• Hasta mediados de noviembre, la Sala Mendoza de la Unimet exhibirá Chas Chas, un proyecto fotográfico sobre el barrio argentino de Parque Chas, y donde la realidad se funde con la mirada creativa del artista. De allí también se desprende un fotopoemario, con los personajes y situaciones que marcaron su investigación. Fotos: Víctor Salazar

En la entrada de la Sala Mendoza de la Universidad Metropolitana, en Caracas, los visitantes son recibidos por una pared blanca. O al menos la imagen de una, impresa en una fotografía. Para el fotógrafo venezolano Luis Cobelo, dentro de sus muchos significados, está la representación de un portal hacia un mundo donde la realidad es como un acto de fe. “Si eres capaz de creer que detrás de esa pared está el mar, entonces sabes lo que es la magia”, comenta. 

Pero aquella foto representa una de las muchas paredes en las calles de Parque Chas, un barrio de Buenos Aires, Argentina, al que el autor dedicó su proyecto Chas Chas, como un chasquido de dedos para liberarse de un trance. Consta de un fotopoemario, además de una exposición en la Sala Mendoza, la cual se inauguró el 7 de septiembre y permanecerá abierta al público hasta noviembre. 

Se trata de una serie de instalaciones en las que el autor se aleja de la fotografía documental para sumergirse en el espíritu del barrio desde lo onírico. Sus obras mezclan imágenes y elementos para transformarse en un collage donde, desde lo simbólico, Cobelo va mostrando su visión de la ciudad y su gente. Una narrativa que se hila en el fotolibro por una serie de poemas, también plasmados en los muros de la sala, escritos por la poeta Jacqueline Goldberg. 

“Fue mi excusa perfecta para hacer un homenaje a Buenos Aires, que es una ciudad que me encanta. También para crear unos personajes que han sido fundamentales en mi obra y ahora lo son en mi vida”, declaró Cobelo en entrevista para El Diario.

Choque con la realidad

Exposición fotográfica Chas Chas en la Fundación Sala Mendoza por Luis Cobelo
Foto: Víctor Salazar @adrianproducer_

La fascinación de Cobelo por ese rincón del mundo surgió hace 35 años, mucho antes de tan siquiera poner un pie allí. Cuenta que a los 18 años de edad, cuando todavía era un estudiante de Filosofía en la Universidad del Zulia (LUZ). En esa época descubrió un cómic llamado Parque Chas

Creado por Ricardo Barreiro (guion) y  Eduardo Risso (ilustraciones) y publicado en la revista argentina Fierro en el año 1987, trataba de un escritor que llegaba al barrio atraído por el dicho de “todo es posible en Parque Chas”. Así, el protagonista se encontraba con un lugar en el que convergen la fantasía y sordidez de la ciudad, lleno de historias tan inverosímiles como una leyenda urbana.

Exposición fotográfica Chas Chas en la Fundación Sala Mendoza por Luis Cobelo
Foto: Víctor Salazar @adrianproducer_

Ese mundo mágico lo cautivó, y en el año 2018 comenzó a idear el proyecto de Chas chas. Viajó a Buenos Aires y durante un año y dos meses se dedicó a recorrer las calles que había visto solo en viñetas para conocer a sus personajes emblemáticos y tratar de retratarlos. Sin embargo, reconoce que el choque entre el Parque Chas que esperaba encontrar y el que vio le hizo cambiar de enfoque. Ahora buscaría, como el escritor del cómic, recrear en sus imágenes aquel barrio que parecía existir solo en su imaginación. 

“La primera vez que fui a Parque Chas no pasó nada en absoluto. Yo pensaba que iban a aparecer unicornios y luces, pero es muy tranquilo. En ese primer momento había mucho silencio. Buenos Aires es una ciudad muy ruidosa, muy fúrica y fuerte, y el barrio te da una sensación como de un oasis dentro de esa de esa locura caótica de la ciudad”, recuerda.

Sobre el autor

Luis Cobelo nació en Acarigua, estado Portuguesa, en 1970. Es egresado en Filosofía de la Universidad del Zulia (LUZ) y durante muchos años trabajó como fotoperiodista para diferentes periódicos y revistas de Venezuela y España. En 2001 se convirtió en fotógrafo independiente y desde entonces se alejó del género documental para incursionar en la fotografía artística.

Desde 1993 sus trabajos se han expuesto en diferentes salones de fotografía dentro y fuera de Venezuela. Algunos de ellos han sido PhotoEspaña (2004), la Bienal Iberoamericana de Fotografía de México (2005), Fotofestival Horizonte Zingst (Alemania, 2013), Cortona On the Move (Italia 2017-2020) y el Festival Gabo 2022 en Bogotá, Colombia.

Entre sus proyectos fotográficos están 100 (2007), Ausencias (2010-2013), Mi casa estaba aquí (2014) y Miss Gordita Paraguay (2016). Además se ha dedicado a la producción de fotolibros, siendo autor de Zurumbático (2017) y Chas Chas (2023). Actualmente reside en San Francisco, California (Estados Unidos).

Lugar mágico

Exposición fotográfica Chas Chas en la Fundación Sala Mendoza por Luis Cobelo
Foto: Víctor Salazar @adrianproducer_

Además del cómic de Barreiro y Risso, Parque Chas ha estado presente en la literatura en obras como la novela El cantor de tango (2004) de Tomás Eloy Martínez, o en los libros de Alejandro Dolina. Cobelo señala que en su caso, además de homenajear a la historieta de su juventud con una de sus piezas, también toma referencias de la cultura argentina como Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, o musicalmente con la trinidad de Gustavo Cerati, Charly García y Luis Alberto Spinetta. 

“Me di cuenta de su riqueza porque dejé abrir mi cabeza como un grifo. En el momento en que llegué estaba como cerrado, y luego dije aquí es donde está todo. acá en mi cabeza. Y entonces ¡pum! salió y surgieron una cantidad de personajes y de creatividad increíbles”, comenta.

Exposición fotográfica Chas Chas en la Fundación Sala Mendoza por Luis Cobelo
Foto: Víctor Salazar @adrianproducer_

Así, comenzó a ver la magia detrás de los habitantes de Parque Chas. Una tribu de punks que usan cepillos de escoba en lugar de crestas, un entrenador de fútbol infantil que hace trucos de magia o Fernando, un hombre cubierto de luces navideñas y que se alquila como arbolito. El artista incluso se mimetizó con las costumbres del barrio, como celebrar Año Nuevo en una calle cerrada, entre asados y cumbia.

“La acogida de los vecinos fue increíble. Ellos me adoptaron como un habitante más y aún mantengo el contacto con muchos de ellos. Estamos pendientes de llevar la exposición a Buenos Aires para hacerla ahí en el barrio”, apunta.

Las fotos tomadas por Cobelo se alternan la realidad del barrio con aquella que concibió en su cabeza. Al final, para el artista, las cosas son reales en el momento en el que existen. Y aquellas imágenes son la prueba de que, al menos por unos instantes, sus personajes y situaciones fueron tan tangibles como un semáforo o un teléfono público.

Como el mar detrás de la pared blanca, es cuestión de creer que está allí. 

Continente fantástico

Exposición fotográfica Chas Chas en la Fundación Sala Mendoza por Luis Cobelo
Foto: Víctor Salazar @adrianproducer_

En 2016, Cobelo viajó a la población de Aracataca, Colombia, donde nació el reconocido escritor Gabriel García Márquez. Ya había ido allá en 2007 para hacer un proyecto por el 40 aniversario de la primera edición de Cien años de soledad, y desde entonces le había quedado la idea de encontrar en aquel municipio lleno de ríos una manifestación del Macondo de la familia Buendía. Así nació su proyecto Zurumbático, del cual se desprendió su primer fotolibro de mismo nombre. Allí usó el mismo recurso de recrear pasajes del libro desde su visión personal, jugando con las delgadas líneas entre lo real o lo fantástico. 

Chas Chas es como otro Macondo. Chas chas es un lugar fantástico donde todo es posible. Una dimensión paralela o no, ¿quién lo sabe o quién lo define? Puedes entrar y no salir, perderte, pero al final es igual. Todo está dentro de uno”, afirma.

Exposición fotográfica Chas Chas en la Fundación Sala Mendoza por Luis Cobelo
Foto: Víctor Salazar @adrianproducer_

Toda la exposición de la Sala Mendoza es vigilada desde arriba por un plano de Parque Chas. En sus calles circulares, con forma de telaraña, Cobelo teje un laberinto cuyo centro y salidas llevan al mismo punto: su corazón en llamas. Así, Zurumbático y Chas Chas se convierten entonces en la forma en que Cobelo muestra su relación con la ciudad, con Latinoamérica y ese realismo mágico presente en las fibras de su cotidianidad, y que precisamente inspiró a García Márquez y otros escritores a ver la realidad desde lo fantástico.

“El realismo mágico es fundamental en mi trabajo. En este caso con Cha Chas, digamos es un poco más ligado a la fantasía, al mito, porque el realismo mágico es más de nosotros del norte de Sudamérica y del Caribe donde las cosas no se tienen que explicar. En el sur hay otra onda, es como un poquito más melancólica. Es una mezcla de realismo mágico y realismo fantástico”, expone.

Pilar

Exposición fotográfica Chas Chas en la Fundación Sala Mendoza por Luis Cobelo
Foto: Víctor Salazar @adrianproducer_

Dentro de la galería de personajes que componen Chas Chas, una de las más importantes es Pilar. Tiene incluso su propia habitación en la que se ven objetos personales, afiches y fotos, muchas fotos de ella. Como todo en ese mundo, Pilar existe solo cuando la ven, representada en el rostro del propio Cobelo, maquillado y con un vestido. Pero el fotógrafo aclara que no se trata de un alter ego. Es una hermana perdida que vive en Parque Chas y con la que fue a encontrarse. 

“El desarrollo del personaje de Pilar vino a través de una de una frase que apareció en mis investigaciones previas a ir a Buenos Aires: ‘Todo lo que se te perdió en la vida existe en Parque Chas’. No recuerdo quién la creó, pero eso me atrapó mucho. Me detonó, porque inmediatamente supe qué era. Es una es la hermana que nunca tuve”, relata.

Exposición fotográfica Chas Chas en la Fundación Sala Mendoza por Luis Cobelo
Foto: Víctor Salazar @adrianproducer_

Así, Cobelo descubrió a Pilar durante la concepción del proyecto, dándole forma con una personalidad parecida a la suya, pero más adaptada a la idiosincrasia argentina. “Ella es más directa que yo y mucho más histriónica. Pilar es maestra de escuela, vive sola, solamente se enamoró una vez. Odia a los veganos, le encanta la carne, le gusta disparar y le encanta Sandro”, la describe.

Las sesiones de fotos con Pilar fue lo último que Cobelo hizo antes de abandonar Parque Chas. Era necesario, más que entrar en personaje, canalizar su espíritu hacia este plano, como un médium. “Fue muy increíble para mí. Descubrí muchas cosas de mí y de mi familia en las cuales yo no dudé nunca que yo tenía que ir a Buenos Aires a conocer a Pilar. Ella vive en mí, está dentro de mí y para ello entonces fui a crearla, a ser ella”, dice.

Libro

Exposición fotográfica Chas Chas en la Fundación Sala Mendoza por Luis Cobelo
Foto: Víctor Salazar @adrianproducer_

Pilar es también la autora del poemario De nada en nadie, que se deriva a su vez del fotolibro de Chas Chas. Mientras Cobelo hila la historia que quiere contar a través de sus fotografías, su hermana comparte algunas líneas de poesía que pueden vincularse o no con las imágenes. El artista dice que nada está explícito en el libro, sino más bien sujeto a la libre interpretación de quien lo lea.

“Es una sucesión de imágenes que puedes ir de atrás para adelante, y que empieza y termina con la pared blanca. Una asociación de imágenes, una tras otra. Es un libro muy colorido donde están todos los personajes, están todas las historias, pero no se cuenta nada. Se adivinan muchas historias y termina con un sobre sellado con una carta que le escribí a Pilar de irme de Parque Chas”, menciona Cobelo. 

Al igual que con Zurumbático, Chas Chas es un libro autopublicado. Se puede adquirir en la recepción de la Sala Mendoza, aunque Cobelo aclara que será un producto limitado, con apenas una decena a la venta.

El fantasma de Pilar

Luis Cobelo, el fotógrafo venezolano que captó el realismo mágico de Buenos Aires
La poeta Jacqueline Goldberg junto a Luis Cobelo. Foto: Cortesía

Aunque en la portada está el nombre de Pilar, en los créditos de De nada en nadie se menciona a la poeta venezolana Jacqueline Goldberg como la autora de los poemas que aparecen en el libro. Si Cobelo prestó su cuerpo para canalizar su imagen, Goldberg fue el medio por el cual se expresa a través de versos. “Si Pilar vive en Parque Chas y es argentina, lo más natural es que escriba poesía”, comenta la escritora en entrevista para El Diario.

Goldberg originalmente fue contactada para trabajar en el texto curatorial de la exposición, en la medida que Cobelo iba desarrollando el libro surgió la idea de incorporar poemas que sirvieran como un complemento de su historia gráfica. Así, la poeta primero fue componiéndolos a partir de las fotografías del proyecto, aunque con el tiempo, admite que se impregnó de su esencia y fue capaz de plasmar la forma en que Pilar veía y razonaba el mundo.

“Yo misma no sabía a lo que me estaba asomando, y en algún momento pensé que tendría que llamar a Luis para decirle que no se pudo porque la poesía no admite esto. Pero la situación fue tan encantadora, porque Parque Chas tiene justamente esa cosa insólita. Pronto el barrio se transportó a mí desde la lejanía en Venezuela y fue una cosa muy orgánica”, cuenta. 

El lugar más bonito del mundo

Exposición fotográfica Chas Chas en la Fundación Sala Mendoza por Luis Cobelo
Foto: Víctor Salazar @adrianproducer_

Recientemente Cobelo publicó un trabajo fotográfico titulado Te amo. El proyecto, que le tomó tres años completar, investiga el fenómeno de la fotonovela y su impacto en la cultura latinoamericana, especialmente en México. Allí profundiza en cómo este formato narrativo tan popular entre las décadas de los sesenta y ochenta reflejó las estructuras de machismo, violencia e hipersexualización de la cultura latina, haciendo una reinterpretación de sus montajes.

Teniendo entonces sus visiones oníricas de la cultura colombiana, argentina y mexicana, el artista apunta ahora a Venezuela para su próximo proyecto. Aunque todavía está en proceso de preproducción, Cobelo adelanta que se llamará El lugar más bonito del mundo, y estará ambientado en su ciudad natal: Acarigua. 

“Acarigua no es bonito para nada, pero para mí sí lo es. Entonces, enfocado en Acarigua, voy a realizar una interpretación en la zona, pero también en una parte en Barquisimeto donde crecí. El lugar más bonito del mundo es algo muy personal, no son las ciudades. Yo vivo en San Francisco, es una ciudad donde es bonita la arquitectura, pero para mí Acarigua es más bonita que San Francisco”, apunta.

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