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- Ante la presencia de tos crónica, recomiendan acudir al médico y usar mascarilla para evitar la propagación de la enfermedad
En Venezuela siguen latentes los casos de tuberculosis, con focos específicos en comunidades rurales, en la que factores socioeconómicos, como la pobreza, el hacinamiento y la falta de acceso a servicios de salud adecuados, contribuyen a la propagación de la enfermedad. Además ante la falta de diagnósticos precisos se pueden confundir con otras patologías respiratorias.
La neumonóloga Yndira Hernández reportó que esta enfermedad altamente infecciosa se está evidenciando a nivel de consulta en el país. Sin embargo, los pacientes están siendo tratados por neumonía bacteriana, aún cuando presentan una prevalencia de síntomas de tuberculosis pulmonar por meses.
“Los síntomas iniciales como debilidad, malestar, pérdida de peso y tos seca persistente son los síntomas más importantes que deben llamar a la alerta del médico que reciba a los pacientes”, mencionó la doctora del estado Anzoátegui, en Éxitos 95.3 FM.
Hernández instó a todos los médicos del país a incluir entre los exámenes y lista de patologías el cultivo para detectarla y descartar que sean casos de tuberculosis.
Enfatizó que es necesario concientizar sobre los síntomas de esta bacteria infecciosa, los cuales pueden parecerse a otras enfermedades.
A partir de la pandemia por covid-19, muchos casos de tuberculosis se asocian al coronavirus y no se realizan los exámenes por situación de vulnerabilidad, desigualdad social y faltas de herramientas para el diagnóstico, explicó la neumonóloga en la entrevista radial.
“A la consulta llegan pacientes con hasta cuatro meses presentando tos. Es necesario que los médicos piensen en la tuberculosis y la comunidad recuerde que se trata de una enfermedad latente en Venezuela”, señaló Hernández.
¿Qué es la tuberculosis pulmonar?
Esta es una enfermedad infecciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Puede llegar a complicaciones graves si no se detecta a tiempo.
Es causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis y se transmite principalmente a través del aire cuando una persona infectada tose, estornuda o habla.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que aproximadamente 10 millones de personas contrajeron tuberculosis y alrededor de 1,4 millones murieron a causa de esta enfermedad en 2022.
Síntomas
De acuerdo con la Clínica Mayo, de Estados Unidos, los pacientes con tuberculosis activa presentan los siguientes síntomas:
-Tos crónica y seca
-Esputo con sangre o moco
-Dolor en el pecho al respirar o toser
-Fiebre
-Escalofríos
-Sudoraciones nocturnas
-Pérdida de peso
Prevención de la enfermedad
Una de las estrategias más efectivas para prevenir la propagación de la tuberculosis es la detección temprana y el tratamiento oportuno de los casos. Esto implica llevar a cabo pruebas de detección en poblaciones de alto riesgo.
También recomiendan el uso de mascarillas en personas que presenten síntomas asociados a esta infección por más de varias semanas.
Otra medida es la vacunación. Existe una vacuna llamada Bacilo de Calmette-Guérin (BCG) que se utiliza para prevenir la tuberculosis en los niños. Aunque esta vacuna no ofrece una protección completa contra la enfermedad, es efectiva para prevenir formas graves de tuberculosis.
Además es necesario promover la conciencia y la educación sobre la tuberculosis pulmonar con campañas que informen a la población sobre los síntomas de la enfermedad. Así como también fomentar prácticas saludables, como la higiene y la ventilación en espacios cerrados, para reducir el riesgo de transmisión.
Tratamiento de la tuberculosis
El tratamiento de la tuberculosis pulmonar se basa en una terapia de combinación que implica el uso de varios medicamentos al mismo tiempo. Esto ayuda a prevenir la aparición de resistencia a los antibióticos y a aumentar las tasas de curación.
La elección de los medicamentos y la duración del tratamiento dependerá de la gravedad de la enfermedad y de las características individuales de cada paciente.
En general, el tratamiento médico tiene una duración mínima de 6 meses, pero puede extenderse hasta 9 meses o más en casos más graves. Posteriormente, el especialista realizará pruebas para asegurar la erradicación completa de la bacteria y prevenir recaídas o el desarrollo de cepas resistentes.
