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- La Premier League cerró su última jornada con una muestra de solidaridad con el brasileño Vinicius Jr, quien sufrió insultos racistas durante un partido en España. El ponerse de rodillas es un símbolo que nació de la lucha por los derechos civiles por Martin Lyuther King y luego reivindicó el jugador de la NFL Colin Kaepernick para el Black Lives Matter
Durante la última jornada de la Premier League el 28 de mayo, justo antes de comenzar cada partido, todos sus jugadores se hincaron para poner una rodilla en el suelo. Un gesto que se repitió en cada uno de los 10 estadios en los que se disputó el cierre de la competición inglesa, y que envió un mensaje claro: el rechazo absoluto contra el racismo.
La medida se tomó como un gesto de solidaridad con el futbolista brasileño Vinicius Jr., quien el 21 de mayo fue víctima de insultos racistas por parte de fanáticos durante un partido entre el Real Madrid y el Valencia CF, en la LaLiga española.
El incidente, que no es el primero que sufre el delantero merengue, además de otros jugadores afrodescendientes, desató varias reacciones no solo dentro del ámbito deportivo, sino también en instancias como los gobiernos de España, Brasil y Estados Unidos, que se pronunciaron en contra de estos hechos y la permisividad de los clubes ante hinchadas intolerantes.
“Esta acción es para destacar la unidad de los jugadores contra todas las formas de racismo en el fútbol y en la sociedad, utilizando esta plataforma para promover el cambio”, dijo la Premier en un comunicado. En las pantallas de cada estadio también se mostraron videos explicando el significado del acto y su importancia simbólica para el deporte.
Origen
El poner una rodilla en tierra, al menos dentro del mundo deportivo, tiene una connotación bastante importante. Sobre todo en Estados Unidos, donde se originó y está estrechamente vinculada a movimientos como Black Lives Matter (BLM) y el rechazo a la violencia policial contra las comunidades afroamericanas.
En 1955, en plena lucha contra la segregación racial en Estados Unidos, Martin Luther King se arrodilló de esta manera para rezar frente al Palacio de Justicia en la ciudad de Selma, Alabama. Días antes, hubo una marcha allí para exigir el derecho al voto para la gente negra en ese estado. Esta fue brutalmente reprimida en lo que se conoció como el “Domingo sangriento”. King, acompañado por otros 20 mil activistas, dirigió una segunda marcha en la oraron de rodillas por sus caídos y presos.
Esa imagen se convirtió luego en un icono de la protesta pacífica, así como de los momentos más importantes de la vida de King, quien fue asesinado en 1968.
Irreverencia
Para 2016 ya no había segregación en Estados Unidos, pero la violencia policial y el número de asesinatos y arrestos arbitrarios de afroestadounidenses generaba preocupación en un amplio sector de la población. Mientras cobraba fuerza en las calles el BLM, figuras como LeBron James, Carmelo Anthony y Dwyane Wade se pronunciaban con la vigencia del racismo en la sociedad contemporánea.
En agosto de ese año, durante un partido de la pretemporada de la National Football League (NFL), el quarterback de los San Francisco 49ers, Colin Kaepernick, se negó a escuchar el Himno Nacional de pie. En señal de protesta por los abusos policiales, decidió arrodillarse de la misma forma en que lo había hecho King 51 años antes. “No voy a levantarme y a mostrar mi orgullo por la bandera que oprime a la gente negra y a la gente de color”, declaró posteriormente.
El acto desató críticas entre muchos sectores, quienes lo verían como una falta de patriotismo. Incluso el recién electo presidente de entonces, Donald Trump, invitó a Kaepernick a que “se buscara un país en el que encaje mejor”. El republicano también le exigió a la NFL que sancionara al jugador por irrespetar el Himno. Aunque no fue reprendido, la irreverencia le costó a Kaepernick su carrera. Al final de esa temporada salió como agente libre y desde entonces no ha vuelto a ser fichado por equipos importantes.
Expansión
En cada partido en que Kaepernick se arrodillaba, cada vez más compañeros se le sumaban. Incluso jugadores del equipo contrario comenzaron a hacerlo también, afirmando que la lucha contra el racismo era algo que trascendía lo deportivo. De acuerdo con el portal BBC Mundo, se estima que alrededor de 150 futbolistas hicieron el gesto en el campo durante la temporada 2016-2017.
La situación se acentuó más luego de que Trump ordenara a los directivos de la NFL intervenir y castigar a quienes lo hicieran. Días después de su amenaza, los jugadores de los Seattle Seahawks y los Tennessee Titans acordaron, quienes disputaban un partido, acordaron no salir al campo durante el Himno, y se quedaron en los vestidores en señal de protesta. Finalmente, el propio comisionado de la NFL, Roger Goodell, se pronunció para defender a los atletas, aunque su comunicado fue cuestionado en su momento por ser “muy tibio”.
Eventualmente se trasladó a otros deportes. En las Grandes Ligas, el beisbolista de los Oakland Athletics, Bruce Maxwell, también se hincó de rodillas en apoyo a Kaepernick. En la National Basketball Association (NBA), equipos repitieron el gesto, mientras estrellas como Kobe Bryant, LeBron James y Stephen Curry los apoyaron.
Resignificado
En 2020, el gesto de la rodilla adquirió un nuevo significado. El 25 de mayo, el afroamericano George Floyd murió mientras era detenido por la Policía de Minneapolis. Uno de los oficiales, Derek Chauvin, realizó una maniobra prohibida en los protocolos al poner su rodilla en el cuello de Floyd para someterlo. Esto, de acuerdo con las investigaciones, provocó que el hombre de 46 años de edad falleciera por asfixia, a pesar de que le había dicho a los policías que no podía respirar.
La muerte de Floyd, junto a otros incidentes similares, desató una nueva ola de protestas por parte del movimiento BLM. También rescató el símbolo del hincarse de rodillas, en una suerte de resignificación de la forma en que Chauvin comprimió el cuello del afroamericano. En varias marchas, los manifestantes hicieron el gesto frente a los policías que las custodiaban. Algunos oficiales, como el comandante del Departamento de Policía de Los Ángeles, Cory Palka, se arrodillaron también como una señal de respeto.
Políticos como el entonces candidato presidencial Joe Biden, así como la presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso, Nancy Pelosi, lo hicieron también para manifestar su apoyo a la causa. Fuera de Estados Unidos, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, también se hincó de rodillas, al igual que manifestantes en Londres (Inglaterra).
Dentro del fútbol europeo, equipos precisamente de la Premier League como el Chelsea y el Liverpool lo adoptaron como símbolo contra el racismo en el deporte.
Regresando a sus orígenes en el fútbol americano, la rodilla en el campo volvió a tomar protagonismo durante el Super Bowl 2022. Durante el show de medio tiempo, el rapero Eminem hizo el gesto como un tributo a Colin Kaepernick. El músico ya había referenciado antes en varias canciones. Así un gesto de Martin Luther King en 1965, y reivindicado por Kaepernick en 2016, actualmente es un símbolo que tanto en las calles como en las canchas tiene el mismo significado: rechazar el racismo en todas sus expresiones.
