• El director ejecutivo de Cusica, Rodolfo Moleiro, contó en entrevista para El Diario el trabajo detrás del festival, el cual espera logre consolidarse en el tiempo como un referente latinoamericano. También la historia detrás de su empresa, la cual comenzó vendiendo discos por Internet y ahora intenta hacer resurgir la industria musical venezolana

Una decena de gritos precede al retumbar de las guitarras. Desde las tarimas instaladas en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, en Caracas, el Cusica Fest dejó en 2022 la vara a un nivel que deberá superar para su tercera edición. Condensados ahora en una sola fecha, el 16 de diciembre, en el mismo lugar, el festival de música aspira a convertirse más que en un evento masivo, en una nueva tradición decembrina.

Este año, el line-up del festival trae artistas reconocidos en la movida rockera venezolana como Tomates Fritos, Viniloversus, Horacio Blanco y Los Mesoneros, además de marcar el regreso de Americania por el décimo aniversario de su disco La fiesta del rey del drama. También da tribuna a otros géneros con artistas como Micro TDH, Dj Babatr, Anakena y Dani Barranco. Sin embargo, donde destaca la variedad es en los invitados internacionales, con el dúo puertorriqueño Alexis y Fido; Elsa y Elmar y Esteman, por Colombia; además de la dominicana Tokischa. 

Para el director ejecutivo de Cusica, Rodolfo Moleiro, la idea es que el festival se preserve en el tiempo y poco a poco crezca hasta el nivel de eventos como el Estéreo Picnic de Colombia, o incluso del Lollapalooza o Coachella. En entrevista para El Diario, reconoce que ha sido un camino complejo, en el que junto a sus socios, han ido construyendo la marca pausadamente, pero sin detenerse. Y así esperan seguir creciendo en los próximos años.

“Nosotros metimos en la primera edición a 5 mil personas y en la segunda edición a más de 10 mil. Ojalá podamos meter más y así iremos creciendo y creciendo, hasta 16 mil personas, que es lo que cabe en la Simón Bolívar. Eso será en tres o cuatro ediciones más, y de ahí nos tendremos que ir a un sitio más grande, Dios mediante, y si las cosas funcionan”, apunta.

Proyección internacional

Cusica Fest: el evento musical que aspira convertirse en un Woodstock venezolano
Bomba Estéreo en el Cusica Fest 2022. Foto: Cortesía

De acuerdo a Moleiro, la idea de hacer el Cusica Fest rondaba su mente desde el año 2016. Su plan era recrear aquellos grandes conciertos que alguna vez sacudieron a la ciudad como el Caracas Pop Festival (2001-2005). En especial, al ver que desde 2012 no se organizaron nuevos festivales, mientras otros establecidos como el Nuevas Bandas mermaban en tamaño y recursos con cada edición.

“En ese momento la situación económica era cada vez más complicada, sobre todo por el control de cambio. Planificar un festival o un concierto era difícil porque precisamente el bolívar, en comparación del dólar, iba subiendo todos los días. Entonces hacer una conceptualización de las bandas que tenías que pagar en dólares o los proveedores que te cobran en dólares era muy complicado”, admite.

Cusica Fest: el evento musical que aspira convertirse en un Woodstock venezolano
Rodolfo Moleiro, CEO de Cusica. Foto: Cortesía

Por eso considera como un logro haber traído en 2022 a artistas reconocidos en Latinoamérica como El Cuarteto de Nos, Bomba Estéreo o Monsieur Periné. Destaca el caso de Devendra Banhart, quien a pesar de ser venezolano-estadounidense, fue el primero de ese país en venir en muchos años, lo cual a su juicio, mandaba un mensaje a las empresas de talentos internacionales. Para ello, el empresario señala que desde 2021 visitaron las principales casas de booking de la industria, es decir, agencias encargadas de coordinar y promover las actuaciones de los artistas. 

Reconoce que si al principio la mayoría de las agencias estaban renuentes de enviar a figuras grandes a Venezuela. Sin embargo, su equipo logró convencer a los bookers de comenzar con artistas regionales o en crecimiento, negociando así las alineaciones de 2022 y 2023. Acota que el objetivo es que, en la medida que Cusica Fest crezca y tengan éxito las presentaciones de los artistas invitados, las agencias se animen a negociar con nombres cada vez más cotizados.

“Fue tratar de romper esa frontera para que otra vez los artistas empiecen a ver Venezuela como un destino para hacer crecer su proyecto. A la larga esto no beneficia nada más a Cusica, sino a cualquier productora que quiera traer un artista”, resalta.

Diversidad

Primer día del Cusica Fest 2022 en la USB El Diario Jose Daniel Ramos @danielj2511
Irepelusa. Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

Durante una de las presentaciones de la edición anterior, el rapero Lil Supa cuestionó en vivo al evento por la ausencia de más artistas de hip hop. Algo que contrastó con otras voces en redes sociales, que más bien añoran la cartelera del primer festival, centrada en el rock venezolano. En todo caso, Moleiro aclaró que la intención es incorporar cada vez más variedad para atraer nuevos públicos. Incluso, como una forma también de dar un descanso a quienes no sean fanáticos de determinados géneros, y puedan aprovechar de ir a comer o recorrer los stands.

Si bien este año buscaron incluir más música urbana a la cartelera, y aún quedan artistas por confirmar, admite que este año no habrá tanto hip hop como le habría gustado. Esto pues el Cusica Fest coincidirá con uno de los dos días del Tatú Art & Music Fest, que se realizará en el Poliedro de Caracas. 

Cusica Fest: el evento musical que aspira convertirse en un Woodstock venezolano
Cusica Fest 2019. Foto: Cortesía Maikel Mantilla

Moleiro acota que sabe que el perfil de ese festival estará más orientado hacia el hip hop, con presentaciones de Molotov, Apache, Akapellah, entre otros, por lo que quisieron evitar un choque de agendas. Igualmente, lejos de verlo como un conflicto de interés, el productor celebra la creación de nuevos espacios para la música en la ciudad. 

“Es bueno que haya competencia entre productoras y que al final sea el consumidor final el que va a comparar a donde prefiere estar. Que diga ‘yo prefiero ir a este porque es un mejor precio’, o ‘tengo una mejor calidad, los horarios me los respetan, no me dicen que el concierto es a las 8:00 pm y arranca a las 12:00 am para que consuma licor’. Entonces al final la competencia hace que las productoras mejoremos”, opina.

Una casa musical

Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

Moleiro conversó con El Diario desde la sede de Cusica Studio, en una quinta de la urbanización Los Chorros, en el municipio Sucre (Miranda). Desde su ventana se ve el jardín que ha sido usado para ruedas de prensa de diferentes artistas, recepciones para fanáticos, bazares, o simplemente como área de esparcimiento del bar ubicado en el piso superior, donde también hacen presentaciones en vivo.

Pero el local, inaugurado en 2021, es un laberinto en cuyos pasillos se puede ver la historia del rock venezolano contemporáneo, con uno de los trajes espaciales usados por Caramelos de Cianuro para la portada de su disco 8, o fotografías de las bandas que han tocado en los conciertos organizados por Cusica. Además del bar y la tienda de merchandising, el lugar dispone de cabinas de radio, un estudio de grabación profesional tanto para música como para podcast, una sala para sesiones fotográficas e incluso un cuarto de karaoke. 

Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

Todo forma parte de la gran red empresarial en la que se ha convertido la marca Cusica. De acuerdo a su página web, lo que inició como una tienda de música por descarga se expandió a una productora de eventos, un servicio de producción discográfica, una línea de ropa y accesorios y una academia de formación musical. Esto sin mencionar sus dos bares, su portal informativo y su servicio de asesoría para artistas. 

Toda una maquinaria construida y engranada alrededor de un objetivo: mantener viva la industria musical venezolana. Moleiro asevera que desde 2010 este sector entró en declive debido al cierre de los grandes sellos discográficos que operaban en el país. Esto sumado a la crisis económica que impidió a las productoras hacer eventos grandes, como los que se realizaban en la década de 2000.  

“La idea era que las bandas pudieran tener una marca propia que financiara a artistas emergentes. Vamos a apoyarlos desde pequeños con esa estructura que estamos haciendo, para que en algún momento, cuando terminen de crecer, sean como artistas de la casa. Sin ningún tipo de contrato ni nada, sino en plena confianza de que saben que nosotros estamos tratando de construir esta industria, que fue el propósito inicial de Cusica y se terminó convirtiendo en un modelo de negocio a largo plazo”, explica.

Desde cero

Cusica Fest: el evento musical que aspira convertirse en un Woodstock venezolano
Primera edición del Cusica Fest, en 2019. Foto: Cortesía Maikel Mantilla

Moleiro precisa que para entender el contexto en el que surgió el festival y toda la red de servicios de Cusica, es importante conocer la historia detrás de su emprendimiento. Tenía apenas 19 años de edad cuando inició su primera tienda digital en 2009. Más adelante creó su propia página web llamada Sucucho, que funcionaba como una suerte de bazar virtual, imitando a la plataforma de comercio en línea Groupon, de Estados Unidos. Sin embargo, en 2010 se percataron de un fenómeno que cobraba fuerza en Europa y capturó su interés: Spotify. 

“El modelo de negocio nos parecía increíble. Nuestra idea era tratar de hacer lo mismo en Venezuela, y así, como creció en su momento Groupon y terminó comprando todas las páginas de descuento a nivel mundial, cuando Spotify creciera y llegara a Latinoamérica ya nosotros estuviéramos posicionados y nos tuviera que comprar”, auguraba.

Se asoció con José Lasses en 2012 para crear Cusica, una plataforma de música por streaming. Para ello, acudieron a las grandes compañías discográficas como Warner Music, Universal o Sony, las cuales para ese entonces aún tenían oficinas en Venezuela. Moleiro recuerda que en ese momento no contaban con recursos para comprar las licencias de sus catálogos de artistas, y tampoco un fondo de inversión para negociar un modelo pay per click, como el utilizado por Spotify para pagar a las empresas por cada reproducción. 

Sin embargo, en una de esas reuniones, un ejecutivo le dio a ambos un consejo: primero debían hacer industria en el país, con los talentos locales, y así crecer lo suficiente para aspirar a las licencias pay per click. Siguiendo ese camino, Moleiro y Lasses comenzaron el desarrollo de su proyecto, aprovechando de cubrir dos fenómenos que se gestaban en el país. Por un lado, el control de cambio que impedía a los venezolanos comprar música en plataformas internacionales como Amazon o Apple; y por el otro, el lento declive y cierre de las cadenas de tiendas de discos en físico.

“Arrancamos la página en el 2013. Fue un año y medio en diseño, programación, entre otras cosas, y empezamos a vender música. Tuvimos más de 450 artistas nacionales, donde vendíamos su música por Internet y vendíamos los discos en físico que te los llevábamos a tu casa”, evoca.

Instalados

Foto: Cortesía

Cusica había tenido un buen crecimiento en ese entonces. Moleiro recuerda que la primera agrupación venezolana que apostó por ellos en 2013 fue Okills. Su disco Reiniciando transmisión fue el primero en subirse a la plataforma. Con el tiempo, y ya un stock de artistas nacionales más amplio, comenzaron a tener sus primeras licencias para vender canciones por descarga de artistas internacionales como Shakira. 

Moleiro y Lasses crecieron en el pueblo de El Hatillo, estado Miranda, donde desde jóvenes soñaban con tener un negocio nocturno. La oportunidad llegó en 2015, cuando compraron un local en la comunidad de El Calvario. Así nació Cusica Live, su primer bar y restaurante en el que se presentaban en vivo muchas de las bandas con las que habían cultivado una estrecha relación a través de la página web.

Tardaron tres años en pagar todas las cuotas de la casa, a la par de su remodelación. No fue hasta 2017 que Cusica Live pudo abrir sus puertas, pero la situación económica del país ya era completamente diferente. Locales icónicos de la vida nocturna como Discovery Bar cerraron sus puertas, mientras otros como La Quinta reformularon todo su concepto para adaptarse y sobrevivir. Para el recién creado local de Cusica, fueron también varias jornadas de cerrar con pérdidas, a pesar de llenarse cada fin de semana.

Metíamos 200 personas por noche, de miércoles a sábado, pero los ingresos nos daban justamente era para pagar nómina, pagar el préstamo de la casa y apenas generábamos algo”, cuenta Moleiro.

Soñando en grande

Primer día del Cusica Fest 2022 en la USB El Diario Jose Daniel Ramos @danielj2511
Cusica Fest 2022. Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

La primera banda que tocó en vivo en Cusica Live fue Majarete Sound System. El cover costó, en su equivalente en bolívares de la época, apenas 1 dólar. Muy lejos de los $10 por entrada que bandas como Viniloversus o La Vida Boheme solían hacer en sus años dorados. De hecho, para ese momento los ingresos por concierto ya eran insostenibles, razón por la cual muchas de estas grandes bandas habían decidido emigrar. 

Pensando que el negocio tenía posibilidades de ser rentable con condiciones económicas más favorables, Moleiro y Lasses hicieron una inversión de riesgo. Acordaron no solo perseverar en su plan, sino redirigir el concepto de Cusica más allá de la venta de música, pues su sueño de conseguir las licencias para crear su propio Spotify ya resultaba imposible. Ahora incursionarían de lleno en la producción de eventos musicales.

Decidimos apostar al futuro y dijimos, mira, vamos a hacer esta base de datos, a seguir haciendo estos eventos en el local y ya llegará el momento que podamos hacer eventos un poquito más grandes. Hicimos 253 shows de bandas distintas en un periodo de cuatro años y ahí aprendimos qué era un backline, qué era una consola, cómo se hacía el cableado y fuimos aprendiendo el tema de producción de eventos”, comenta. 
Foto: Jose Daniel Ramos @danielj2511

Fue entonces cuando comenzaron a hacer conciertos en el Anfiteatro de El Hatillo, a 20 metros de su local. Ahora podían albergar a 656 personas, aunque sus eventos seguían produciendo pérdidas. No fue hasta 2019 que, de la oscuridad de los apagones, emergió una luz de esperanza para la idea de hacer un festival. Moleiro recuerda que un día, caminando por una reconocida cadena de tiendas, vio todos los precios reflejados en dólares.

Ante la falta de efectivo y los constantes cortes eléctricos, el fenómeno de la dolarización informal cobró fuerza, y con eso, la posibilidad no solo de volver más rentables los ingresos por sus eventos, sino también de ofrecer preventas. Fue entonces cuando, contactando a todas aquellas bandas con las que trabajaron durante años como Viniloversus, Los Mesoneros o La Vida Bohéme, lograron armar el primer Cusica Fest en un campo abierto del municipio El Hatillo. Moleiro afirma que lo quiso así para lograr una experiencia de contacto con la naturaleza, similar a la de festivales como Coachella y Woodstock.

Primer día del Cusica Fest 2022 en la USB El Diario Jose Daniel Ramos @danielj2511
Foto: Jose Daniel Ramos @danielj2511

Afirma que pese al alto costo de las entradas, el primer Cusica Fest logró el éxito que esperaban. Su equipo ya estaba en conversaciones con la Concha Acústica de Bello Monte, buscando locaciones para la edición de 2020, cuando llegó al país la pandemia de covid-19. Esto retrasó sus planes, aunque en ese tiempo compraron y acondicionaron la sede de Cusica Studios. Superada la cuarentena, con el boom de producciones que experimentó Caracas, Cusica volvió a organizar más conciertos, y con eso logró recuperar el capital suficiente para mantener vivo el proyecto, al menos por unos años más.

Moleiro ya sueña con organizar las ediciones del Cusica Fest de 2025 a 2030. Para entonces se imagina un amplio campo, con más de 20.000 personas disfrutando en varias tarimas de géneros tan variados como el rock, el hip hop y hasta reggae. Una experiencia que trascienda el propio evento, y permita que Venezuela vuelva a estar en el mapa de los grandes artistas cada vez que realicen sus giras por Latinoamérica. Haber estado detrás de conciertos recientes como el de Natalia Lafourcade le da esperanzas de que podría ser así. Por ahora, como en cada etapa de Cusica, va paso a paso, terminando de afinar todo para el 16 de diciembre de 2023.

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