• Luego de 15 intentos, el republicano consiguió frenar el boicot en su contra orquestado desde su propio partido y obtener 216 de los 218 votos necesarios. Es la primera vez en 100 años que una mayoría parlamentaria no logra nombrar al presidente de la cámara en la primera votación

Luego de tres días de votaciones y complicaciones para llegar a un acuerdo, el congresista Kevin McCathy consiguió por fin suficientes votos para liderar la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos. En la madrugada del 7 de enero, obtuvo los 216 votos necesarios para convertirse en el presidente del Parlamento.

Es la primera vez desde 1923 que el Congreso de Estados Unidos no consigue elegir a su portavoz al primer intento. Se necesitaron 15 votaciones antes de que el republicano alcanzara la mayoría reglamentaria. Esto lo convierte en la segunda votación con más repeticiones en la historia parlamentaria del país, luego de 1860, cuando la Cámara Baja llegó a votar hasta 44 veces.

A pesar de que el Partido Republicano cuenta con una mayoría de 222 representantes, no logró ponerse de acuerdo en la sesión inaugural. Una fracción radical del partido, que llegó a estar conformada por hasta 20 congresistas, se negó a apoyar a McCarthy, presentando sus propios aspirantes. Por su parte, el Partido Demócrata se mantuvo unido en torno al líder de su fracción, Hakeem Jeffries, quien en todas las votaciones fue constante con los 212 votos de sus compañeros. Aun así, ninguno llegaba a la cota de los 218 votos requeridos.

Leer más  Día Mundial de la Talasemia: qué es y por qué se conmemora

No obstante, de acuerdo con la cadena CNN, no siempre es obligatorio alcanzar los 218 votos para ganar la presidencia. Si bien es el número que determina la mayoría simple en la cámara, si suficientes congresistas se abstienen en su voto, el margen de diferencia se puede reducir. Esto ya ocurrió en 2021 con la demócrata Nancy Pelosi, quien también obtuvo 216 votos, al igual que el republicano John Boehner en 2015.

Larga jornada

Kevin McCarthy logró la mayoría para liderar la Cámara de Representantes de Estados Unidos
Foto: EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS

El 3 de enero estaba programada la inauguración del 118° Congreso de Estados Unidos. Con un Senado controlado por los demócratas y la Cámara Baja en manos de los republicanos, parecía haber cierto equilibrio de poder. Solo hacía falta nombrar a sus respectivos portavoces para dar inicio a la legislatura. McCarthy, quien en 2019 se convirtió en el líder a la bancada republicana de su cámara, ahora encabezaba ahora la mayoría. Desde su reelección en las elecciones de medio periodo de noviembre de 2021, había comenzado a mover los hilos para ser el sucesor de Nancy Pelosi.

Leer más  ¿Quién es José Raúl Mulino, el nuevo presidente de Panamá?

Sin embargo, su candidatura no era del todo bien recibida dentro de su propio partido. A pesar de ser partidario del expresidente Donald Trump, McCarthy es considerado como una figura moderada, que en el pasado ha colaborado con los demócratas en la aprobación de leyes, incluso yendo contra sus líneas partidistas. Esto le valió el rechazo del Freedom Caucus, el ala más ultraderechista del Partido Republicano, la cual argumentó que McCarthy no cumplía el perfil para el cargo, pues no cumpliría con el objetivo de obstruir la agenda legislativa del presidente Joe Biden.

Por eso, en la primera sesión, el republicano obtuvo 203 votos frente a 212 de Jeffries, y 10 a favor de Andy Biggs, de la fracción rebelde, así como 9 votos dispersos entre otros aspirantes. A lo largo de las votaciones siguientes, fueron postulando otros nombres como Kevin Hern, Jim Jordan o Byron Donalds, todos con los mismos resultados. De acuerdo con la ley, el presidente de la Cámara no necesariamente tiene que ser un congresista electo, por lo que llegaron a postular al expresidente Trump, quien obtuvo solo un voto.

Leer más  Detuvieron a una mujer acusada de maltratar a su nieto de 2 años en el Zulia

Juego desbloqueado

Kevin McCarthy logró la mayoría para liderar la Cámara de Representantes de Estados Unidos

Foto: EFE/EPA/JIM LO SCALZO

No fue sino hasta la ronda 12, el 6 de enero, que se comenzó a inclinar la balanza a favor de McCarthy. El aspirante emprendió una serie de negociaciones con el Freedom Caucus. Sus concesiones todavía no se han hecho públicas, pero han provocado preocupación en el seno de la bancada demócrata. A partir de allí, el republicano fue ganando más respaldo, hasta quedar a solo cuatro votos de la meta.

Al cerrar la decimotercera votación, McCarthy declaró a la prensa que para esa misma noche lograría los apoyos faltantes. Para ese momento solo quedaba un reducto rebelde de seis congresistas, liderados por el representante de Florida, Matt Gaetz. Faltando solo tres votos para los 218, nuevamente no se alcanzó la mayoría, lo cual calentó los ánimos entre ambas fracciones republicanas. La situación escaló al punto en que el congresista por Alabama Mike Rogers y Gaetz estuvieron a punto de protagonizar una pelea tras el fracaso de la ronda 14.

Después del incidente, Gaetz recibió llamadas por parte de diferentes autoridades del partido, incluyendo el propio expresidente Trump. Tras esto, accedió finalmente a desbloquear la votación. En la ronda 15, los seis congresistas rebeldes se abstuvieron, lo que permitió a McCarthy ganar a pesar de contar con 216 votos.

Leer más  Lluvia de estrellas Eta Acuáridas: ¿cuándo será?

Nuevo ciclo

Hasta que no se eligiera al presidente, la Cámara de Representantes no podía iniciar sesiones. Por eso, y con dos días de retraso, McCarthy instaló de inmediato la 118° legislatura. “Esto ha sido fácil, ¿eh?”, bromeó en su discurso inaugural, de acuerdo con la agencia EFE.

Quizás cumpliendo su palabra con el Freedom Caucus, apuntó contra la bancada demócrata y la Administración de Biden. Aseguró que la mayoría republicana no tiene intención de aprobar reformas en materia de energías renovables o lo que denominó “adoctrinamiento progre en los colegios”. En cambio, dijo que el primer punto de su agenda será el tema migratorio y la seguridad en las fronteras. También en hacer contrapeso a las políticas de gasto público impulsadas desde la Casa Blanca.

“No hay nada más importante que hacer posible que las familias estadounidenses vivan y gocen de las vidas que se merecen. Por eso nos comprometemos a detener el gasto inútil de Washington para bajar el precio de la comida, la gasolina, la vivienda y parar el aumento de la deuda nacional”, afirmó.

Noticias relacionadas