• El columnista de ética de The New York Times Magazine reflexiona sobre el tipo de confesiones que le debemos a quienes son cercanos a nosotros. Ilustración: Tomi Um

Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota My Mom Opposes Abortion. I’ve Had 2. Should I Tell Her?, original de The New York Times.

Mi madre y yo discrepamos en muchas cosas, pero a menudo dejamos de lado nuestras diferencias para disfrutar de una relación más saludable, aunque sea en un nivel superficial. Ella ha sido antiabortista desde que tengo uso de razón. Ahora vivimos en lados opuestos de Estados Unidos y nos vemos quizás dos veces al año. Cuando ella me visita, a menudo habla del aborto como un asesinato; y lo dice con vehemencia. Ella es muy consciente de mis creencias a favor del derecho a elegir, pero no sabe que he tenido dos abortos (ninguno de los cuales lamento). 

Estoy en mis 30 años de edad, y con cada año que pasa, mi deseo de ser madre disminuye exponencialmente. Ella recientemente ha empezado a quejarse de la falta de nietos. He decidido no contarle sobre mis abortos, porque esta información podría causarle dolor. Pero a medida que ella continúa tratando de imponerme sus ideologías, siento cada vez más la necesidad de compartir mis experiencias y decisiones de vida. ¿Le debo algo a ella? (Nombre reservado).  

Respuesta del columnista de ética:

Podría ser útil separar dos problemas distintos aquí. Uno es que no planeas tener hijos. Deberías hacerle saber a tu madre eso y pedirle que deje de presionarte en este aspecto. Por maravillosos que puedan ser los nietos, tener hijos no es algo que les debamos a nuestros padres.

Sin embargo, tus embarazos interrumpidos no abordan este problema. Muchas personas tienen abortos y luego disfrutan de criar hijos. Aunque presumo que has evitado tener hijos principalmente a través del control de la natalidad. Entonces es importante que seas clara sobre por qué estás tentada a contarle sobre tus abortos y qué esperas lograr al hacerlo.

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Evidentemente estás frustrada por su tendencia a “imponerte sus ideologías”. Es comprensible. El aborto es un tema altamente polarizador en nuestra sociedad, y muchas personas ven su oposición —o su apoyo al derecho al aborto— como una característica definitoria de sus identidades morales y políticas. Aun así, tu madre ya sabe que no compartes sus puntos de vista. Esto nos deja con algunas consideraciones éticas.

¿Estás pensando que si se enterara de que has cometido lo que ella considera una grave ofensa, cambiaría de opinión al respecto? Es posible. En ocasiones, las perspectivas de las personas sobre cualquier asunto pueden cambiar cuando está vinculado con las vidas de quienes aman. (Una cosa, por ejemplo, es condenar la homosexualidad en abstracto; pero otra muy diferente es condenar una relación homosexual amorosa que involucra a un familiar cercano) No obstante, lo más seguro es que ninguna de ustedes convencerá a la otra de cambiar su forma de pensar.  

¿Le debes informar sobre una verdad importante acerca de ti, incluso si pone en riesgo tu relación? O, mirándolo desde el punto de vista de tu madre: ¿tendría derecho a quejarse si descubriera que le ocultaste estos abortos, sabiendo que este es un tema de profunda preocupación para ella? Es posible que se sienta traicionada, pero tienes derecho a reservarte esas decisiones. A menudo argumento que las personas tienen derecho a saber hechos importantes sobre sus vidas. Sin embargo, tus abortos son hechos sobre tu vida, no sobre la suya.

¿Y qué pasa con lo ético de mantener una relación con las personas mientras les ocultas una verdad que podría llevarlas a reconsiderar esa relación? En mi opinión, eso está mal solo si crees que estarías en lo correcto al decirle, pero esa no es tu evaluación de la situación. Aunque dudo que la respuesta de tu madre sea excecrarte, podrías decidir justamente que no quieres ponerla a prueba.

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Finalmente, es posible que tengas motivaciones muy personales, más relacionadas con tus necesidades que con sus derechos. Una mala razón para decírselo, acordemos, sería que estás harta de sus sermones y quieres herirla. Una buena razón sería que ocultárselo se ha convertido en una carga para ti, quizás un impedimento para una relación más auténtica que puedas imaginar. De cualquier manera, no tienes la obligación de decírselo. No sé si la revelación en última instancia las acercaría más o las alejaría. Lo que sí sé es que las diversas relaciones que tenemos en nuestras vidas nos nutren (¡y nos molestan!) de diferentes maneras. Puedes decidir simplemente dejar pasar el tema y amar lo que amas de ella.

Respuestas de los lectores

La pregunta de la semana pasada fue de un lector que reflexionaba sobre cómo proceder después de enterarse de que había sido padre. Escribió: “Hace 25 años, sin saberlo, dejé embarazada a una novia. Terminamos poco después de que ella concibiera y se mudó sin decirme que estaba embarazada. Se casó y crió a su hija haciéndola creer que su esposo era el padre biológico. Hace varios años, mi exnovia se puso en contacto conmigo de la nada para informarme de todo esto. Dijo que tenía la intención de contarle a la niña, que entonces era una adolescente, la verdad, y quería que estuviera preparado en caso de que nuestra hija quisiera conocerme. Me aseguró que yo era el padre de la niña y que haría una prueba de ADN si la quisiera (…). Muy poco después, dio un giro de 180 grados, diciendo que había decidido no contarle a la niña la verdad, y nuestras conversaciones terminaron. Me sentí molesto, porque parece poco ético negarle a un niño la verdad en principio, pero también porque le negó a la niña la capacidad de elegir por sí misma si quiere conocerme. (…) Sentí que no era mi obligación revelar el secreto de la madre mientras la niña aún era menor de edad. Ahora que es adulta, me pregunto: ¿cuál es el camino ético? (…) Si decido revelar la verdad, ¿cómo debo hacerlo? ¿Mi hija tiene derecho a saber? ¿Quién tiene el derecho de tomar esa decisión?”.

En su respuesta, el columnista de ética señaló: “Como principio general, como he dicho en muchas ocasiones, tenemos derecho a conocer las verdades fundamentales sobre nuestras vidas. A esta joven se le debería haber dicho quién era su padre biológico, al menos cuando era adulta. En cambio, al parecer, tu exnovia la ha mantenido en la oscuridad, al igual que lo hizo contigo sobre este embarazo. No tienes deberes especiales con tu ex. Pero sí, necesitas pensar en el efecto que esta revelación tendrá en tu descendencia. Conocer la verdad sobre su paternidad podría afectarla profundamente de diversas maneras. Ciertamente, podría afectar su vínculo con su madre. Sin embargo, a menos que tengas razones para creer que su vida se vería completamente trastornada por la noticia, la consideración más importante es su derecho a saber.” (La pregunta y respuesta de este tema están disponibles aquí en inglés).

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Estoy de acuerdo con la respuesta del columnista de ética, pero creo que se omitió un paso importante. El escritor de la carta debería comunicarse con la madre, notificándole sus planes de contactar a la hija y darle la oportunidad de informar a la hija sobre su padre biológico. —Steve

Como una persona que fue adoptada y criada por una pareja increíble, estoy en desacuerdo con la respuesta del columnista de ética a la pregunta de si el escritor de la carta debería informarle a su hija biológica que él es su padre. Aunque estaría de acuerdo en que tiene el derecho de saber, cuestionaría si tiene la necesidad de saber. Suponiendo que su madre nunca le dio esa información, esta joven ha sido criada, educada y apoyada por otra familia. Tu familia son las personas que te crían. El caballero que busca consejo no es un padre, sino más bien, simplemente un donante de esperma. —Paul

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Estoy totalmente de acuerdo con el columnista de ética. Estuve en una situación similar cuando encontré información que me conectaría con una hermana que no sabía de mi existencia. Cuando encontré su paradero, opté por escribirle una carta. Finalmente nos conocimos en junio de 2021 y hemos llegado a querernos mutuamente en el presente. Tal vez una carta pueda ser la forma en que el escritor de la carta se presenta. —Letricia

Encuentro interesante que no se mencione el posible impacto que revelar la verdad genética tendría en la relación que la hija ha tenido con su padre adoptivo. Puede que no sea la consideración más importante, pero vale la pena incluirla en la discusión. —Denise

Como mujer mayor que creció sin relación con su padre vivo, siento que tengo bastante autoridad para comentar aquí. Creo firmemente que cada individuo debería tener la oportunidad de conocer a su familia biológica y, especialmente, entender su herencia genética. Lo considero un derecho humano fundamental. —Dawn

Traducido por José Silva.

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