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- Repsol, petrolera española de donde se derramó el crudo, ha sido criticada por el gobierno peruano, expertos ambientalistas e industriales, por no avisar a tiempo, indicar información inexacta y no atribuirle la importancia que ameritaba a la situación | Foto: EFE
El derrame de petróleo en la costa de Lima, Perú, el 15 de enero, derivó en que el 22 del mismo mes, el Ministerio de Ambiente de Perú declaró una emergencia ambiental por tres meses continuos en la zona afectada. Esto sucedió exactamente en una refinería denominada La Pampilla, localizada en la provincia de El Callao.
Las autoridades han indicado que el incidente fue provocado, presuntamente, por un fuerte oleaje en las aguas que derivó de la erupción del volcán submarino Hunga-Tonga-Hunga-Ha’apai, en Tonga; el argumento sostiene que esto perjudicó a un barco de Repsol –petrolera española– cuando estaba descargando petróleo.
Aproximadamente tres kilómetros cuadrados de playa y mar resultaron afectados por el vertido del crudo; adicionalmente, 18 mil kilómetros cuadrados de zonas protegidas (con flora y fauna diversa) sufrieron daños, según las autoridades locales. Perú considera que este ha sido el peor desastre ecológico de su historia.
Mare Doricum, el buque desde donde se volcó la sustancia, está inmovilizado en altamar bajo fianza de 39 millones de dólares. Además, la Fiscalía está investigando el acontecimiento como un posible crimen que atenta contra el medio ambiente.
Limpieza ardua y extensa
El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) señaló que el petróleo se ha estado desplazando por los movimientos de la corriente con dirección al norte; por tanto, ha llegado a parte de la Zona Reservada Ancón (1.758 hectáreas), así como a la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras (512 hectáreas).
Biólogos marinos, veterinarios y ciudadanos voluntarios han unido esfuerzos para salvar a las especies marinas de la localidad.
Casi todos los animales encontrados han reflejado parte del petróleo sobre sus pieles y buena parte de ellos murieron; los que lograron sobrevivir recibieron un baño con jabones anti-grasosos y luego los trasladaron a centros de rehabilitación.
Las averiguaciones de EFE afirman que Repsol puso a disposición 90 máquinas para la limpieza de la zona. Ello involucra 7 equipos especializados para la purificación marina, 6 tanques flotantes, 3 tanques de recuperación, 13 embarcaciones mayores y 46 vehículos pesados de tierra; adicionalmente colocaron más de 2.500 metros de barrera de contención.
La firma española agregó que en el transcurso de los próximos días colocará otros 2.500 metros de barrera.
Crítica hacia Repsol
En un principio, Repsol envió un comunicado al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), indicando que había sido un “derrame limitado” de unos 25 litros de oro negro en 2,5 metros cuadrado. Mirtha Vásquez, primera ministra de Perú, agregó que la información no solo fue inexacta, sino que además no tenían un plan de contingencia para este tipo de situaciones.
Sabogal complementó que luego de que el petróleo cae al mar, se mezcla con el agua y se termina hundiendo, de manera que no solo afecta a los animales de la superficie, sino también a los del fondo. Hasta ahora, se han registrado perjuicios en: peces, pingüinos, gaviotas, entre otros.
Para Miguel Lévano, experto en industrias extractivas de Oxfam Perú y coordinador del subgrupo sobre Derrames Petroleros de la Coordinadora de Derechos Humanos (CNDH), el daño es “inmenso” a pesar de que se quisiera disimular. A su juicio, Repsol intentó minimizar la gravedad de lo sucedido, por lo que condenó esta postura.
Lévano añadió que el problema no afecta solo a los animales marinos, sino también a la población del área; hizo alusión a las personas que seguían pescando, así como otros bañistas que acudían a la playa sin saber lo que ocurría.
