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- Múltiples estudios oftalmológicos revelaron que durante el año 2020 –caracterizado por el confinamiento mundial– hubo un incremento de miopía en gran parte de la población, incluyendo niños. Foto: Getty Images
Desde marzo de 2020, el mundo entero ha tenido que afrontar y adaptarse a un modo de vida completamente diferente. Usar mascarilla y evitar el contacto físico con seres queridos son algunos factores de la nueva realidad. A esto se suma la posibilidad de desarrollar problemas de salud, como la miopía.
¿Qué es la miopía?
Se trata de un defecto en la vista que impide que los ojos puedan refractar (desviar) la luz correctamente y la enfoque en la retina de manera óptima; esto tiene como consecuencia que la persona vea borrosos los objetos y figuras lejanas, aunque pueda ver con claridad las que están cerca.
Debido al desgaste del paso del tiempo, casi siempre inevitable, muchas personas tienden a desarrollar la miopía durante la vejez. Aun así, esta anomalía está aumentando su índice en niños en la actualidad, ya que, según Alex Vielma, investigador del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso, en Chile, la escasa exposición a la luz solar –al mantenerse en casa la mayor parte del tiempo– puede ser una de las causas de su aparición.
La miopía tiene un gran porcentaje genético, es decir, parte de las personas que la tienen, nacieron con ella o poseen genes más propensos a desarrollarla. Un hijo de dos padres con miopía tiene más probabilidades de padecer dicha patología. Sin embargo, estudios realizados en universidades de Canadá, China y países de Latinoamérica muestran que el entorno y las condiciones ambientales pueden acelerar su aparición (o empeoramiento) e incluso provocarla en quienes no la hubiesen padecido en otras condiciones.
Aumento vertiginoso de miopía
“La miopía es una enfermedad que va en aumento en todo el mundo. (…) Se estima que mitad de la población mundial podría desarrollar miopía en el transcurso de este siglo, y el uso excesivo de pantallas de celulares y computadores así como un menor tiempo de exposición a luz solar, son factores de riesgo importantes”, señaló Vielma para el documento informativo del Centro Interdisciplinario de Neurociencia.
Solo en Estados Unidos, el índice miope poblacional pasó de 25% a 42% desde los años 70 hasta el 2000, afirma el New York Times. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el año 2050 la mitad de la humanidad será miope si la prevalencia (proporción de individuos que presentan el padecimiento) mantiene su ritmo actual.
Estas predicciones concuerdan con las del doctor Earl Smith en 2017, quien era para ese momento profesor de desarrollo de la visión y decano del Colegio de Optometría de la Universidad de Houston, Estados Unidos.
Los expertos de la OMS concuerdan con Vielma en el porqué del incremento de miopía, ya que la genética necesita de varios periodos generacionales para evidenciar cambios. Este descarte deja a las extensas jornadas frente a pantallas digitales como principal causante de la problemática en ascenso.
Carolina Picotti, oftalmóloga infantil de Argentina, participó en un estudio científico junto con más de 15 oftalmólogos, en el cual realizaron pruebas a ciudadanos entre 5 y 18 años de edad. La mayoría evidenció un progreso hacia la miopía de un 40% tras un año de análisis, a finales de 2020, el periodo en que se mantuvieron mayormente en confinamiento por la pandemia del covid-19.
Picotti explicó que “a medida que pasa el tiempo y el niño crece, el porcentaje de progresión debe disminuir”, pero en este estudio científico se mostró lo contrario.
Recomendaciones y medidas contra la miopía
De momento, no existe una práctica o proceso médico que cure la miopía. No obstante, el uso de lentes (o gafas) correctoras pueden ayudar a ralentizar su avance o, en ocasiones, detenerlo.
A esto se suma otra sugerencia, teniendo en cuenta las condiciones actuales en pandemia. “Una recomendación básica podría ser alternar las horas de enseñanza en el computador con tiempo al aire libre en los descansos. Al menos 15 minutos cada dos horas”, consideró Vielma.
La oftalmóloga infantil, Picotti, colindó con el planteamiento del académico y agregó que los rayos del sol producen dopamina en la retina ocular, lo cual evita que el globo ocular se agrande y, por tanto, que la miopía aparezca o empeore.
“Ninguna luz artificial puede reemplazar los rayos solares para la liberación de dopamina”, aseveró Picotti.
