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- Tras dos años sin conmemorar su día de forma presencial debido a la pandemia de covid-19, los devotos se reencontraron con la sagrada imagen en la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá
El estado Zulia celebró los 313 años de la aparición de su patrona, La Virgen del Rosario de la Chiquinquirá, este 18 de noviembre.
La veneración de La Chinita, como es reconocida por la feligresía, trasciende las fronteras venezolanas y es una fiesta católica arraigada en la idiosincrasia marabina.
Monseñor Peña Parra, tercero en jerarquía en la ciudad del Vaticano, después del papa Francisco y de monseñor Pietro Parolin (secretario de Estado) fue el encargado de regir la misa en honor a la representación mariana.
Tras dos años sin celebrar su día de forma presencial debido a la pandemia por el covid-19, los devotos se reencontraron con la sagrada imagen en la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Este año también se retoman las fiestas en honor a La Chinita, que cuentan con la participación de una nutrida concurrencia.
El regalo del Vaticano
Al inicio de la eucaristía se presentó el ramo dorado, que fue enviado desde el Vaticano por medio del sustituto para asuntos generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, monseñor Edgar Peña Parra.
Este fue de la Santa Sede a la Virgen de Chiquinquirá por 80 años de coronación canónica, la Rosa de Oro.
Entre aplausos, la feligresía agradeció el gesto del santo padre. La rosa de oro fue situada en los pies de la Reina Morena, como también se le conoce a la virgen, tal y como lo pidió el papa Francisco.
En Caracas se homenajeó a la virgen
Los devotos se acercaron al Santuario de la Virgen del Chiquinquirá en La Florida en Caracas para elevar una plegaria a la advocación mariana, reseñó la Arquidiócesis de Caracas a través de su cuenta en Twitter.
Así se dio a conocer La Chinita
Según la tradición, en el año 1709 la imagen llegó a una lavandera de nombre María Cárdenas, habitante de un barrio humilde de Maracaibo denominado “El Saladillo”.
La mujer cumplía su faena en las orillas del lago de Maracaibo cuando una pequeña tabla llegó a sus manos, sin ninguna particularidad que la hiciera especial. La llevó a su casa y la utilizó como tapa de una tinaja de agua.
Luego, el 18 de noviembre, cuando la mujer estaba colando café, se dio cuenta de que en la tablita estaba la imagen de una virgen y decidió colgarla en la pared.
La mujer escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando. Al acercarse para ver lo que sucedía, se dio cuenta de que se había revelado la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá.
Los vecinos acudieron a la casa de la señora y corroboraron el descubrimiento. Desde ese día, dice la tradición, La Chinita protege al pueblo zuliano desde su templo.
