• Cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Sin embargo, Venezuela está lejos de cumplir con esta meta

El 25 de noviembre de 1960 fueron asesinadas en República Dominicana las hermanas Patria, Minerva y María Teresa (de apellido Mirabal). Sus cuerpos fueron encontrados en un acantilado en la costa de ese país. También conocidas como ‘’Las Mariposas’’, eran activistas políticas que se opusieron enérgicamente a la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, quien dio la orden de ejecutarlas.

En honor a esas tres mujeres, la Organización de las Nacional Unidas (ONU) aprobó en el año 2000 una resolución que designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y, al mismo tiempo, exhortó a gobiernos, organizaciones internacionales y ONG a coordinar actividades anuales durante esta fecha para elevar la conciencia pública sobre este tema.

El lema de la campaña de este 2020 es “Pinta el mundo de naranja: ¡Financiar, responder, prevenir recopilar”. Lo que se busca es trabajar para mitigar esta problemática que afecta a mujeres y niñas en todo el mundo.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para las Mujeres (ONU Mujeres), desde que se desató el brote de covid-19, los nuevos datos e informes que presentan quienes están en primera línea revelan que se ha intensificado todo tipo de violencia contra las mujeres y las niñas, sobre todo, la violencia en el hogar.

“La pandemia es la sombra que crece en medio de la crisis del coronavirus y se requiere de un esfuerzo colectivo general para detenerla. Dado que los casos de covid-19 siguen sobrecargando los centros de salud, los servicios esenciales –como los refugios y las líneas de atención en los que se atiende a quienes padecen violencia en el hogar– han alcanzado el límite de su capacidad. Es preciso redoblar los esfuerzos para que enfrentar la violencia contra las mujeres pase a ser una prioridad en las medidas de recuperación y respuesta al virus”, aseguró ONU Mujeres.

¿Sabías qué? El número de llamadas a las líneas telefónicas de asistencia se ha quintuplicado en algunos países como consecuencia del incremento de las tasas de violencia de pareja provocado por la pandemia. nAdemás, el 71% de las víctimas de trata en todo el mundo son mujeres y niñas, y 3 de cada 5 de ellas son utilizadas para explotación sexual.

ONU Mujeres aseguró que en todo el mundo, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental. La institución resalta que solo el 52% de las mujeres casadas o que viven en concubinato pueden elegir libremente sobre las relaciones sexuales, el uso de anticonceptivos y su salud sexual.

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Si bien en la mayoría de los casos de violencia contra la mujer son perpetrados por parejas, ex parejas, cónyuges, ex cónyuges, familiares o individuos cercanos a la víctima, muchas veces ocurre que el victimario no es necesariamente conocido.

Casos de violencia en Venezuela

Tres de cada diez asesinatos de mujeres en el país se produce por violencia de género, mientras que en uno de cada cinco asesinatos el móvil es desconocido, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). Las otras causas de mayor incidencia son por robo, venganza, arrollamiento, violencia familiar y ejecuciones extrajudiciales.

Según datos de Cotejo.info, desde inicios de 2020 y hasta el 31 de agosto se registraron 172 mujeres asesinadas en Venezuela, 80 de estos casos fueron feminicidios. 

Los estados donde las cifras fueron más altas: 28 en el Área Metropolitana de Caracas, 20 en Aragua, 17 en Bolívar y 14 en el estado Zulia, solo por nombrar algunos.

Asimismo, 93 de los 172 asesinatos fueron durante los meses de cuarentena entre marzo y agosto.

Unicef Venezuela explicó en su portal web, que es probable que los números reales sean más altos si se cuentan los casos no reportados. Sin embargo, resaltó que los feminicidios y las sobrevivientes que reportan daños físicos muestran solo la punta del iceberg, ya que muchas mujeres y niñas sufren a diario de actos que no dejan evidencia visible, pero causan consecuencias adversas a su salud mental, vida y desarrollo, como es el caso de la violencia psicológica.

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La falta de registros oficiales convierte a la violencia contra la mujer en una plaga silenciosa que no es enfrentada adecuadamente por las autoridades venezolanas. Pareciera que estos hechos son considerados un problema menor que solo se produce en contextos de pobreza y marginalidad, pero lo cierto es que se trata de algo que afecta a todos los estratos sin ningún tipo de distinción.

Un caso emblemático de violencia contra la mujer en Venezuela fue la violación y mutilación de Linda Loaiza en el año 2001. Las lesiones que sufrió la mujer fueron tan graves que pasó más de medio año hospitalizada y tuvo que someterse a 15 cirugías, incluida una reconstrucción vaginal.

Además, las fotos de su cara hinchada con los párpados cerrados, quemaduras en la nariz, la boca abierta y rota fueron la portada de los principales diarios del país, luego de ser rescatada por la Policía en una urbanización de Los Palos Grandes en la ciudad de Caracas.

Foto: Cortesía

Otro caso reconocido recientemente es el de Morella León López, que estuvo secuestrada desde 1988, encerrada en un apartamento del piso cuatro de la torre C en el Conjunto Residencial Los Mangos, en la avenida Constitución de Maracay, estado Aragua, esperando su rescate. Eso nunca sucedió, pero ella logró escapar de su secuestrador y ahora espera justicia.

Desde que Morella desapareció, su familia denunció el hecho. El medio de comunicación Cronica.Uno informó que la policía la llegó a visitar una noche luego de denuncias de los vecinos. Llegaron hasta la reja y con una linterna, porque el apartamento no tenía electricidad, buscaron morados en su cuerpo. Morella le negó a la policía que era víctima de violencia porque tenía miedo de que Matías (su agresor) la golpeara nuevamente si llegaba a decir la verdad.

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La violencia contra la mujer y sus cicatrices dentro de la sociedad
Foto: CrónicaUno

Lamentable también es el caso de Mayell Consuelo Hernández Naranjo, bailarina de la Universidad Experimental de las Artes (Unearte) de 29 años de edad, quien fue asesinada el 3 de septiembre de 2018 en Charallave, estado Miranda. Pese a que la joven denunció en varias oportunidades a su ex pareja por maltrato ante el Ministerio Público, no se le garantizó seguridad frente al homicida.

Incluso luego del suceso, los familiares de Hernández denunciaron al hombre ante las autoridades, pero debido a irregularidades cometidas en las investigaciones el agresor fue puesto en libertad sin que la causa por homicidio llegara siquiera a la Fiscalía.

Foto: Cortesía

La historia de Ángela Aguirre conmocionó al país. En las redes sociales circuló la denuncia de la desaparición de una adolescente de 16 años de edad que, luego de ser llevada por su madre al Club Ítalo Venezolano de Guayana el 23 de marzo de 2019 para asistir a una fiesta de cumpleaños, fue cruelmente abusada y asesinada.

En el cumpleaños se realizó un paseo en lancha del que Aguirre no regresó. Dos días después su cuerpo fue encontrado en el río Caroní con signos de violencia sexual y fracturas. Los familiares denunciaron extorsión e impunidad, y la sociedad civil se organizó para pronunciarse e imponerse frente a quienes pretendían culpar a los padres de la joven e incluso a ella misma.

El caso de Aguirre fue uno de los pocos en el que se hizo justicia. José Alberto Cedeño, de 18 años de edad, fue imputado por femicidio, abuso sexual, suministro de sustancias ilícitas a una menor de edad, omisión de auxilio y socorro. Mientras que las otras seis personas que se encontraban en la lancha con la adolescente fueron imputadas por cómplices necesarios de femicidio y omisión de socorro.

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Foto: Cortesía

Estos son solo algunos de los tantos casos que han ocurrido en el país.

¿Por qué se debe eliminar la violencia hacia la mujer en el mundo?

La ONU afirma que la violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual. Debido a la impunidad que gozan los perpetradores y la estigmatización, así como la vergüenza que sufren las víctimas, apenas se informa sobre estos casos.

La declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la ONU es definida como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.

La organización advierte que los efectos psicológicos producto de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las consecuencias negativas para su salud sexual y reproductiva, las afectan en todas las etapas de sus vidas.

Foto: Cortesía

Aunque todas las mujeres, en todas partes del mundo, pueden sufrir violencia de género, algunas son particularmente vulnerables, por ejemplo, las que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex; las migrantes y refugiadas; las de pueblos indígenas o minorías étnicas. De igual forma mujeres y niñas que padecen VIH y tienen discapacidades, incluso aquellas que viven en crisis humanitaria.

La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para poder alcanzar la igualdad, el desarrollo, la paz y el pleno respeto de los derechos humanos. También significa un obstáculo a la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, medidas que buscan poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar el bienestar global de las personas.

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