estar entre esta comunidad se puede denotar que es mucho más amplia de lo que parece. 

No hay casi maestros de LSV en las escuelas, la mayoría también se ha ido del país por los salarios precarios. Las escuelas están con muy bajas matrículas, ha sido el periodo más crítico que hemos tenido en Venezuela. No puedo decir una cifra exacta, pero en Venezuela hay al menos una escuela pública de sordos por estado. Solo en Caracas hay cinco”. –Claudia Jaimes, presidenta y cofundadora de la Asociación de Intérpretes de Lengua de Señas Venezolana y Guías Intérpretes para Sordociegos (Asoive).

Afirmó que conoce casos de personas o incluso familias señantes completas que han emigrado del país, como varios cientos de connacionales, en busca de un mejor futuro. Lo que muchas personas no saben es que, así como para los venezolanos que viajan fuera de Latinoamérica, la lengua también resulta un obstáculo para la comunidad sorda. 

La lengua de señas venezolana es diferente a la lengua de señas de cualquier otro país; cada nación tiene su propio catálogo de señas para expresarse. Esto significa que, indistintamente del país al que se dirija algún señante, tendrá que aprender una lengua diferente casi en su totalidad. 

En este sentido, la lengua de señas que más se asemeja a la LSV es la de España. Esto se debe a que José Arquero, el sordo que fundó la primera Asociación de Sordos de Caracas (ASC) era español y hablaba lengua de señas española (LSE). Además, las monjas que educaban a los sordos venezolanos, en sus inicios, también provenían del país europeo.

Lengua de señas venezolana: una herramienta de inclusión que necesita financiamiento y difusión
Lengua de señas | Foto: Referencial.

La relevancia obtenida por la LSV en el país 

El compromiso para que la LSV empezara a tener un mayor reconocimiento en el país nació en 1985, cuando el Ministerio de Educación venezolano solicitó a la Universidad de los Andes (ULA) que describiera la lengua en la que se comunicaban las personas sordas. A raíz de eso, el Departamento de Lingüística de la ULA demostró que, efectivamente, se trataba de una lengua de señas.

La investigación fue dirigida por la lingüista Lourdes Pietrosemoli, quien le dio el nombre de “lengua de señas venezolana” y el estatus de idioma. En el año 1987 se celebró el primer encuentro nacional de lingüística y lengua de señas, en donde se compartió toda la información del proceso. 

El segundo momento crucial de la lengua de señas en Venezuela fue en 1999: la comunidad sorda en conjunto con los constituyentistas de entonces lograron que se incorporara en el artículo 81 de la Constitución el reconocimiento de la lengua de señas. 

Luego, en 2006 el país atestigua el tercer gran momento de la LSV, cuando su aprendizaje comenzó a expandirse y llamar la atención de más personas. La causa de esto fue la incorporación de intérpretes de lengua de seña en los noticieros, algo que aplaudió la mayoría de la población venezolana y que motivó a que un gran número iniciara en su dialecto. 

Actualmente muchas personas me contactan porque quieren ser intérpretes de lengua de señas, pero no hemos podido crear una institución que enseñe a las personas desde cero para convertirse directamente en intérpretes; para ello, la persona primero se debe hacer bilingüe”, comentó Claudia Jaimes.

Aunque la LSV ha avanzado considerablemente, todavía tiene un largo camino por recorrer para gozar de las consideraciones y relevancia que debería tener. Más allá de cualquier ley o norma, la lengua de señas es sin duda una de las representaciones más significativas de la inclusión social. 

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