• Venezuela celebra este 15 de enero el Día del Maestro, lo hace en medio de una panorama crítico para el sector educativo que exige mejores condiciones laborales desde hace años, pero sigue sin recibir respuesta. Foto: EFE

En este último año gran cantidad de docentes en Venezuela decidieron alternar lápiz y cuaderno con pitos o carteles, también con consignas y continuos llamados a las calles, todo esto para manifestar por sus derechos laborales, los cuales han sido vulnerados de forma sistemática, según afirman. Se trata de una lucha que emprendieron hace varios años, pero que intensificaron en 2020 dado el agudizamiento de la crisis económica y la aparición de las clases a distancia por la pandemia del covid-19. 

Pese a la agenda de calle, a los llamados, a la denuncia, las continuas demandas de los profesores siguen sin ser resueltas por el Ministerio de Educación (ME), tampoco por otros voceros del régimen de Nicolás Maduro. El silencio es el que reina. 

Cinco puntos que demuestran cómo el Estado venezolano viola los derechos de los docentes
Foto: AFP

Mientras, los docentes continúan con sus exigencias, pero sin dejar sus puestos de trabajo. Formando a los profesionales del mañana a cambio de una remuneración económica que no les permite siquiera adquirir más de dos productos de la canasta básica al mes. 

En El Diario recopilamos algunos puntos significativos que demuestran cómo el régimen venezolano ha violado los derechos laborales de los docentes desde hace varios años, esto a propósito del Día del Maestro que se celebra este viernes 15 de enero, una fecha en la que lejos de festejar, el gremio decidió volver a las calles. 

1. Docentes con salarios del hambre 

Un educador en Venezuela devenga entre dos y cinco dólares mensuales, esta tasa varía de acuerdo a la experiencia, es decir, si es un docente tipo I o tipo IV. En cualquier caso ninguno gana más de cinco dólares, una situación preocupante en el gremio dado que, para noviembre de 2020, la canasta básica era de casi 250 dólares, esto de acuerdo con un informe publicado por El Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).

La situación ha llevado a muchos educadores a instancias críticas. En un reportaje previo publicado en El Diario, varios docentes mostraron sus neveras vacías debido a que el salario que reciben no les permite comprar comida suficiente. 

“Lo que estamos recibiendo no es suficiente para una nueva alimentación. Los docentes jubilados ya no le servimos al Estado, nos ven como una carga a los que hay que pagarles por no hacer nada”,  dijo en aquella nota Areani Bruzual, jubilada con más de 30 años de experiencia. 

Por esta razón las protestas y llamados a paro se han intensificado en los últimos meses. Los docentes piden un ajuste salarial de 600 dólares, monto que consideran acorde a la realidad económica del país.

Recientemente el ministro para la Educación, Aristóbulo Iztúriz, aseguró que están trabajando para lograr un incremento salarial a los profesores, al tiempo que culpó a la “guerra económica” por los bajos sueldos que devengan actualmente. 

“El presidente es el primer preocupado haciendo un esfuerzo con bonos y está trabajando con todo un equipo en buscar: mejorar el ingreso para rescatar el salario de los trabajadores, eso está previsto”, dijo en una entrevista para Venezolana de Televisión (VTV). 

Cinco puntos que demuestran cómo el Estado venezolano viola los derechos de los docentes
Foto: AVN

El gobierno interino, por su parte, también evalúa la opción de apoyar al gremio educativo con un bono de 100 dólares. José Manuel Bolívar, coordinador de la mesa técnica de Educación del Plan País, confirmó para El Diario que están impulsando esta idea para que los profesores sean el segundo sector en recibir este apoyo económico como una forma de reconocer el esfuerzo que hacen para trabajar en medio de la pandemia, y pese a los bajos salarios que perciben.

“Apoyamos el esfuerzo de los docentes en su lucha salarial. Parte de la fuerza que impulsamos es que los profesores también sean considerados para ser beneficiados de estos recursos que han sido recuperados por el gobierno interino de manos del régimen de Nicolás Maduro. Recursos que le pertenecen a los venezolanos”, especificó. 

2. Sin convención colectiva 

En abril de 2020 se venció la II Convención Colectiva Única y Unitaria de los Trabajadores de la Educación del ME, un documento con dos años de vigencia que establecía una serie de beneficios y que hasta ahora sigue sin ser renovada por el ministro Aristóbulo Istúriz pese a los constantes pedidos de representantes del sector educativo. 

¿Cuáles son estos beneficios?

El primero, y uno de los más importantes, es el que demanda aumentos salariales progresivos desde que se firmó el contrato hasta el último mes (abril 2020). Sin embargo, con la reconversión monetaria de 2018 se dejó de cumplir con esto. 

Protesta de docentes
Foto: EFE

También establece el beneficio de discutir y presentar un plan de vivienda digna para los educadores que no cuenten con una. Además, les otorga libertad sindical. 

Otros puntos en el contrato son: seguridad social, servicio funerario y plan de recreación y turismo. Todos imcumplidos, es decir, los docentes solo cuentan con el salario que devengan mensualmente y el bono de alimentación. 

3. Suspensión del salario por protestar 

La respuesta más certera del ME ante las protestas del sector educativo ha sido la suspensión del salario a algunos docentes que se mantienen activos en escuelas públicas. En un reportaje reciente, Gricelda Sánchez, secretaria de contratación colectiva y reclamos del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital, comentó para El Diario que a unos 20 profesores provenientes de cuatro estados del país (Distrito Capital, Miranda, Carabobo, y Lara) se les suspendió el sueldo desde el inicio de la cuarentena.  

“Al ministro Aristóbulo Istúriz no le basta con tenernos ganando un sueldo miserable sino que ahora se ha dedicado a iniciar una cruzada de persecución contra los docentes, a quienes ha sacado de nómina de pago por el simple hecho de alzar su voz de protesta ante imposibilidad de dictar correctamente las clases a distancia, dada la falta de Internet, luz o ausencia de equipos tecnológicos motivado a la fuerte crisis económica que sufre el país”, expresó. 

Docente

Por esta medida no solo se vieron perjudicados aquellos que han participado en protestas contra el ME. De acuerdo con la líder sindical, también afectó a aquellos docentes que no cumplieron con la modalidad de educación a distancia en el período escolar 2019-2020. 

4. Obligados a buscar más ingresos 

La crítica situación de los educadores ha llevado a que gran parte de ellos busque trabajo en otras áreas para llevar más ingresos a casa. Algunos deciden dejar la docencia. Entre los períodos escolares de 2016-2017 y 2017-2018 al menos 36.465 profesores salieron del sistema educativo, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Blanca Agarra es profesora de Biología en el Liceo Nacional Rafael Monasterio, en el estado Lara. Por su trabajo percibe menos de tres dólares. Previamente, contó para El Diario que tomó la decisión de prestar sus servicios como delivery en una farmacia de esa entidad. 

En la misma situación está Pedro García, un docente jubilado con 30 años de experiencia que vende bollos de carne y helados caseros para percibir más ingresos. 

Cinco puntos que demuestran cómo el Estado venezolano viola los derechos de los docentes
Foto: Cortesía

El trabajo no lo denigra, pero lamenta que deba acudir a estos mecanismos ante la falta de respuestas del Ministerio de Educación para atender los reclamos de los docentes. 

“Lo justo y correcto es que con nuestra asignación y/o pensión pudiésemos vivir con decencia y dignamente (..) Hago un llamado a los ministros de Educación y del Trabajo a que se pongan a derecho y dejen de desconocer los derechos, beneficios sociales y económicos de los educadores (..) No es posible que podamos vivir con cuatro o seis dólares mensuales, esto es un exterminio al que estamos sometidos. A esta edad, lo que queremos es morir de viejos, con dignidad, pero no de hambre y mengua por falta de medicinas y una buena alimentación”, sentenció. 

5. Sin herramientas para cumplir con las clases a distancia 

Las clases a distancia producto de la cuarentena han supuesto un verdadero reto para los sistemas educativos de muchos países de la región. En Venezuela el desafío ha sido mayor dado la falta de apoyo gubernamental a las escuelas y la ausencia de herramientas y servicios en óptimas condiciones para llevar educación de calidad a la mayor cantidad de estudiantes posible. 

Internet, por ejemplo, es un servicio codiciado por estos tiempos, debido a la mala conexión que ofrece el principal proveedor del país: la empresa estatal Cantv. Según un estudio divulgado por Speedtest Global Index, un portal que mide la velocidad de la Internet, para febrero de 2020, la velocidad de banda ancha móvil de Venezuela ocupaba el puesto 139 en el mundo, solo por encima de Afganistán y Palestina. 

Cinco puntos que demuestran cómo el Estado venezolano viola los derechos de los docentes

Aunado a ello está el deterioro del resto de las telecomunicaciones, desde hace 10 años el país ha perdido 13 millones de líneas móviles, al mismo tiempo que la cantidad de usuarios con Internet ha disminuido, esto de acuerdo con el consultor William Peña.

Pero no solo eso, pues debido a la crisis económica, muchos docentes y alumnos no cuentan con computadoras o teléfonos inteligentes para hacer seguimiento a las clases. En la red de escuelas de Fe y Alegría, durante el período académico 2019-2020,  58% de los docentes no contó con un dispositivo para comunicarse, mientras 43% de los participantes no logró participar en las clases online por falta de recursos y equipos. 

Yameli Martínez, coordinadora Nacional de Ciudadanía de Fe y Alegría, reconoció en entrevista previa para El Diario el arduo trabajo que han tenido que impulsar en estos últimos meses para  continuar impartiendo clases a pesar de las limitaciones. “Ha sido una tarea titánica”, sentenció. 

Docentes
Yameli Martínez | Foto: Fabiana Rondón

Son entonces una serie de eventos que terminan en un mismo punto, la falta de reconocimiento a la labor docente con herramientas, remuneración y beneficios justos a cambio de ejercer uno de los trabajos más esenciales en una sociedad: el de educar.

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