- Ellas se anteponen al machismo, el sexismo, la homofobia y la discriminación. Son aplaudidas en distintos escenarios y le abren paso a las nuevas generaciones. Esta es la historia de Neisser Banout, una maracayera que se dedica a compartir sus experiencias con humor negro en su podcast y en sus stand up | Diseño de portada: Mayerlin Perdomo
Ella decidió incursionar en el arte del stand up y luego con un podcast sin tener referentes. Durante su infancia, al ser integrante de una familia siria, los pocos contenidos en televisión o libros que tenía permitido ver exponían personajes con los que no se sentía identificada. En ese ambiente arraigado a una cultura machista, sexista y homófoba decidió retar su realidad, tomar sus experiencias y contar con humor sus vivencias para sanar, hallarse a sí misma y hacerse cargo de su vida. La historia de Neisser en la comedia comenzó en 2020, cuando se mudó de su natal Maracay (Aragua) hacia Caracas para cumplir lo que la hace feliz: hacer comedia.
Desde entonces, tras transitar por varios episodios complejos en el ámbito personal, Neisser abraza con orgullo lo que ha logrado en su trayectoria como comediante. Mientras se prepara para continuar con sus shows de stand up en varias ciudades de Venezuela, comenta en exclusiva para El Diario que prepara nuevos eventos para el año 2023, dentro y posiblemente fuera del país.
Además, continuará desarrollando espectáculos y su podcast Jasy y Neisser, que estrenó a mediados de 2021, junto a su compañero el creador digital y modelo conocido como Jasy. Ese podcast, que sale periódicamente en Youtube, busca ser un espacio seguro para personas de la comunidad LGBTIQ+ en el que se aborde desde el humor las realidades del colectivo.
Neisser define su humor como anecdótico, pues narra sus vivencias. Comenta que no tuvo fuentes de inspiración durante su juventud, ya que, por ejemplo, lo que veía en la televisión sobre comedia, además de que había poca presencia de mujeres, eran personajes estereotipados que colaboraban a la discriminación de las personas LGBTIQ+. “Eso me dolía mucho porque cuando era chama y me sentía como un ‘bicho raro’, pues no encajaba en ningún sitio. Muchos estábamos guardados por miedo de lo que podía pasar”, expresa.
Todo empezó con un tuit
Neisser narra que vivió reprimida parte de su infancia y con pocos conocimientos sobre la cultura pop, pues nunca estuvo a su alcance. Creció bajo un estilo de vida cerrado, por lo que de su niñez recuerda pocas cosas. A los 16 años de edad empezó a cuestionar su realidad. Siempre supo que su destino no era casarse con hombres para “complacer a la familia”, sino seguir sus propias reglas y alcanzar sus metas.
Para Neisser la comedia nunca estuvo sobre la mesa, sin embargo, a través de ella pudo procesar sus experiencias. Todo empezó cuando se hizo viral en redes sociales. Señala que para ella, todos los días son difíciles, pues todavía debe sanar y procesar muchas cosas.
En un principio no prestó atención a esas invitaciones y continuó sus estudios hasta graduarse. Luego de obtener su título y bajo el contexto de las protestas de 2014, su pensamiento inicial era migrar a Chile y mientras tramitaba los papeles necesarios para hacerlo, trabajó junto al negocio de su papá como cajera. En medio del aburrimiento en las jornadas laborales, empezó a tuitear y a publicar videos con los que poco a poco fue creciendo en Twitter en 2018. Esos momentos encendieron en ella una chispa, aupada por la comunidad que creció alrededor de ella, y la hizo cambiar de planes. “ Allí dije: me gustaría seguir en esto”, explica.
Neisser, de Maracay a Caracas
En 2019, entre nervios, Neisser se animó a seguir las invitaciones a incursionar en la comedia y se presentó como comediante en Teatrex el Bosque en Caracas. Cinco minutos le bastaron para hacer reír a los casi 50 espectadores. En ese momento reafirmó que lo suyo era dedicarse a la comedia y desde entonces buscó la forma de ejercer el arte de hacer llevar hacer reír a los demás. Pensó que mudarse a Caracas, además de ayudarla a salir de su limitada realidad, le brindaría las herramientas necesarias para crecer como humorista.
En 2020, se mudó a Caracas y posteriormente hizo un diplomado en la Escuela del Humor, con los comediantes Rey Vecchionacce y Alejandra Otero. Al ser el año en el que empezó la pandemia por covid-19, no pudo continuar presentándose sobre las tablas, pero siguió formándose de manera autodidacta.
“Mi primer trabajo en Caracas fue en El Patio Content Studio, la casa productora que desarrolló De a toque, Entre grados y otros programas. Cuando me vine a Caracas empecé a escribir y profesionalizarme. Sabía que podía decir cosas que podían resultar graciosas pero no sabía qué era un chiste o si tenía una fórmula. Eso lo aprendí cuando me formé, desde entonces dije que esto era lo que quería hacer siempre”, recuerda Neisser.
Neisser no tuvo el apoyo, pero tampoco el reclamo de su familia cuando incursionó en la comedia debido a que saben poco sobre sus proyectos como comediante en esta área. Pese al miedo a reconocerse, en 2022 se aceptó como humorista. Explica que esa acción le deja ver al público que se lo está tomando en serio y sabe a dónde va.
“Me costó mucho llamarme a mí misma comediante, porque yo siempre pensé que lo iba a ser cuando los demás me llamaran así. En 2019 y 2020 no sentía que era comediante porque era una chama que sentía que no estaba haciendo comedia. Estaba en mi práctica, mi proceso. En la actualidad sí, porque ya tengo un recorrido y mi dinámica funciona. Sé lo que sirve y no sirve en la tarima. Me lo tomé más en serio”, completa.
En constante reinvención
Neisser está en constante reinvención. En sus espectáculos habla con toques de humor negro sobre sus experiencias y las vivencias de mujeres y de las personas LGBTIQ+ en Venezuela. Eso sí, recalca que de ese tipo de comedia, “quien pudiera ser humillada soy yo” y no otras personas, como suele ocurrir con otros comediantes. “Hablo de temas delicados personales que hacen que la gente caiga ‘en un hueco’, porque son cosas fuertes, como salir del clóset”, dice Neisser. También interactúa con el público para hacer preguntas en situaciones específicas.
Ella explica que sus rutinas aborda también la denuncia social, pues busca que la gente esté al tanto de otras realidades. “¿Te da risa esto? Ok, pero yo por eso sufrí y sigo sufriendo un montón. Da risa, pero también da dolor, hay sentimientos que no han sanado. Siento que estoy abriendo un camino a otros jóvenes que yo no tuve”, relata.
Parte de la formación de Neisser también incluye consumir contenidos de otras mujeres humoristas. Ella afirma que esos son los shows donde se siente a gusto y existe mayor conexión. Explica que es un público desatendido, no solo por la manera en que se concibe la comedia, sino porque existen pocas mujeres sobre las tablas.
En su experiencia viendo comedia, relata que algunos comediantes abordan el humor de una manera irrespetuosa, con “groserías hacia el público”. El humor puede caer en ofensa, y Neisser explica que luego de eso es difícil recuperar el espectáculo. El aporte desde su tribuna, es el abrazar con sus presentaciones o sus videos de Youtube a las personas que por años han sido excluidas, irrespetadas o poco representadas sobre los escenarios.
Los límites del humor
“Puedes ofender al público, eso siempre está sobre la mesa. Es algo que no espero hacer. Si a ti te ofendió algo es porque estás en tu derecho. Eres el que mide si esto es un chiste para ti. Yo no estoy escribiendo para mí, este contenido le tiene que gustar a mi público, si eso no pasa, algo hice mal. Eso es algo que pasa mucho en este trabajo, donde estás constantemente expuesto, tienes que sentarte a escuchar las críticas y ver qué detonó esto”, expresa Neisser.
En el caso de Neisser, gran parte de las críticas las recibe a través de redes sociales, principalmente en Twitter. “No eres buena para esto, deberías dejar de hacerlo”, son algunos de los comentarios que recibe en su mayoría de hombres heterosexuales. Algunas de las críticas van dirigidas directamente hacia ella como individuo. Con el tiempo entendió que muchos ataques no son personales y son hechos por personas que no consumen sus contenidos.
“Al principio yo no quería meterme en el tema de victimizarse. Eso lo descubrí después. A mí me ha costado procesar los temas del feminismo, por el sitio en el que me crié, un entorno totalmente machista. Cuando sales de un entorno así es un trabajo rudo deconstruirse y decir: ‘ok soy una mujer y debo entender lo que pasé’. Lo descubrí gracias a que me vine a Caracas y empecé a trabajar. Sí, he sido discriminada, no solo por ser mujer, sino por ser lesbiana, esa es otra capa que hay que agregar. Ya de por sí ser mujer, para tus compañeros, para poder destacar, tienes que hacer cosas que hacen los hombres”, revela Neisser.
Ella cree que la cultura del irrespeto es algo generalizado y que ocurre porque Venezuela es un país machista, situación que no cree que cambie pronto. Con su trabajo espera colaborar a que eso cambie y darle mayor cabida a lo que piensa la mujer sobre distintas situaciones. Considera que debe haber espacio para todos, no solo desde la visión masculina de la realidad.
“He visto clips de comediantes diciendo cosas horribles y misóginas hacia mujeres. A ellos lo máximo que le pueden decir es ‘qué malo este chiste’. Nunca los tocan, nadie les dice nada. Luego yo hago un video sarcástico sobre comedia LGBTIQ+ y le va bien en TikTok e Instagram, pero en Twitter está esta gente criticando. El mensaje no es ‘no das risa’, el mensaje es ‘qué asco los maricos, por eso los golpean en la calle’. Eso ya no es que rechazas al comediante, es discriminación”.
La visión de la mujer colabora a luchar contra la discriminación en la comedia
Para Neisser, la participación de las mujeres en la comedia brinda la posibilidad de diversificar el arte de hacer reír a los demás. Cada vez que puede, invita a conocidas y amigas pues considera que el mito de que las “mujeres no dan risa” es falso y retrógrado. No obstante, no todas se atreven. También invita a los comediantes a tomar en cuenta el público femenino.
A pesar de la poca presencia de las mujeres en la comedia, admira a cada una de ellas y espera que en un futuro la situación mejore y que en los próximos años haya más comediantes mujeres en los escenarios en Caracas y el resto del país. Para Neisser la mujer aporta novedad, frescura y creatividad, pero sobre todo, ayuda a empoderar a otras.
Su sueño es que se sumen más mujeres cis, bisexuales, lesbianas, transexuales y todas las personas queer sean capaces de contar sus historias, pues para ella “cada historia es valiosa y puede ser cómica”. Explica que la comedia puede brindar una plataforma para enseñar a los demás y combatir problemas arraigados en la cultura venezolana, como la discriminación.
“El activismo no solo debe hacerse desde la seriedad, puede estar en todos los espacios y desde mi lugar yo hago mi aporte. Eso es lo que espero ver en la comedia en el futuro, espero ver colores, matices, todo tipo de cosas, no quedarme con lo común de una mujer o hombre heterosexual. Debemos ver nuevos colores porque el mundo está cambiando. Debemos tomar esos espacios porque somos capaces”, finaliza Neisser, quien ahora es para muchos ese referente que ella nunca tuvo.