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- Está patología aparece mayormente en mujeres de entre 40 y 60 años de edad y sus síntomas pueden durar entre 6 y 12 meses
El síndrome de Sudeck también se conoce como síndrome de dolor complejo regional o distrofia simpático-refleja y es una alteración neurodegenerativa como consecuencia de la mala recuperación de lesiones.
Aunque los verdaderos motivos que desencadenan este síndrome se desconocen, se ha relacionado directamente con casos en los que la recuperación de una grave lesión o fractura se retrasa por la destrucción continuada de tejido.
El portal del Hospital Universitario de La Moraleja, en Madrid (España), detalla algunas de las situaciones en las que se puede presentar este síndrome:
-Cuando una lesión está acompañada de una situación de estrés importante.
-Si una fractura es inmovilizada por más tiempo del necesario y el cuerpo produce una respuesta inmune errónea causando daños.
-Cuando el uso de medicamentos antiinflamatorios impide la regeneración del tejido en la recuperación.
-Si la persona se lesiona constantemente en la misma parte del cuerpo.
-Cuando el paciente tiene alguna alteración metabólica.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome de Sudeck?
El padecimiento de este síndrome puede durar entre 6 y 12 meses y tiende a aparecer mayormente en mujeres de entre 40 y 60 años de edad.
Entre los síntomas que pueden aparecer con el síndrome destacan los edemas o acumulaciones de líquido en la zona de la lesión.
También se puede presentar una serie de reacciones en la región lesionada como: dolor continuo, cambio en el color de la piel, alteraciones cutáneas, sudoración excesiva y sedación de quemazón.
Si la lesión es en una extremidad como brazo o pierna puede presentar diferencias con la extremidad sana, como temperaturas distintas o mayor rigidez.
Si los efectos del síndrome avanzan y llegan a afectar las articulaciones se produce un síntoma llamado impotencia muscular, lo que disminuye considerablemente la funcionalidad de la extremidad lesionada.
Diagnóstico y tratamiento
El Hospital Universitario de La Moraleja señaló en un artículo médico que el diagnóstico de este síndrome suele ser difícil, especialmente en sus fases iniciales, porque los síntomas pueden confundirse con las mismas reacciones provocadas por las lesiones o cirugías.
No obstante, la institución médica explicó que cada vez los médicos están más atentos a los síntomas adicionales y logran hacer diagnósticos tempranos.
El diagnóstico del síndrome es básicamente clínico, es decir, sin estudios especiales. Este se logra cuando los especialistas tratantes identifican síntomas importantes como las alteraciones en la piel o la inestabilidad motora.
El hospital sugiere que para tener un diagnóstico más certero se puede usar como alternativa una tomografía infrarroja o incluso un gammagrama óseo que confirme el pronóstico inicial.
La patología se puede tratar básicamente con fisioterapia y rehabilitación. Sin embargo, la evolución del paciente se puede comprometer si sufre de mucho dolor.
En los casos en los que el malestar impide las terapias, se indican medicamentos para el dolor distintos a los analgésicos tradicionales
Casos complejos
Este síndrome también se puede tratar con terapias alternativas y procedimientos más invasivos cuando se trata de casos complejos en los que predomina el dolor. Algunos de estos tratamiento son:
-Bloqueo del sistema nervioso simpático: implica la inyección de un anestésico local alrededor de un grupo de nervios cerca de la médula, en el cuello para aliviar el dolor intenso del torso o en la región inferior de la espalda para aliviar el dolor en la parte inferior del cuerpo.
-Implantes de electrodos para la estimulación modular: está terapia consiste en consiste en la estimulación eléctrica de los nervios o de la médula espinal para reducir la intensidad del dolor.
