• Los migrantes venezolanos han emprendido con la gastronomía venezolana en Perú con la preparación de platos típicos como arepas, cachapas, empanadas, tequeños, pepitos y más, conquistan el exigente paladar de los peruanos y promueven sus tradiciones culinarias

Hace cinco años, cuando María Iris llegó a Lima, la harina de maíz para hacer arepas solo se encontraba en un local cercano a la Embajada de Venezuela en Perú y a un precio de ocho dólares, monto con el que se podían comprar los ingredientes suficientes para preparar el almuerzo durante tres días. Incluso de los pocos venezolanos que vivían en el país andino, hay quienes recibían la tan ansiada harina a través de encomiendas.

En el año 2017 ya era común ver a un gran porcentaje de migrantes venezolanos que ofrecían la popular arepa en las principales calles de la capital peruana. La tortilla de maíz, como la llamaban los peruanos, despertaba la curiosidad de locales y turistas. Esta  se vendía  con los rellenos más comunes: carne mechada (deshilachada), carne molida, pollo y queso. Fue así como la arepa comenzó a popularizarse en tierras incas y los peruanos empezaron a conocer más de los venezolanos y su cultura gastronómica.

Hoy decenas de migrantes venezolanos en Perú han emprendido con la gastronomía venezolana, negocios con los que se sienten más cerca de su país y los suyos y con los que logran cubrir sus gastos en el extranjero. Ellos preparan los platillos típicos como arepas, cachapas, empanadas, pastelitos, tequeños, patacones, mandocas, pepitos y más, conquistando el exigente paladar de los peruanos.

La comida venezolana también ha alegrado los corazones de los migrantes venezolanos que extrañan la sazón de mamá o de la abuela y de aquellos a quienes la nostalgia a veces los invade por estar lejos de casa.

Cinco años promoviendo la gastronomía venezolana desde Lima

El restaurante Chamos es uno de los primeros locales de comida venezolana en Lima, se ubica en el corazón del distrito de Magdalena en la capital peruana. Con una variada carta de platillos típicos comparten la sazón venezolana con peruanos y extranjeros que visitan el país.

María Iris Fernández, es natural del estado Mérida y es una de las accionistas del restaurante. Desde hace cinco años decidió apostar por la gastronomía venezolana en otras fronteras. Y es que, el difícil acceso a los alimentos de la canasta básica, la precariedad y la deficiencia de los servicios públicos, en la que por más de dos años compraba agua a través de un camión cisterna, la obligaron a dejar su hogar y buscar una mejor calidad de vida.

Ella contó que al principio su experiencia en el país fue frustrante, al encontrarse con una nueva cultura y hasta donde el clima parecía jugar en contra. Además confesó que cuando se pasa la barrera de los 50 años, es complicado encontrar un trabajo estable para vivir en el extranjero como migrante. Es por ello que enfocó todos sus esfuerzos y ahorros en potenciar el restaurante de comida venezolana.

Cada día trabajamos por ofrecer platillos de calidad y nos llena de satisfacción que nuestra comida se dé a conocer por el mensaje boca a boca de quienes nos visitan en el local. Esperamos que el restaurante Chamos sea una franquicia más adelante, porque a pesar de las adversidades el negocio se ha mantenido”, expresó María Iris para El Diario.

Tras la llegada de la pandemia del coronavirus le tocó trabajar como administradora, accionista, compradora, cocinera e incluso hizo hasta delivery, ya que en el restaurante se vieron obligados a reducir el personal de trabajo, hacer variaciones en la carta, disminuir el aforo y modificar el horario de atención, decisiones extremas que permitieron que el local no cierre sus puertas y así pagar las deudas adquiridas durante la cuarentena.

Actualmente el 60 % de sus clientes son peruanos, ellos califican la atención como excelente y manifiestan sentirse como en familia cuando visitan el restaurante. Los platillos que han tenido mayor receptividad entre esta comunidad son la cachapa, esa tortilla delgada hecha de maíz molido y asada en una plancha de hierro que se acompaña mayormente con queso de mano, cuya consistencia es similar a la mozzarella italiana y el pepito, un sándwich de carne de res o pollo, empapado en salsas y condimentos variados.

María considera que la competencia es buena, cerca del establecimiento en el que trabaja también hay otros locales de comida venezolana, pero entiende que las  alianzas son necesarias y que estas ayudan al crecimiento económico del país.

La gastronomía venezolana conquista los paladares de los peruanos
María Iris. Crédito: cortesía

Ella considera que hasta el momento le ha ido bien, pero confiesa que la incertidumbre política en Perú le preocupa, sin embargo, no está en sus próximos planes irse del país ya que no sería fácil dejar todo lo construido durante cinco años.

Al norte de Perú también se come al estilo venezolano

Si hace tres años a las hermanas Castro le hubiesen dicho que tendrían dos locales de comida venezolana en la que peruanos disfrutarían de una rica cachapa mientras escuchan música llanera, no se lo hubiesen creído.

Alcimar y Arianny Castro, son dos hermanas venezolanas que migraron desde Paraguaná en el estado Falcón a Trujillo, al norte de Perú en el año 2018.  Llegaron a esa localidad buscando un lugar similar al calor hogareño de Paraguaná. Ellas sabían que Lima no era su mejor opción, además querían estar lejos del ajetreo y el estrés típico de toda ciudad capitalina.

Después de pasar por diversos empleos con jornadas extensas y remuneraciones bajas, en donde recibían apenas unos seis dólares por más de nueve horas laborales, decidieron trabajar por su cuenta y aunque estar en la informalidad representaría un riesgo mayor, sabían que tendrían mejor calidad de vida y con esfuerzo lograrían su estabilidad económica en Perú.

Fue así como empezó la venta de comida venezolana en la calle. Durante ocho meses con un carrito ofrecieron patacones, arepas, empanadas y pastelitos en una de las principales avenidas de la ciudad. Sin embargo, cada día era un reto mayor lidiar con las autoridades municipales quienes en ocasiones no autorizaban la venta de sus productos.

Tras muchas horas de trabajo, sacrificios para ahorrar la mayor cantidad de dinero y alianzas con familiares y amigos, abrieron Arepera Paraguaná hace dos años en la ciudad de Trujillo, al norte de Perú. El local representa mayor estabilidad y formalidad, ya que  está inscrito en la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT), tiene sus papeles en regla y cumple con el pago de impuestos de acuerdo a la legislación peruana.

La gastronomía venezolana conquista los paladares de los peruanos
Arepera Paraguaná. Crédito: cortesía.

En la arepera se ofrecen todo tipo de desayunos y comida rápida como arepas, empanadas, pepitos, pastelitos, jugos naturales, café y shawarma al estilo venezolano, donde el comensal puede elegir todo tipo de rellenos para acompañar sus platos.

Tiempo después nació el restaurante Paraguaná, un espacio pensado para el entretenimiento de familias peruanas y venezolanas. Allí se ofrecen almuerzos, cachapas, patacones, parrillas, pastichos y más. Los viernes y sábados hay noches de karaoke con atractivas promociones para captar y fidelizar a sus clientes. Mientras que, los días domingos se les da la oportunidad a músicos y artistas de hacer presentaciones de música llanera en vivo.

Los buenos somos más y hay que demostrarlo aquí en Perú y en cualquier parte del mundo. Nosotros pensamos quedarnos aquí, hasta ahora no nos ha ido mal, sí está un poco rudo el tema político y el nuevo presidente, pero no hemos pensado irnos a otro país, de hecho uno de nuestros proyectos es que restaurante Paraguaná esté en otras ciudades de Perúu0022, comentó Arianny Castro para El Diario. 

La comida venezolana conquista el sur de Perú

Venequipeños burguer es uno de los restaurantes de comida venezolana con mayor trayectoria en la segunda ciudad más importante de Perú: Arequipa, ubicada al sur del país. Sus dueños son esposos y llegaron desde Puerto la Cruz, estado Anzoátegui, hace cinco años.

César Sagarai, electricista y María del Carmen Monteverde, ingeniera civil, son dos profesionales jóvenes que se convirtieron en emprendedores y que como la mayoría de los migrantes, llegaron trabajando en otros oficios muy diferentes a los que estaban acostumbrados en su país de origen.

Un día no le renovaron el contrato en la empresa en la que trabajaban y con la que sentía que empezaban a lograr su estabilidad financiera, preocupados por no saber cómo generar ingresos para mantenerse en Perú y aficionados por el arte culinario, decidieron hace dos años abrir un local de comida venezolana en la también conocida ciudad de los volcanes.

La gastronomía venezolana conquista los paladares de los peruanos
Local Venequipeños. Crédito: cortesía.

Ellos ofrecen perros calientes, hamburguesas, pepitos, shawarma, empanadas, tequeños, tequeyoyos, pastelitos, cachapas y parrillas al estilo venezolano. En sus recetas han incluido el rocoto, una especie de fruto picante de forma redondeada que se produce principalmente en la zona y que es muy común como condimento en la cocina peruana. Aunque intentaron fusionar algunos platillos de Venezuela y Perú, contaron que los peruanos cuando van a un local de comida venezolana prefieren probar platillos netamente del país llanero sin ninguna variación.

Para emprender con la gastronomía venezolana en Perú hay que tener mucha paciencia, en especial con los peruanos que son bastante exigentes con lo que comen y no tienen reparo en criticar un plato que no les gusta”, contó César Sagarai para El Diario.

Decenas de migrantes han encontrado en la gastronomía venezolana una forma de enaltecer sus costumbres y obtener ingresos económicos para vivir en el extranjero y ayudar a su familia que se quedó en Venezuela. Un grupo numeroso empieza con una cava o un carrito ofreciendo diversos platillos en las calles de Perú, hasta que finalmente después de mucho trabajo logran abrir un local que los ayuda a tener mayor estabilidad económica.

Crédito: Rolly Reyna.

Así como los venezolanos promueven su cultura a través de la comida, en algunos restaurantes peruanos también comparten recetas de platos y aderezos venezolanos, una muestra de que la gastronomía puede unir nacionalidades.

Perú, uno de los mejores destinos gastronómicos del mundo

Perú  es considerado como un destino gastronómico por excelencia, en la nación se combinan sabores de varios continentes en un solo plato. Durante ocho años consecutivos, el país andino ha sido uno de los mejores destinos culinarios en el mundo, según los World Travel Awards, una de las premiaciones más importantes en el sector turístico a nivel internacional. Sin embargo, la variedad de platos venezolanos despierta la curiosidad de los peruanos, quienes han hecho elogios a la gastronomía de la tierra de Bolívar por su originalidad y variedad.

Y aunque reconocidos chefs en Perú han manifestado que es muy pronto para hablar de una fusión de la comida venezolana y peruana, en diferentes restaurantes en Lima y otras ciudades como Arequipa y Trujillo, los venezolanos han apostado por unir los sabores de ambas naciones y crear platillos totalmente innovadores, desafiando las costumbre de los comensales.

Quizás dentro de unos años pueda surgir la gran revolución gastronómica, y así como los chifas, esos restaurantes chino- peruanos que nacieron tras la migración china al Perú, que mezclan ingredientes del país con técnicas orientales y que abundan en el territorio peruano, también surjan locales en lo que se preparen nuevas recetas, con variaciones y fusiones de sabores típicos de Perú y Venezuela.  

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