• Asdrúbal Fernández declaró a El Diario que espera viajar a Buenos Aires el 10 de marzo para reclamar el cuerpo de su único hijo biológico. Indicó que Juan Francisco había migrado para estudiar Robótica, pero la pandemia frustró sus planes, y mantenía dos trabajos para cumplir su sueño de mudarse a Europa

La mañana del 5 de marzo Asdrúbal Fernández despertó con la peor noticia que pudo haber recibido como padre. Desde la madrugada le habían llegado varios mensajes informándole que Juan Fernando, su hijo, había sido asesinado al resistirse a un asalto. El joven, de 27 años de edad, vivía en el barrio Palermo de Buenos Aires, Argentina. Por su parte, Asdrúbal y su esposa, María Angélica Acosta, como muchas otras familias fragmentadas por la migración, están a más de 7.200 kilómetros, en Venezuela.

En entrevista para El Diario, Fernández cuenta que, a pesar de la distancia, siempre mantenía comunicación con Juancho, como lo llamaba su familia. La última vez que hablaron fue el 4 de marzo, horas antes del suceso, cuando su hijo le preguntó si había llegado bien a Barinas, donde trabaja como comerciante. 

“Al otro día no me desconecté, pero sabe cómo están las comunicaciones y yo estaba en el puesto. El domingo en lo que despierto veo unos mensajes que me habían mandado en la madrugada de lo que le había sucedido. Mi esposa me estuvo llamando, pero no había señal y no caía la llamada. Lo supe como a las 6:00 am del día domingo”, relata.

El suceso

Juan Francisco Fernández Acosta estaba la madrugada del 5 de marzo tomando una cerveza con Thomas Vásquez, un amigo y vecino, también venezolano. Ambos conversaban alrededor de las 2:15 am frente a la casa de Fernández, en la calle Aráoz, entre Gorriti y Honduras, cuando un sujeto los abordó para robarlos. El joven comenzó a forcejear con el delincuente, quien sacó una pistola y le disparó en la cabeza, para luego huir con su celular.

Vásquez llamó al 911, pero la ambulancia tardó 20 minutos en llegar. Fue trasladado al Hospital General de Agudos Dr. Juan Antonio Fernández, donde falleció poco después. Su amigo fue también quien contactó a la madre de Juan Francisco para darle la noticia.

El crimen ocurrió en la zona conocida como Palermo Soho, una de las más concurridas de la Comuna 14 por su gran cantidad de bares, restaurantes y tiendas de moda. Sus vecinos, la mayoría venezolanos, lamentaron lo ocurrido, sobre todo porque a dos cuadras del lugar hay una estación de policía.

Joven soñador

Padres del venezolano asesinado en Argentina piden ayuda para repatriar el cuerpo de su hijo 
Foto: Cortesía

Antes de emigrar, Juan Francisco vivía con su familia en la parroquia Santa Rosalía de Caracas. Su madre es docente y su padre tenía un negocio de venta de repuestos. También tiene un hermano, Jorge Alejandro, quien actualmente trabaja como chef en Perú, aunque Juancho era el único hijo biológico de Asdrúbal. “Así fuese el hijo número mil, todos los hijos duelen”, comenta.

“Mi esposa no puede ni hablar. Desde luego, porque es madre, pero yo le digo que esté tranquila porque Juan vive, él era un ángel. Juancho era un muchacho sumamente decente, entraba 20 veces a la casa y 20 veces pedía la bendición y me daba la mano. Yo le decía ‘mi príncipe’, lo besaba y abrazaba. Él era un hombre muy noble, de muy buenos sentimientos”,  evoca.

Describe a su hijo como un lector ávido, al que siempre le gustaba investigar y aprender cosas nuevas. Le apasionaba la mecánica y en sus redes sociales compartía fotos desarmando motores en sus prácticas en el Taller Escuela Autotech. Asdrúbal recuerda que su hijo solía decirle que para poder programar algún día aplicaciones para máquinas, primero tenía que conocer bien los fundamentos de los motores y sus partes. Trabajó un tiempo en el Metro de Caracas, y en sus ratos libres también ayudaba a su padre con sus ventas.

Padre del venezolano asesinado en Argentina: “Espero que lo que le pasó a mi hijo sirva para sensibilizar a la región”
Juan Francisco Fernández (izquierda), en 2016. Foto: Cortesía

En julio de 2019, Juan Francisco se graduó de ingeniero electrónico en la Universidad Nueva Esparta (UNE) y en noviembre del mismo año partió a Argentina para estudiar un posgrado en Robótica. Había conseguido el pasaje vendiendo su carro, además de unos ahorros que sus padres le habían preparado para instalarse cómodamente los primeros meses, mientras realizaba todos sus trámites migratorios. Fernández cuenta que Argentina era solo una parada para formarse y así cumplir su gran sueño, que era vivir en Europa. 

“Él tenía una fijación con prepararse bastante porque se daba hasta los 30 años para estar en Europa. A Juan Francisco le gustaba mucho investigar, leer, la superación. Era soñador. Hijo de tigre”, afirma su padre.

En Buenos Aires

Juancho no pudo cumplir su objetivo de estudiar Robótica. Tenía apenas cuatro meses en Argentina cuando se registraron los primeros casos de covid-19 y el país entró en cuarentena. ”En marzo estalló la pandemia y todo el mundo se paralizó. No tuvo posibilidades de hacer nada y entonces se puso a hacer cursos online”, agrega Asdrúbal. 

Con el apoyo de un amigo, el joven se compró una moto y empezó a trabajar como repartidor, mientras realizaba cursos de gerencia en línea desde casa. “Él hablaba muy bien el inglés, y en estos días que habíamos hablado me dijo que iba a comenzar a estudiar alemán”, añade su padre. Con el tiempo consiguió un empleo como coach en una empresa de telecomunicaciones, aunque todavía hacía delivery de jueves a sábado por la noche para obtener ingresos extra. Asdrúbal asegura que, a pesar de la situación económica de Venezuela, nunca dejó que su hijo le enviara dinero, pues prefería que se enfocara en sus metas personales.

“Por cuestiones de la crisis yo me tuve que ir de Caracas a Barinas a trabajar porque no tenía empleo. Yo tenía un negocito, pero no era algo establecido, sino informal. Con eso nos ayudábamos y no le permitía que nos mandara plata sino que él hiciera sus cosas. Entonces lo que yo ganaba en Barinas me servía para mí y para mi señora, quien es docente activa y hace asesorías”, comenta.

Asesinaron a un venezolano tras resistirse a un robo en Argentina
Foto: Cortesía

Enamorado de la ciudad

Asdrúbal acota que Juan Francisco ya había completado todo su proceso de regularización en Argentina, y semanas atrás le habían entregado su documento nacional de identidad (DNI). Señala que el joven se había enamorado de Buenos Aires, y con frecuencia les enviaba fotos de los parques y arboledas de Palermo. Hasta donde supo, su hijo jamás tuvo problemas con nadie en su barrio ni había experimentado momentos de violencia o inseguridad como los que había dejado atrás en Caracas.

“Más bien a lo que le tenía miedo era a sus repartos en delivery, desplazándose en moto por la ciudad. Me mandaba siempre fotos de sus calles y vivía en una zona muy bonita, con muchos árboles. Yo le decía ‘no te enamores de allá, porque la idea es que te vayas’ (a Europa)”, aclara.

La última publicación en la cuenta de Instagram de Juancho fue en noviembre de 2022. Estaba en el concierto de la banda de rock británica Coldplay. Cerca de la tarima y entre brazaletes luminosos y globos flotando ingrávidos sobre la multitud, compartió sus videos apenas a unos metros del vocalista Chris Martin. Junto a otras miles de personas en el estadio River Plate, gritó de emoción cuando el grupo cantó en español el famoso tema “Música ligera” de Soda Stereo. “Uno de los mejores días de mi vida”, escribió en su post, ahora convertido en un obituario en el que amigos y desconocidos han dejado sus condolencias.

Trámite en curso

Padre del venezolano asesinado en Argentina: “Espero que lo que le pasó a mi hijo sirva para sensibilizar a la región”
Foto: Cortesía Familia

Uno de los mayores dramas que ha dejado el éxodo de venezolanos es la imposibilidad de despedir a sus seres queridos cuando fallecen. También el largo y costoso proceso de repatriar sus restos a Venezuela. Asdrúbal y María Angélica no cuentan con los recursos suficientes para pagar el viaje, pero su mayor anhelo es ver a su hijo una última vez.

Fernández afirma que en los últimos días lograron contactar con la Embajada de Venezuela en Argentina, que asumió el caso y realizó las gestiones para que la pareja pudiera reclamar el cuerpo. Ambos tenían sus pasaportes vencidos, pero con el apoyo de la sede diplomática acudieron el 8 de marzo a las oficinas del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) para tramitar su prórroga lo antes posible.

“Los señores allá fueron muy receptivos y me ayudaron, nos acompañaron. Estamos esperando, si Dios quiere, mañana (9 de marzo) reservar el vuelo para podernos ir. De viernes (10 de marzo) a sábado suponemos que estaremos allá”, apuntó. 

Espera poder llevarse los restos de su hijo para darle una sepultura digna junto a toda su familia en Caracas. Sin embargo, al tratarse de una investigación policial en curso, es probable que el cuerpo demore un tiempo en ser entregado.

Solidaridad fraterna

Padre del venezolano asesinado en Argentina: “Espero que lo que le pasó a mi hijo sirva para sensibilizar a la región”
Foto: Gustavo Gavotti/Infobae

Por otro lado, amigos y grupos de venezolanos en Argentina comenzaron una campaña de recolección de fondos para cubrir sus gastos de estadía y el pasaje de avión de los Fernández Acosta. “Hay unos muchachos, amigos de Juan, que nos han ayudado bastante con todo lo del hospital. Ellos nos tienen la ruta (del viaje) preparada y tienen todo listo. Incluso le hicieron una misa a mi Juancho y se han ocupado”, resaltó.

Precisamente el 8 de marzo se realizó una misa en honor a Juan Francisco en el santuario Nuestra Señora de Caacupé, en el barrio de Caballito. Acudieron algunos viejos amigos de la infancia y la universidad con los que el ingeniero se reencontró al migrar. También los compañeros, vecinos y amistades que había hecho en su nueva vida. Todos destacaron el carácter alegre y emprendedor del joven, quien de hecho rara vez salía pues siempre estaba ocupado trabajando. 

“La gran mayoría de venezolanos que han salido son profesionales buenos, bien capacitados y preparados, gente que lo que necesita es un empujoncito. Si los gobiernos que reciben a estos muchachos supieran la cantidad de profesionales que tienen en cuestiones de salud, ingeniería o docencia, se ayudarían bastante”, afirmó Asdrúbal.

Última voluntad

Padre del venezolano asesinado en Argentina: “Espero que lo que le pasó a mi hijo sirva para sensibilizar a la región”
Foto: Cortesía Familia

Fernández cuenta que en una ocasión, quizás como una suerte de presagio, Juan Francisco les hizo una petición bastante particular. “En una conversación que tuvo con su mamá, le dijo que donara sus órganos si algún día le pasaba algo. Eso hicimos”, recuerda. 

El reporte de la autopsia del venezolano refiere que se le practicó una ablación, con la autorización de sus padres. Este procedimiento consiste en la extracción quirúrgica de varios órganos y tejidos, los cuales son conservados y enviados a centros de salud donde haya pacientes esperando trasplantes. De acuerdo con la emisora argentina Radio La Red, el 7 de marzo se confirmó la primera operación en la que se usaron los pulmones de Juan Francisco.

“Los recibió una persona argentina. Que los reciba quien los necesite, llámese como se llame, sea quien sea y de la nacionalidad que sea, no importa. Lo importante es cumplir con lo que él quiso y hay que respetar eso”, aseveró.

Justicia

Asesinaron a un venezolano tras resistirse a un robo en Argentina
Lugar donde Juan Francisco Fernández fue asesinado. Foto: Cortesía

La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 24, a cargo de Marcelo Retes, asumió la investigación por el asesinato de Fernández Acosta. Una revisión de las cámaras de seguridad de la calle por parte de los funcionarios de la Comisaría Vecinal 14 A arrojó que al parecer habría dos personas involucradas en el hecho. Luego de dispararle al venezolano a quemarropa, el autor corrió hasta un carro manejado por un cómplice, donde finalmente escapó.

Retes informó que ya tienen identificado el vehículo, por lo que ahora trabajan en reconstruir la ruta que siguió al huir de la escena. Por su parte, una fuente de la Fiscalía le comentó al portal Infobae que no es común que se use un carro simplemente para robar un teléfono, pero que la evidencia apunta por ahora a que se trató de un asalto totalmente casual y aleatorio. 

“Ojalá se haga justicia y eso no le pase a nadie más. Espero que lo que le pasó a mi hijo sirva para sensibilizar a la región y a quienes dirigen con todo este tema de la delincuencia. Yo le decía a Juancho: los malos no son más que nosotros, los buenos somos más. Lo que pasa es que el malo hace más ruido porque hace un disparo y lo oyen a 10 o 20 cuadras, en cambio, el bueno abraza a su familia, les da un beso y eso nadie lo ve. Juancho sabía que los buenos somos más”, destaca Asdrúbal Fernández.

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