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  • La nutricionista Ania Pulido explicó para El Diario cuáles son las consecuencias para la salud de no mantener un equilibrio en la alimentación decembrina

El olor de la hallaca recién servida en el plato, el pernil que se deshace en la boca y la ensalada que combina con casi cualquier acompañante son platos que invaden los hogares venezolanos en las épocas decembrinas. Son muy pocos quienes se resisten a estos sabores, que además suelen ir acompañados de un buen pan de jamón, tortas de chocolate y el típico dulce de lechosa preferido por las abuelas.

¿Pero alguna vez te has preguntado cómo recibe tu cuerpo todos estos cambios en la alimentación?

Entre la emoción de las fiestas navideñas y la calidez de la reunión familiar, es probable que no te preocupes por las consecuencias que el consumo de grasas y azúcares le puedan causar a tu cuerpo, sin embargo, es algo que deberías tomar en cuenta si lo que buscas es iniciar un año nuevo con salud y sintiéndote bien.

Foto cortesía

La nutricionista Ania Pulido explicó para El Diario que el mes de diciembre suele ser la época en la que la mayoría abandona su dieta habitual y aumenta de peso debido a que la reserva de grasa se incrementa con el consumo de estos alimentos festivos, lo que puede acrecentar los triglicéridos y también el nivel de colesterol.

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Pulido detalla que el aumento de estos niveles puede ocasionar mareos, malestar general e incluso afectación gastrointestinal, y en caso de las personas diabéticas, pueden presentar un incremento en la glicemia, lo que supone un gran riesgo de salud.

¿Cómo preparar y recuperar el cuerpo para estas fechas?

La especialista recomienda la preparación de una dieta equilibrada que no necesariamente implique eliminar estos platillos navideños de la ingesta festiva.

“Yo puedo comer una hallaca en el almuerzo, pero lo ideal será equilibrar con una ensalada y que en la cena se coma algo ligero”, detalla Pulido.

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Y además de la combinación efectiva de alimentos, recomienda respetar los horarios de cada una de las comidas, sin atropellar los alimentos, es decir, no repetir platillos el los tres tiempos de comida: desayuno, almuerzo y cena.

La nutricionista también hace una salvedad importante respecto a la ensalada típica navideña que se consume en Venezuela, que contiene carbohidratos como la papa, además de grasas como la mayonesa y otros acompañantes que no son los más recomendados para la ingesta diaria contemplada como saludable.

Lo ideal será iniciarse en la educación alimentaria y equilibrar los componentes del plato, que debe comprender carbohidrato, proteína y una parte vegetal. Si la parte vegetal escasea, el ingreso de vitaminas y minerales va a fallar, además de la fibra que tampoco está allí, por lo que es esencial tratar de mantener ese orden.

Equilibrar el plato y combinar con una buena sesión de ejercicios, actividad física o simplemente salir a caminar o a trotar de forma ligera por lo menos 30 minutos al día. De esta manera se podrá recuperar la capacidad respiratoria y la movilidad del cuerpo, que siempre es algo positivo para el organismo, de acuerdo con la especialista.

Si bien la alimentación es uno de los grandes placeres de la vida, no solo porque nos mantiene vivos y saludables, sino porque también es delicioso, la nutricionista Ania Pulido recomienda omitir los excesos y apegarse a un plan dietético adecuado.

Tomar agua, comer vegetales y repartir las comidas en las horas adecuadas son aspectos esenciales que rescata la especialista, además de controlar la ingesta de bebidas alcohólicas que no solo suponen incremento de peso, sino otro compendio de riesgos para el organismo.

Aprender a comer no implica ser un chef, ni ser un profesional de la nutrición. Aprender a comer es quererse uno mismo, querer ser saludable y sentirse vivou0022, finaliza Pulido.

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