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- El dirigente oficialista salía de su encuentro con mandatarios de toda Suramérica cuando fue abordado por la prensa acreditada. La Cancillería brasileña emitió un comunicado para condenar el hecho
La primera visita internacional de Nicolás Maduro en años a un país suramericano terminó con un episodio de violencia. El dirigente participó el 30 de mayo en una cumbre realizada en Brasil, y a la que fue invitado por el presidente brasileño, Luis Inácio “Lula” da Silva. Sin embargo, al terminar la reunión, el equipo de seguridad del venezolano agredió a los periodistas internacionales que lo esperaban afuera de la sala.
Maduro fue el último en abandonar el recinto, y fue abordado por toda la prensa acreditada que aguardaba por él en el pasillo. De acuerdo con el portal brasileño Metrópoles, al terminar de hablar ante las cámaras, los escoltas comenzaron a apartar a los reporteros a empujones, e incluso sujetaron a una reportera por el torso hasta levantarla.
A pesar de que Maduro se quedó atrás, todavía dando algunas entrevistas, los guardias hicieron una cadena humana para abrir el paso, atropellando a los presentes. Posteriormente sostuvieron un enfrentamiento con periodistas brasileños que les reclamaron por los golpes recibidos, pero intervino el personal de seguridad de la Cancillería para apartar a los periodistas, también de forma violencia.
El encargado de prensa del gobierno de Lula da Silva, Ricardo Stuckert, así como algunos empleados de protocolo y mediar entre las partes. Delis Ortiz, reportera del canal brasileño TV Globo, denunció que recibió un golpe fuerte en el pecho, luego de ser empujada por uno de los guardias. Otro periodista aseguró haber sido arrastrado por el suelo.
Repudio institucional
Una hora después del altercado, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió una breve nota en la que condenó el ataque contra la prensa. Declaró que abrirán una investigación para esclarecer lo sucedido.
“La Cancillería lamenta el incidente en el que hubo agresión contra profesionales de la prensa, al término del encuentro de presidentes de América del Sur. Se tomarán medidas para determinar responsabilidades”, se lee en el texto.
La Secretaría de Prensa de la Presidencia de Brasil también publicó un comunicado en el que prometió que tomarán medidas para evitar que incidentes de ese tipo vuelvan a repetirse.
La cumbre
Maduro participó en una cumbre de presidentes suramericanos que se realizó en el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería, en Brasilia. Allí participaron 10 mandatarios de la región, como el propio Lula da Silva, Gustavo Petro (Colombia), Alberto Fernández (Argentina), Luis Arce (Bolivia), Irfaan Ali (Guyana) y Chan Santokhi (Surinam). Además de Gabriel Boric (Chile), Guillermo Lasso (Ecuador), Mario Abdo Benítez (Paraguay) y Luis Lacalle Pou (Uruguay). La única excepción fue la presidenta encargada de Perú, Dina Boluarte, quien no pudo salir del país y envió a su primer ministro, Alberto Otárola.
“El principal objetivo de esta reunión es reanudar el diálogo con los países suramericanos, muy truncado en los últimos años, y que es una prioridad del gobierno Lula. Sabemos que hay diferencias de visión y diferencias ideológicas entre los países, pero Lula quiere reactivar este diálogo con los países basándose en denominadores comunes”, declaró al portal Agencia Brasil la secretaria para América Latina y el Caribe del Ministerio de Exteriores, Gisela Padovan.
La reunión, de carácter informal, tenía como propósito fungir como punto de encuentro para que los presidentes pudieran poner sobre la mesa puntos de interés común como la lucha contra el narcotráfico, cuidado del medio ambiente y proyectos de infraestructura. Curiosamente, no estaba en agenda la crisis de migrantes venezolanos que afecta principalmente a países como Colombia, Perú y Chile.
Antidemocrático
Uno de los puntos acuerdos aprobados en la reunión, bautizada como el Consenso de Brasilia, fue “el compromiso con la democracia y los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la justicia social, el Estado de derecho y la estabilidad institucional, la defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos”. Sin embargo, este punto provocó fuertes cuestionamientos por parte de algunos presidentes, sobre todo por la presencia de Nicolás Maduro en el recinto.
Un día antes de la cumbre, Lula da Silva y Maduro sostuvieron un encuentro binacional en el que el mandatario brasileño promovió la integración de Venezuela en las dinámicas regionales. Su declaración resultó controversial, ya que negó los informes internacionales que prueban los crímenes de lesa humanidad, falta de transparencia y subordinación de los poderes públicos que hay en Venezuela. Lula aseguró que todo eso no es más que “una narrativa” promovida por intereses extranjeros.
Ya que los discursos de los participantes en la cumbre no fueron transmitidos en vivo, el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, grabó la suya y luego la difundió por redes sociales. Allí, entre otros comentarios rechazó que se ignoren las violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen venezolanos mientras se habla de defender la democracia en la región.
“Si hay tantos grupos en el mundo que están tratando de mediar para que la democracia sea plena en Venezuela, para que se respeten los derechos humanos y no hayan presos políticos, lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo. Póngamosle el nombre que tiene, y ayudemos”, declaró.
Lacalle Pou afirmó que se sintió sorprendido después de escuchar esa afirmación del brasileño. Lo mismo ocurrió con el presidente chileno, Gabriel Boric. Aseguró que si bien le alegra que Venezuela regrese a instancias multilaterales, no se puede ignorar sus problemas. Agregó que las violaciones de derechos humanos no son una construcción narrativa, sino una realidad que él mismo ha podido constatar.
