• La mayoría de los estadounidenses no consumen la cantidad recomendada de frutas y verduras al día, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Foto: iStock

Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota Fruit and vegetable ‘prescriptions’ may lead to better heart health, original de The Washington Post.

Según un nuevo estudio, cuando los médicos y los proveedores de atención médica “recetaban” frutas y verduras, los pacientes consumían más ese tipo de comida, perdían peso y experimentaban reducciones significativas en la presión arterial.

Recetar frutas y verduras es parte de un esfuerzo creciente en la atención médica para proporcionar alimentos como especie de medicamentos para prevenir o mejorar condiciones crónicas de salud como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardíacas y la hipertensión.

En lo que se cree que es el estudio más grande de estos programas, los investigadores analizaron a 3.881 personas de vecindarios de bajos ingresos que recibieron vales de alimentos a través de nueve programas en una docena de estados de EE UU, desde California hasta Florida. Los participantes recibieron vales o tarjetas por un valor de entre $15 y $300 al mes para comprar más frutas y verduras en mercados de agricultores y tiendas de comestibles.

La investigación se centró en cuántos productos consumían los adultos y los niños antes y después de recibir la “receta” de frutas y verduras, así como en medidas de salud cardiovascular, niveles de inseguridad alimentaria y su estado de salud autoinformado.

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Descubrieron que los adultos que participaron en los programas terminaron consumiendo aproximadamente un 30 % más de frutas y verduras al día, según la investigación publicada en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes. 

Al final de los programas, los adultos informaron que consumían un promedio de 0,85 tazas adicionales de frutas y verduras al día. Los niños en el estudio consumieron 0,26 tazas más, lo que equivale a aproximadamente un 7 % más de lo que solían consumir antes de los programas.

La mayoría de los estadounidenses no consumen la cantidad recomendada de frutas y verduras al día, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC en inglés). El Departamento de Agricultura de EE UU estima que una persona necesitaría gastar entre $63 y $78 al mes para comer la cantidad diaria recomendada de frutas y verduras. Y con el tiempo, una mala dieta puede llevar a una peor salud.

“Tenemos una epidemia continua de enfermedades relacionadas con la dieta”, advirtió Kurt Hager, instructor en la Facultad de Medicina UMass Chan y autor principal del estudio. “Los médicos, históricamente, han tenido muy pocas herramientas para mejorar la nutrición de sus pacientes, aparte de un acceso limitado a la asesoría nutricional”.

Según la comparación antes y después de los participantes, el efecto de consumir más frutas y verduras en la presión arterial fue “aproximadamente la mitad de lo que se prescribe comúnmente con medicamentos, lo cual es notable para un simple cambio en la dieta”, dijo Hager.

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Los adultos y niños en los programas tenían o estaban en riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas o diabetes tipo 2, y se inscribieron porque enfrentaban inseguridad alimentaria, es decir, la falta de acceso a alimentos suficientes y nutritivos, o porque fueron reclutados desde un centro de salud que atendía a un vecindario de bajos ingresos. Ninguno de estos programas había sido estudiado o evaluado previamente. Cada programa tuvo una duración promedio de seis meses y se llevó a cabo entre 2014 y 2020.

Los programas de recetas de productos alimenticios han crecido en la última década, especialmente en los últimos dos o tres años desde la pandemia de coronavirus. Los estudios existentes sobre programas de recetas de productos mostraron que los vales para productos lograrán que las personas consuman más frutas y verduras, pero no estaba claro si comer más manzanas y zanahorias estaba asociado con mejores resultados de salud, como una presión arterial más baja, según Hager.

“La pandemia de covid-19 realmente resaltó las altas tasas de enfermedades relacionadas con la dieta en EE UU”, dijo Hager. “Las enfermedades cardíacas y la diabetes se convirtieron en los principales factores de riesgo para la hospitalización y la muerte por covid-19”.

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Sin embargo, se necesita más investigación para determinar si las frutas y verduras realmente contribuyeron a una mejor salud para los participantes, comentó Hager. El estudio, financiado por la Fundación Rockefeller y Kaiser Permanente, tiene algunas limitaciones. No incluyó un grupo de control y no fue un ensayo controlado aleatorio, lo que significa que otros factores podrían haber influido en los resultados. Debido a que fue una revisión retrospectiva de los resultados de estos programas, no está claro si las mejoras informadas en ciertos marcadores podrían haber sido causadas por otras razones.

También se desconoce si las personas tenían una mejor salud porque estaban consumiendo más frutas y verduras, o si las mejoras asociadas en la salud cardiometabólica ocurrieron porque el dinero destinado a frutas y verduras abordó la inseguridad alimentaria en el hogar. Aproximadamente el 56 % de los hogares en el estudio estaban experimentando inseguridad alimentaria.

“Estos programas podrían funcionar al eliminar el estrés y la ansiedad de no saber de dónde vendrá su próxima comida”, detalló Hager. Al final de los programas, las probabilidades de que un hogar aún tuviera inseguridad alimentaria disminuyeron en un tercio.

Kevin G.M. Volpp, director del Centro de Incentivos de Salud y Economía Conductual de la Universidad de Pensilvania, dijo que estudios como el de Hager no pueden servir como prueba de que estos programas conducen a una mejora en la presión arterial o los niveles de azúcar en la sangre. “Realmente necesitamos ensayos aleatorios para responder a esa pregunta de manera más sistemática”, acotó Volpp.

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Consumir una dieta variada de frutas, verduras, granos enteros y legumbres probablemente mejorará su salud. Sin embargo, “no podemos estimar con precisión” cuántos productos alguien debería consumir al día sin datos más rigurosos, dijo Volpp.

Mitchell S.V. Elkind, director científico clínico de la Asociación Americana del Corazón y profesor de neurología y epidemiología en la Universidad de Columbia, calificó el estudio como “un análisis maravilloso” que sugiere que hay beneficios en los programas de recetas de productos. Pero los investigadores deben llevar a cabo un ensayo aleatorio, “como lo harían para un medicamento”, dijo.

La revista Circulation es publicada por la Asociación Estadounidense del Corazón.

La Fundación Rockefeller ha financiado una iniciativa más amplia de “7 a 10 años” de la Asociación Estadounidense del Corazón para llevar a cabo más investigaciones y determinar si “recetar alimentos” es una forma rentable de gestionar y reducir el riesgo de estas enfermedades crónicas, señaló Elkind.

“Si no resolvemos esto, nuestros costos de atención médica seguirán aumentando y continuaremos teniendo algunas de las tasas más altas de ataques cardíacos, tasas de mortalidad y obesidad en el mundo”, advirtió Elkind. “Tenemos que mejorar en esto”.

Traducido por José Silva

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