• La presencia en las calles de la localidad San Carlos de decenas de venezolanos preocupa a las autoridades costarricenses 

Ciudad Quesada, en San Carlos (Costa Rica), se ha visto afectada por un inédito flujo de migrantes, en su mayoría venezolanos. Las autoridades han expresado que se trata de un éxodo diferente. Llegan en grandes cantidades y se instalan para pedir ayuda económica que les permita continuar su camino hacia Estados Unidos o Canadá.

Según el portal La Nación, se observan adultos y niños vendiendo chucherías en los semáforos, además han “invadido” terrenos baldíos con carpas donde duermen por las noches y guardan sus pertenencias durante el día.

Karol Salas, alcaldesa de San Carlos, manifestó que el propósito del gobierno local es facilitarles el paso pero que se realice ordenadamente y respetando a los ciudadanos. Sin embargo, acotó que en Ciudad Quesada la estadía de los venezolanos carece de orden. 

Autoridades del Colegio Diocesano, un centro educativo privado, han estado ayudando a los migrantes las últimas semanas, ofreciéndoles comida pero anunciaron que dejarán de hacerlo a partir del próximo 14 de septiembre, según confirmaron a La Nación.

Ayuda para los migrantes

Juan Diego González, presidente del Concejo Municipal de San Carlos, lamentó que se vean mujeres con niños pidiendo, otros durmiendo en las calles, todos esperando conseguir dinero para seguir su viaje a EE UU. Consideró que la situación se salió de control, pero argumentó que no tienen presupuesto para ayudar a los migrantes de paso.

Por su parte, el diputado del Partido Unidad Social Cristiana, Leslye Bojorges, instó a no acoger a los migrantes. “Los vecinos plantean la problemática de que muchos están durmiendo en carpas o en las aceras. Muchos comerciantes de la zona son los que están dándoles de comer a los migrantes y eso agrava el problema porque cada día llegan más, sobre todo a Ciudad Quesada”, expresó Bojorges.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) maneja cifras de migrantes que han entrado, de diciembre de 2021 a mayo de 2022, y aseguraron que la cantidad aumentó un 270 % con respecto a la misma fecha de 2020 a 2021. El porcentaje de venezolanos subió de un 24 % a un 85 %, situándose como la principal nacionalidad que cruza por el país. 

Drama de los venezolanos

Para muchos de los migrantes llegar a Costa Rica significa un alivio. Narran los peligros que enfrentaron para llegar hasta ahí con la ilusión de seguir el camino hasta EE UU, según un trabajo del portal El Observador.

José Daniel Romero, un migrante venezolano entrevistado por ese medio, relató que cruzar la selva de Darién es una experiencia aterradora. 

“Mentalmente es muy difícil, usted va caminando y se topa con cuerpos y no es poca cantidad, es difícil asimilar cuando ves cuerpos de niños”, manifestó el migrante.

Los extranjeros consultados aseguraron que muchos llegan enfermos, con diarreas, vómitos, dolores estomacales, pies inflamados, picaduras de insectos y otras dolencias y no tienen cómo pagar por asistencia médica. Deben esperar por la ayuda de alguna asociación.

Por ejemplo, la organización Obras del Espíritu Santo ha colaborado con brindar ayuda sanitaria y tiene tres albergues para acoger a los migrantes. También el Patronato Nacional de la Infancia colocó una unidad móvil médica en las afueras de su asociación para los migrantes en la localidad ubicada al sur de Costa Rica.

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