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- En Venezuela, la Fundación Trofeo Viviente confecciona sostenes adaptados con bolsillos externos a bajo costo para mujeres que perdieron uno o ambos senos después de la mastectomía o extirpación de todo el tejido mamario. Foto principal: José Daniel Ramos
Texto publicado originalmente el 19 de octubre de 2022.
Hace 12 años Regina Stanila, sobreviviente de cáncer de mama, creó la fundación Trofeo Viviente en Venezuela. Quiso llamarla de esa manera porque le preocupaba la falta de autoestima de cientos de mujeres luego de que les practicaban una mastectomía. Fue así como, inspirada por este pensamiento, empezó un taller de costura para producir prótesis adaptadas a bajo costo para devolverle la esperanza a esas mujeres que habían perdido su cotidianidad tras haber superado la enfermedad.
Maribel Jaspe, también sobreviviente de cáncer de mama, se enteró de esta iniciativa al no encontrar un sostén que se adaptara a sus necesidades. Viajó desde Guatire, estado Miranda, hasta el taller en Chacao buscando una prenda de vestir que le permitiera recuperar la confianza en sí misma. Fue así como conoció a Regina, quien le hizo una invitación para empezar a trabajar como costurera en su taller.
Jaspe cuenta que Regina anotó su número en un papel y lo pegó en una pizarra de madera. La llamó a los días siguientes y desde hace cuatro años no solo se dedica a la confección de sostenes con prótesis adaptadas a la medida, sino también elaboran pijamas postoperatorias y trajes de baños con un único fin: crear prendas de vestir para la vida después de cáncer de mama.
Así como Maribel, muchas mujeres llegan al taller de costura luego de que se enteran de la iniciativa. La mayoría proviene de hospitales públicos y oncológicos, otras llegan desde el interior del país buscando una alternativa económica que les permita recuperar la independencia que tenían antes de haber pasado por una mastectomía.
Los sostenes con prótesis adaptadas son confeccionados por tallas. Para expandir la iniciativa y reducir costos, estos se realizan con retazos de tela y están rellenos de microbolitas de anime que los hace tener una estructura ligera para, de esta manera, facilitar el proceso de adaptación.
Prendas para la vida luego de una mastectomía
Y es que a medida que el proyecto de la fundación fue creciendo, surgieron nuevas ideas y comenzaron a producir trajes de baños. La mayoría de ellos tienen colores brillantes y llamativos, como siempre lo quiso Regina. Karina Maiquetía, una de las miembros operativas de Trofeo Viviente, comenta para El Diario que muchas de las prendas tienen un homenaje al legado de su fundadora. Explicó que estos pequeños detalles son un incentivo para estimular a las mujeres a renacer, así como a estimularlas a que no oculten lo que han padecido.
Maiquetía también considera que, como parte de los valores de la fundación, no creen que la feminidad pueda extirparse. Al contrario, comenta que se trata de una celebración a la adaptación y a la igualdad, pues el proyecto está enfocado en las mujeres que eligen nuevamente sentirse completas.
Además, durante la pandemia del covid-19, la salud fue un tema muy importante: sobre todo, la salud emocional. Por eso, la fundación organiza conversatorios para ofrecer espacios de encuentro para mujeres mastectomizadas. De estas charlas también surgen adaptaciones y nuevos diseños por elaborar.
Maiquetía comenta que, debido a la crisis económica de Venezuela, una de las empresas que confeccionaba los sostenes cerró sus puertas. Esto condujo a que se disminuyera la producción por las dificultades para conseguir la materia prima. Ante esta situación, la fundación ha optado por comprar lotes de sostenes y rediseñarlos para así adaptarles el bolsillo que va cosido dentro del brasier.
A pesar de las dificultades, afirman que continuarán con el legado de Regina. El apoyo de muchas personas que hacen labor social en Venezuela también han sido importantes para el éxito de la causa. Y aunque les gustaría que el número de solicitudes fuera bajando, cada día son más las mujeres que les solicitan información por haber sido mastectomizadas.
La fundación Trofeo Viviente atiende un promedio de 100 mujeres anuales. “Esto es solo un indicador de que cada vez hay más mujeres que padecen de esta enfermedad en Venezuela”, expresó Maiquetía.
Muchas mujeres, de distintas edades, llegan a este taller de costura con un anhelo: deshacerse de los trapos enrollados en la copa del sostén para pasar desapercibidas entre la gente. Por esa razón, lejos de detenerse, la fundación Trofeo Viviente ofrece a las sobrevivientes de cáncer una oportunidad de encontrar una forma de “recuperar la confianza que se pierde en el camino”. Ese era el lema con el que Regina siempre le recordaba a sus compañeros de trabajo la importancia de cada prenda. Ahora su legado se transmite a otras mujeres que, como ella, hallaron la confianza que habían perdido en sí mismas.
