• La dificultad para tragar puede interferir en la calidad de vida de quien la padece

La disfagia es un trastorno común que padecen muchas personas, que consiste en la dificultad para tragar alimentos o líquidos. Afecta a individuos de todas las edades y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen, de acuerdo con información de la Clínica Mayo de Estados Unidos. 

Esta afección limita la capacidad de una persona para tragar de forma normal y puede manifestarse de diferentes maneras, dependiendo de la causa subyacente y la gravedad del trastorno. 

Entre los factores de riesgo se encuentran condiciones médicas subyacentes, como el reflujo ácido o la enfermedad de Parkinson, lesiones o cirugías que afectan el sistema digestivo y accidentes cerebrovasculares. 

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Además, el envejecimiento también puede aumentar el riesgo de desarrollar disfagia, ya que los músculos involucrados en la deglución pueden debilitarse con el tiempo, de acuerdo con el portal especializado Msdmanuals.

Disfagia: ¿cuáles son sus síntomas, causas y tratamiento?
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Síntomas de la disfagia

Identificar los síntomas de este trastorno es importante para poder buscar el tratamiento adecuado.

Una de las señales más comunes es la sensación de que los alimentos o líquidos se quedan atascados en la garganta o en el pecho después de deglutir. Esto puede causar molestias significativas y llevar a la persona a evitar comer o beber.

Otros síntomas son la tos o la asfixia durante la hora de la alimentación, debido a que la comida o el líquido pueden entrar en las vías respiratorias en lugar de llegar al estómago. Esta situación podría ser peligrosa y requerir atención médica inmediata.

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Las personas con disfagia también pueden experimentar una sensación de ardor o dolor en el pecho después de tragar, según los medios consultados. 

No obstante, los expertos señalan que estos síntomas pueden variar de una persona a otra e incluso pueden empeorar con el tiempo.

Disfagia: ¿cuáles son sus síntomas, causas y tratamiento?
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Factores de riesgo 

La disfagia puede ser causada por la edad avanzada porque los músculos y tejidos tienden a debilitarse, incluyendo los utilizados en el proceso de deglución. 

Otro factor de riesgo es la presencia de enfermedades o afecciones médicas subyacentes, como enfermedades neurológicas, del esófago, del tracto gastrointestinal y trastornos musculares. 

El estilo de vida, como el consumo excesivo de alcohol y tabaco, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar disfagia. Ambos son irritantes del revestimiento del esófago y otros tejidos relacionados con la deglución.

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También podría estar causada por el estrechamiento o la obstrucción del esófago debido a ciertas condiciones médicas, por ejemplo, la presencia de tumores, úlceras, inflamación o cicatrices. 

Sufrir un ictus, parkinson o padecer de esclerosis múltiple también afecta a los músculos y los nervios que controlan la deglución.

Disfagia: ¿cuáles son sus síntomas, causas y tratamiento?
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Diagnóstico y tratamiento

Una vez que se ha realizado un diagnóstico médico para conocer la causa del problema, el tratamiento podría incluir terapia de deglución, cambios en la dieta, modificaciones en la consistencia de los alimentos y líquidos, y en ciertos casos, una cirugía.

Una de las opciones de tratamiento más comunes es la terapia de deglución, que se centra en mejorar la coordinación y fuerza de los músculos utilizados en el proceso de tragar.

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Si la dificultad para deglutir es provocada por reflujo gastroesofágico se puede tratar con medicamentos que solo se venden con receta médica para reducir el ácido estomacal, según la Clínica Mayo.

En casos más graves de disfagia, puede ser necesario recurrir a intervenciones médicas o quirúrgicas, que consisten en la dilatación del esófago para ampliar su diámetro o la colocación de una sonda de alimentación para asegurar la nutrición adecuada. 

Una dieta adecuada implica adaptar la consistencia de los alimentos y las bebidas según las necesidades del individuo y el grado de disfagia que presente. Así como también masticar bien antes de tragar y mantenerse bien hidratados durante las comidas. 

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