• Algunos ciudadanos llegan a países como Chile y Ecuador, en busca de mejor calidad de vida, y fomentan la práctica del deporte

Algunos venezolanos que han migrado debido a la crisis que enfrenta el país no solo se han llevado sus ilusiones de prosperar y sus costumbres. También han trasladado consigo su guante, bate y pelota para jugar beisbol y softbol. La situación venezolana ha ocasionado una ola migratoria especialmente en Latinoamérica. Por aire o por tierra han llegado millones de migrantes para residir en los países vecinos,  donde reina el fútbol, en búsqueda de mejores condiciones y mayor calidad de vida. 

En Colombia, Ecuador y Chile, el balompié es el deporte rey, algo que difícilmente cambie. No obstante, el desarrollo y crecimiento del beisbol en estos países durante los últimos años se ha debido —en gran parte— a la migración venezolana. 

La migración venezolana, clave en el desarrollo del beisbol latinoamericano
Foto: Cristian Aravena

Más de 2.000 venezolanos hacen vida en el beisbol y softbol en Santiago de Chile cada fin de semana, de acuerdo con la federación chilena de estos deportes. Esto ha generado un impacto positivo en la comunidad chilena, que ha visto con buenos ojos el crecimiento de estos deportes.

“Se ha ido trabajando en mejorar el nivel de los jugadores chilenos en el softbol y beisbol, pese a no tener mucho roce internacional. Ahora el nivel es increíble, aquí hay muchos que han jugado de forma profesional en Venezuela”, resalta para El Diario el venezolano Luis Cumana, mánager de la selección de Santiago. 

La migración venezolana, clave en el desarrollo del beisbol latinoamericano
Luis Cumana a la izquierda |Foto: Cristian Aravena

Cumana es caraqueño y llegó a Chile en 2011. Para ese momento, solo había un equipo de beisbol integrado por venezolanos. Además, la práctica de este deporte era limitada, según indica. “Cuando llegué a Chile ni sabía que había béisbol. Luego de seis meses acá, me enteré de que sí había y esperé al fin de semana para acercarme hasta el Estadio Nacional, donde hay cuatro canchas”, resalta. 

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Desde ese momento, Cumana fue conectándose con dirigentes de la Federación Chilena de Beisbol y logró comenzar a entrenar a un equipo de softbol femenino. Luego de obtener varios títulos, le ofrecieron ser mánager —interino, en primera instancia— de la Selección de Santiago de Chile, con la que ha conseguido dos campeonatos nacionales y un subcampeonato. 

Aunque crece, pueden quitarle las alas al beisbol chileno

Para 2023 están pautados los Juegos Panamericanos en Santiago de Chile, contemplando la participación del beisbol y softbol. El gobierno ya ha presentado la propuesta para recibir el evento, retomando la idea de reformar el Parque Estadio Nacional, presentada durante el primer gobierno del presidente Sebastián Piñera. En ella se plantea una disminución importante del beisbol, pues pasaría a disponer de un solo diamante, a diferencia de los cuatro de los que dispone actualmente. 

No tenemos espacio para meter más equipos, estamos al borde. Hay demasiados jugadores que están practicando beisbol y softbol. De los estadios que usamos, de los cuatro, van a dejar uno. Ni siquiera con medidas reglamentarias sino algo recreativo, por dejar algo”, resalta Cumana.

“Si luchamos tanto para que estos deportes estuvieran en los Panamericanos, no es justo que nos quiten los campos”, sentencia el venezolano, quien también ha masificado el softbol en unos terrenos que ha preparado para ello. 

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La migración venezolana, clave en el desarrollo del beisbol latinoamericano
Foto: Cristian Aravena

La Federación Chilena de Beisbol está al frente del asunto para intentar contener la situación y evitar que se limiten más ambas disciplinas deportivas, dado el importante crecimiento que se ha evidenciado en los últimos años. Exigen que sean respetados sus espacios y construyan otros espacios para la práctica del beisbol y el softbol para que queden como un legado luego de los Panamericanos 2023.

La mayoría de los técnicos en Ecuador son venezolanos

Otro de los países que se ha visto beneficiado a nivel deportivo por la llegada de los venezolanos ha sido Ecuador. En Guayaquil, cuna del beisbol ecuatoriano, cientos de jóvenes reciben las instrucciones de entrenadores venezolanos. Además, la práctica del softbol se ha impulsado no solo en la Perla del Pacífico sino en ciudades como Quito, Cuenca y Machala.

Leonel Cabanerio maneja la página www.beisbolysoftbol.com y comparte estadísticas de torneos en el país a través de su sitio. Es venezolano y llegó a Guayaquil en 2015. Desde ese momento presta sus servicios y también juega ambos deportes, tal como lo hacía en Barquisimeto, su ciudad natal. 

La migración venezolana, clave en el desarrollo del beisbol latinoamericano
Leonel Cabanerio | Foto: Cristian Aravena
Cuando llegué solo había un equipo de venezolanos (Llaneros), ahora hay más de cuatro equipos y en el resto de los conjuntos hay, por lo menos, cinco en cada uno. En Quito y Cuenca, casi todos los que practican softbol son venezolanos”, asegura Cabanerio en entrevista para El Diario.

El desarrollo de los niños en el beisbol también ha sido uno de los aspectos positivos. En la mayoría de los equipos infantiles cuentan con personal venezolano, varios de ellos con experiencia en el beisbol profesional. Esto ha permitido que los jugadores adquieran herramientas con las que no contaban. “El nivel de los niños también ha subido mucho. Incluso, hay equipos donde todos los técnicos son venezolanos y han llegado a conseguir los primeros lugares en torneos locales e internacionales”, destaca.

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En Colombia la situación es diferente

De los tres países, Colombia es el que más avanzado está en cuanto al desarrollo beisbolístico. Con varios jugadores en Grandes Ligas y una liga competitiva que se desarrolla anualmente, tienen un mayor trecho recorrido. No obstante, los venezolanos han puesto su granito de arena, incluso en ciudades donde estos deportes no son comunes. 

Así lo comenta para El Diario Jesús Rincón. Es venezolano oriundo de Maracaibo y que migró a Ecuador en 2016. En el año 2019 decidió ir a Colombia, de donde también es ciudadano. En ambos países ha estado relacionado con el deporte. 

Jesús Rincón, a la derecha| Foto: Francisco Rodríguez

Rincón asegura que hay una importante mayoría de venezolanos que practican el softbol en Medellín, donde él reside. “Yo diría que 90% de los jugadores que participan son venezolanos. Y más allá de los que juegan, están los árbitros y los organizadores, que también son criollos”, resalta.

“El beisbol está creciendo bastante por estos lados. Y con la llegada de los venezolanos, la mayoría de los técnicos que hay son de allá. Medellín es también como un centro de showcase, donde los jóvenes muestran su talento, buscando una firma con alguna organización. Hace poco hicieron uno coordinado por los peloteros venezolanos Guillermo Rodríguez, Tony Armas Jr, Steve Torrealba y Robert Pérez”, destaca Rincón, quien maneja la cuenta de Instagram “El rincón del beisbol”. 

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En Latinoamérica, la práctica del beisbol y el softbol crece a un paso acelerado, producto de la masiva migración de los venezolanos. Sin embargo, pasará algún tiempo antes de que el trabajo de muchos entrenadores dé frutos concretos. Las limitantes que se presentan en algunos países, como la falta de espacios para la práctica de estos deportes, provoca un retraso mayor y desacelera —en ocasiones— la galopante marcha con la que avanzan ambas disciplinas deportivas. 

Así como la arepa, la cachapa, el pan de jamón o la hallaca, el béisbol es uno de los deportes que el venezolano ha llevado a los demás países y que, en muchos de ellos, han sabido aprovechar. 

Tras finalizar esta crisis que agobia a Venezuela, probablemente muchos regresen al país. No obstante, dejarán un importante legado en cada uno de estos territorios que conocían poco del deporte y que seguramente en un futuro, —con las prácticas adecuadas— exportarán jugadores para el mejor beisbol del mundo, las Grandes Ligas.

Este artículo de El Diario fue editado por: Génesis Herrera |Yazmely Labrador |Irelis Durand.

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