- Expertos consultados por El Diario calificaron como un error el intentar indexar los salarios a la inflación que sufre el país
Apenas a diez días de haber iniciado 2020 se anunció el primer incremento salarial del año, elevando el sueldo mínimo integral de Bs 300.000 a Bs 450.000 (Bs 250.000 salario y Bs 200.000 bono de alimentación).
La medida, según la Gaceta Oficial extraordinaria N° 6.502 con fecha del 9 de enero, está previsto que entre en vigencia a partir del 1° de enero.
Al igual que como ocurrió en los dos últimos aumentos decretados por el gobierno, el presidente no realizó el anuncio como la población había estado acostumbrada por más de 15 años. En su lugar, correspondió al diputado a la asamblea nacional constituyente (ANC), Francisco Torrealba informar la medida, tal y como ocurrió el pasado mes de octubre.
Ángel Alvarado, economista y diputado a la Asamblea Nacional, considera que la razón que motiva a que desde el régimen se delegue en Torrealba el anuncio de los incrementos de sueldos es que, debido a lo insignificante de los mismos prefieren no hacerlos.
El parlamentario cree que esa forma de actuar por parte del gobierno demuestra lo ineficaces que han sido todos sus intentos de defender el poder adquisitivo del salario.
Alvarado señala, además, que el nuevo aumento contribuirá de manera directa a impulsar la hiperinflación que afronta el país. Explica que el Estado financiará este incremento salarial con la impresión de dinero por parte del Banco Central de Venezuela.
“La hiperinflación se viene desacelerando pero los precios aún son muy volátiles, es por eso que durante el primer trimestre del año seguiremos teniendo una inflación muy elevada”, indicó Alvarado en exclusiva para El Diario.
“Con el nuevo aumento de sueldo mínimo los venezolanos escasamente podrán comprar un kilo de carne o un cartón de huevos”, afirmó.
Agrega que para el momento en que los trabajadores reciban el pago de los casi dos dólares que representan los Bs 150.000 más que percibirán mensualmente, la hiperinflación ya los devoró.
El parlamentario comentó que debido a los desequilibrios económicos que sufre Venezuela la empresa privada opta por cancelar a sus empleados salarios muy superiores al sueldo mínimo fijado por el Estado. Es por ello que en muchos casos el pago que reciben los trabajadores se encuentra indexado al precio del dólar para de esta manera intentar preservar su capacidad de compra. Alvarado considera que el impacto que puede llegar a tener el nuevo aumento en el sector privado del país no debería ser significativo.
Casique recuerda que en octubre hubo un incremento que ubicó el salario mínimo en Bs 150.000, que en ese momento equivalía a 7,6 dólares. Mientras que el aumento a Bs 250.000 decretado este viernes significó un incremento que equivale a 3 dólares. Esto según el experto demuestra que en términos reales no existió un incremento salarial, sino por el contrario uno nominal.
“Los más golpeados con esta medida son los pensionados y los jubilados cuyo único ingreso serán los Bs 250.000 del nuevo sueldo mínimo”, lamentó.
Según Casique la política del régimen de intentar indexar los salarios a la inflación es un error debido a que se genera un círculo vicioso, tal y como ocurre en otros países del continente, en donde los aumentos salariales generan un incremento de la inflación y lo transforman en un ciclo interminable.
Para terminar este círculo vicioso el experto apunta que los aumentos de sueldo mínimo tienen que estar asociados a un crecimiento de la productividad, pues de lo contrario se ven los efectos que sufre la economía venezolana actualmente.
Insuficiente para la salud
La crisis económica golpea duramente el sector salud en varias ocasiones, este aumento de sueldo no es la excepción. Para Mauro Zambrano, dirigente sindical de Hospitales y Clínicas de Caracas, el nuevo salario no conseguirá abarcar las necesidades básicas de los trabajadores de la salud.
“Sabemos que todos los precios están dolarizados y que un kilo de carne te cuesta entre Bs 300.000 y Bs 400.000, es decir que este aumento solo nos alcanzaría para comer una vez. Esas medidas deben revisarse” .
El dirigente sindical considera que no tiene sentido que Nicolás Maduro decida de forma unilateral cuánto deben ganar los trabajadores, sino que esa decisión debería tomarse en conjunto con el sector empresarial y teniendo en cuenta las necesidades de los empleados de cada área.
Manifestó su preocupación ante el crecimiento de la migración forzosa y el cambio de los trabajadores de la salud a sectores de la economía informal.
“He visto como la mano de obra calificada se va a otros países y terminan trabajando en cosas que nada tienen que ver con sus oficios. Además, hay trabajadores de hospitales que comienzan a hacer labores de plomería, de electricidad, a vender cosas, incluso a vender hielo en sus casas para poder hacer un poco más del sueldo mínimo. El trabajo formal queda pulverizado ante esta situación”, añadió Zambrano.
A su juicio, el salario mínimo debe dolarizarse y mantenerse en un monto entre los 300 y 340 dólares para que sea realmente competitivo.
Lamentó que aquellos que trabajan en sectores públicos como la salud, la educación y el transporte se encuentren en condiciones económicas deplorables, cuando años atrás eran los más beneficiadas.
“Hoy en día ni siquiera podemos pensar en comprar una casa o un carro, porque ni créditos dan los bancos”.
El dirigente sindical confirmó que a partir de este lunes 13 de enero el gremio visitará centros de salud, organizará asambleas y protestas, las cuales estarán centradas en dos exigencias: salarios justos para el personal de salud y condiciones adecuadas para la atención de los pacientes.
“Sabemos que pedirle al gobierno las condiciones para los hospitales es como nadar en un río sin fin, así que sabemos que nuestro método de protesta se basa en la exigencia y en tener la atención de los organismos internacionales que puedan hacer presión”, agregó.
Asimismo, hizo un llamado a los trabajadores de los sectores públicos a trabajar unidos para lograr un mejor país.
Sin mejoras para la educación
El sector educativo comenzó 2020 con una alta deserción estudiantil y de profesores, esta última estaría directamente relacionada con que los maestros no cuentan con el dinero suficiente para trasladarse a sus puestos de trabajo, cubrir sus necesidades básicas y mantener sus hogares.
Edgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital, indicó que el nuevo aumento de sueldo no representa ninguna mejora para el poder adquisitivo del maestro.
De acuerdo con Machado, un educador solo puede comprar dos productos de la Cesta Básica Alimentaria con el sueldo que percibe. Aseguró que los técnicos superiores en educación son los más afectados por los bajos salarios, pues cobran alrededor de Bs 160.000 quincenales.
El gremio docente realizará este miércoles 15 de enero la tradicional misa por el Día del Educador en varias iglesias del país. Un día después se desarrollarán las primeras acciones de protesta por parte del sector educativo. Llevarán sus exigencias hasta el Ministerio de Educación, en el centro de Caracas.
“Vamos a exigir condiciones dignas, no solo es el salario, tenemos planteles en los que no llegan los materiales necesarios para que el docente haga su trabajo. Además tenemos instituciones que llevan meses sin agua, un servicio básico fundamental. La educación está en emergencia y nosotros queremos rescatarla”, agregó el también profesor de educación física.
Para los trabajadores, un nuevo incremento salarial solo genera incertidumbre porque los indicadores de una posible recuperación del poder adquisitivo siguen lejos.
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