• Rusdeiba Agelvis, especialista en trastornos del neurodesarrollo, señaló que los padres deben ser sinceros cuando su hijo tiene un diagnóstico para que pueda adaptarse a diversos ambientes 

La información clara es una herramienta fundamental para lograr una buena convivencia con adultos y niños con autismo en diversos entornos. Este trastorno del neurodesarrollo compromete aspectos como la interacción social y el desarrollo del lenguaje.

Cuando el autismo está presente en niños, la convivencia es aún más compleja de acuerdo con la edad. Muchos de los signos de la condición no son visibles y fáciles de identificar incluso para los padres en los primeros años de vida. 

Rusdeiba Agelvis, especialista en trastornos del neurodesarrollo, aseguró que aceptar el diagnóstico y documentarse lo mejor posible permitirá a los padres y cuidadores transmitir la información necesaria para lograr una buena convivencia y adaptación. 

Señales que podrían advertir un caso de autismo

Agelvis detalló que los niños con autismo presentan comportamientos muy específicos como la ausencia del contacto visual, que se puede notar desde bebé. 

También tienen algo que se llama falta de atención conjunta que es, por ejemplo, cuando te asomas con el bebé por la ventana, pasa un avión, te sorprendes y el niño lo hace también, pero eso en un niño con autismo está ausente”, dijo.

En el autismo además de presentarse dificultades para desarrollar la comunicación hablada, también hay inconvenientes para establecer otros mecanismos de comunicación que logran los bebés progresivamente. Con estos métodos los niños logran manifestar sus necesidades a sus padres. 

La experta comentó que el autismo comprende un amplio espectro, por lo que algunas de estas señales pueden notarse más en algunos casos que en otros. 

“En el autismo clásico el lenguaje es completamente tardío, pero también están los casos de niños con síndrome de asperger, quienes también están dentro del espectro, pero en cambio tienen un lenguaje que desarrollan muy pronto y hablan de una forma un poquito más elaborada”, aclaró.

Convivencia familiar 

Autismo: recomendaciones para lograr una buena convivencia en distintos entornos 

Al notar dichas señales, los padres deben acudir con un especialista en busca de un diagnóstico y a partir de él conversar con la familia de forma clara la situación del niño. 

A veces los familiares entran en una disyuntiva porque no ven rasgos físicos se algunas condición y no entienden por qué se comporta así, por qué tiene persistencia en un objeto o actividad específica y no es flexible, es decir, que no es capaz de alternar un juguete por otro”, detalló. 

Agregó que si no se advierte sobre el diagnóstico del niño, los parientes podrían interpretarlo como problemas de comportamiento o mala crianza. Alertó que también hay casos en los que surgen críticas desde el núcleo familiar incluso conociendo la condición. 

En esas situaciones la familia se ve tan afectada que empiezan a encerrarse, dejan de ir a reuniones familiares por temor a ser criticados”, añadió. 

Agelvis indicó que también hay familias que ella calificó como “empoderadas”, las cuales buscan toda la información disponible en Google para ayudar al niño e incluso se anticipan a los diagnósticos y recomendaciones de los especialistas. Aseguró que es mucho más fácil trabajar con un grupo familiar así. 

La especialista recomienda la búsqueda de ayuda en psicología familiar con algún experto en neurodesarrollo que déherramientas para sobrellevar esa situación y no darle una “mala calidad de vida” a los padres. 

“Para las madres especialmente es muy duro porque viven situaciones sumamente estresantes. El diagnóstico, más la culpa y la familia que las señala. Algunas terminan muy deprimidas y se deterioran físicamente. Sin sus mamás, esos niñitos quedan indefensos”, señaló.

La especialista mencionó que la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, realizó un estudio en 2009 que comparó el nivel de cortisol (hormona que se libera como respuesta al estrés) en sangre de soldados estadounidenses en batalla con el de mamás de niños con autismo. La investigación reveló que las madres tenían un nivel más elevado que los militares. 

Consejos para llevar la buena convivencia a otros entornos 

Agelvis comentó que cada vez hay más espacios en los que se incluyen a las personas con autismo gracias a que se vencen una serie de prejuicios y estigmas que rodean la condición. Utilizó como ejemplo que la Asamblea Nacional electa en 2020 aprobara una Ley de atención Integral a Personas con Trastorno del Espectro Autista. 

La norma contempla aspectos como la garantía de educación de calidad. También que se les permita acceder a una póliza de seguros para costear sus gastos médicos. 

Como cada vez tenemos más información también se van abriendo espacios para que las personas con autismo tengan las mismas oportunidades y calidad de vida que quienes no tienen un diagnóstico”, explicó la especialista. 

Si la familia decide inscribir a un niño con autismo en una escuela regular en lugar de una especial, debe informar a la institución sobre el diagnóstico e intervenir para que haya condiciones óptimas en el aula. 

“La participación de un neurólogo es vital en el proceso. Si no hay uno en el colegio, lo regular es que los padres le pidan a su neurólogo que vaya hasta la escuela”, indicó Agelvis. 

Situaciones irritantes para los niños con autismo

Autismo: recomendaciones para lograr una buena convivencia en distintos entornos 

Dependiendo del tipo de autismo que tenga el niño puede ser más o menos sensible a ciertos estímulos presentes en distintas situaciones. Un caso común es que les parezca irritante el exceso de ruido en un aula de clases. 

“Ellos son sobrerreactivos y así como uno arruga la cara con un ruido potente, ellos se tapan los oídos y salen corriendo, porque quieren huir de esa sensación que lo perturba”, describió.

El desagrado al estímulo depende de cada caso de autismo. Hay niños que son más sensibles al tacto y no soportan la sensación de la arena en la playa. Otros se ponen irritables con las luces fuertes en las decoraciones navideñas. 

Puede pasar también que tienen dificultades de regulación sensorial, que es cuando tienen la necesidad de chocar contra algo para saber cómo se siente. En estos parques que tienen colchonetas y toboganes ellos se lanzan con mucha fuerza y a veces las personas piensan que son bruscos, pero en realidad están buscando una sensación”, explicó.

En este último caso, la especialista contó que puede suceder que un niño con autismo golpee o empuje a un compañero sin intención mientras juegan porque no comprende su propia fuerza.

Evitar conflictos 

Agelvis insistió en que la sinceridad sobre la condición es una herramienta para evitar conflictos. Indicó que si un niño está en una escuela sin revelar su diagnóstico se pueden presentar inconvenientes en el aula. En cambio, si los profesores lo saben pueden tomar medidas especiales. 

La especialista comentó que en paseos y reuniones se puede utilizar como estrategia que el niño use algo visible como una franela que le indique a las persona que tiene autismo. 

Sí esa familia va a la playa y el niño con autismo tiene un interés hacia los paños o los bronceadores van a tomar los de otras personas. Si ese niño tiene algo que lo identifique, las personas entienden que no se lo quiere robar, sino que tiene una condición y es parte de su forma de actuar”, destacó.

Alegó que ocultar el diagnóstico o evitar salir con un niño con autismo para prevenir estas situaciones afectan al niño y le hacen más difíciles los procesos de adaptación. 

Para lograr que el niño se integre mejor en distintos ambientes y que se irrite menos con los estímulos, es necesaria la terapia ocupacional enfocada en integración sensorial. En terapia, los niños se exponen a estímulos que van aumentando progresivamente.

Otro aspecto que puede generar malentendidos en la convivencia es que los niños con autismo que logran desarrollar su lenguaje tienden a interpretar las cosas de forma literal, por lo que no entienden el sarcasmo, el doble sentido o la ironía. 

Agelvis comentó que, aunque parezca complejo, cada persona significativa para el niño con autismo debe conocer estas características fundamentales para la convivencia y esto es un trabajo arduo que deben hacer los padres y cuidadores.

“Hablando y estableciendo normas de convivencia, eso se puede lograr, pero si la familia está callada y sobreprotege al niño cuando hay en un diagnóstico como este  las posibilidades de adaptación a los diferentes ambientes son menos”, explicó.

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