• En entrevista exclusiva para El Diario, la ex eurodiputada comentó las medidas claves que impulsó desde Estrasburgo para apoyar la causa democrática venezolana

Pocas voces sonaron con tanta insistencia en Europa para abordar la crisis en Venezuela como la de Beatriz Becerra. Desde la Vicepresidencia de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, fue la principal eurodiputada en denunciar las violaciones de los derechos humanos por parte del régimen de Nicolás Maduro y en solicitar el apoyo de los países europeos a la Asamblea Nacional.

En entrevista exclusiva con El Diario, relata su lucha por dar representación a la causa democrática venezolana, la cual -afirma- le preocupa que pase a un segundo plano ahora que deja su cargo luego la renovación del Europarlamento el 1° de julio.

El viejo continente afronta retos que se han intensificado en los últimos años. Con el surgimiento de la extrema derecha, la crisis de los refugiados y los problemas de gobernabilidad, Venezuela podría dejar de ser una prioridad. Becerra lo sabe y manifiesta su preocupación. Para evitar eso, cree que hay que acelerar la hoja de ruta del presidente encargado Juan Guaidó.

Sostiene que “sacar a Maduro y sustituirlo por otro narcocorrupto no es la solución. Hay que posibilitar un Guaidó operativo en el gobierno de transición, no que tome las riendas una célula chavista. O tendremos otra Cuba”.

De origen español, Becerra asumió el cargo de eurodiputada en el año 2014. Para ese momento, Venezuela transitaba una ola de protestas en contra de Maduro, que dejaron al menos 42 muertos como producto de la represión del régimen. Desde ese momento, la europarlamentaria hizo suyos los reclamos de libertad para los presos políticos, de condiciones humanitarias dignas y del reconocimiento a los representantes de la oposición.

Diez resoluciones sobre Venezuela, infinidad de preguntas parlamentarias, concesión del premio Sájarov a la resistencia democrática de la oposición venezolana en 2017, la denuncia permanente en medios nacionales e internacionales, sanciones contra el régimen, fondos de ayuda humanitaria, misión oficial de eurodiputados a Cúcuta y, especialmente, el reconocimiento de la Unión Europea a Juan Guaidó como presidente encargado, son los logros que impulsó la exeuroparlamentaria española. Asegura que no fue fácil “abrir los ojos” de Europa en los primeros instantes, pero dice sentirse satisfecha por haber utilizado “todos los instrumentos disponibles” para alcanzarlo.

“Tomó tiempo, pero fue una actuación responsable e imprescindible”, dice. Aun así, cree que este último año Europa “no ha estado a la altura” de las circunstancias. Becerra tuvo un impasse con Federica Mogherini, alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, por promover el Grupo Internacional de Contacto, una instancia que cataloga como “un lastre” y que tenía como objetivo buscar una salida negociada de Maduro.

A partir de noviembre el cargo que desempeñaba Mogherini lo ocupará Josep Borrell, el ministro de Asuntos Exteriores español, quien fue precisamente uno de los creadores del Grupo de Contacto. Si bien Becerra ha sido crítica sobre la actuación del dirigente del PSOE en el caso de Venezuela, cree que el nuevo puesto que ocupará puede ser beneficioso para que tome una posición más dura en contra del régimen chavista.

“En realidad no descartaría que esta nueva ubicación de Borrell le diera más libertad para contribuir al impulso de nuevas sanciones al gobierno usurpador, con Maduro a la cabeza. Asimismo, le liberaría del lastre que supone el Grupo Internacional de Contacto (como impulsor y miembro) y le daría la posibilidad de darlo por terminado, pues su plazo ya expiró sin resultados”, consideró.

Becerra nunca ha visto con buenos ojos las mesas de diálogo entre las partes. Para ella, las negociaciones solo han servido a Maduro para ganar tiempo y perpetuarse en el poder. La solución a la crisis de Venezuela pasa entonces, según considera, por un conjunto de medidas:

Sus cinco años de experiencia siguiendo la crisis del país le sirvieron para conocer el lado más cruel de la crisis. Son tantos sucesos que la han impresionado, que le es imposible quedarse con uno que la haya marcado:

“Son innumerables, imposible elegir una. Pero el sufrimiento atroz de los presos encarcelados y torturados, las muertes de tantísimos jóvenes en las calles, los jubilados sin pensión muriendo de mengua, los niños agonizando de desnutrición y marcados para siempre por la miseria, los enfermos sin cura… todos con sus nombres y apellidos, sin ninguna guerra ni catástrofe natural por medio: víctimas de una tiranía cruel y corrupta que ha utilizado el hambre y la necesidad como arma de guerra para asolar uno de los países más ricos de la tierra”.

Quizás sea esa experiencia lo que la autoriza a reclamarle a la alta comisionada de la ONU para los DD HH, Michelle Bachelet, por presentar un informe en el que cree existe un “abismo entre la demoledora descripción de la situación y la indolencia irresponsable de sus declaraciones/recomendaciones”.

Para Becerra el cargo no determina la forma de contribuir. Por ello asegura que seguirá luchando por la causa venezolana desde otro lugar. “Para mí, hay una manera esencial de contribuir: mantener en la agenda política y mediática el día a día del régimen criminal que tiene secuestrado el país, y ayudar a mantener la esperanza a los venezolanos. No podemos cansarnos ni rendirnos: está tiranía acabará y Venezuela recuperará la libertad y su futuro. Se lo debemos a todos los que se dejaron la vida en ello”.

Noticias relacionadas