• A diferencia de su contraparte animada de 1989, La Sirenita de Rob Marshall deja bien claro que esta historia se desarrolla en el Caribe

Tras una producción realizada en plena pandemia de covid-19 y la polémica por insultos racistas en redes sociales, Disney estrenó La Sirenita, una película que actualiza el clásico animado de 1989 para nuevas generaciones y que transporta al público a un reino caribeño habitado por criaturas mitológicas. 

El más reciente live action de Disney está protagonizado por la actriz y cantante Halle Bailey como Ariel, Jonah Hauer-King como el príncipe Eric, Javier Bardem como el rey Tritón y Melissa McCarthy como Úrsula. 

Esta es la cuarta colaboración del director Rob Marshall, cineasta detrás de cintas como Chicago (2002) y Memorias de una geisha (2008), con Disney, compañía con la que trabajó anteriormente como coreógrafo en La Cenicienta (1997) y como director en Piratas del Caribe: Navegando en aguas misteriosas (2011), En el bosque (2014) y El regreso de Mary Poppins (2018).

De todos los clásicos animados de Disney, la historia de la sirena que cambió su voz a cambio de unas piernas es una de las más emblemáticos y especiales para el estudio animado, debido a que esta película sería su tabla de salvación de una serie de fracasos en taquilla que casi llevaron a la compañía a la quiebra.

La Sirenita de 1989 no solo representó el regreso del estudio a sus orígenes 30 años después, su última película de princesas fue La bella durmiente (1959), también marcó el inicio de una nueva época dorada para Disney en donde le siguieron otros cuentos clásicos como La bella y la bestia (1991) y Aladdín (1992).

La sirenita: una actualización del clásico cuento de hadas con estética caribeña
Foto: @FilmUpdates/ Twitter

Un romance que se desarrolla en el Caribe

A diferencia de su contraparte animada de 1989, la historia de amor entre Ariel y Eric se desarrolla en el Caribe, aunque la película de Rob Marshall no especifica el país o época en donde se ambienta. 

El paisaje, la gastronomía y la cultura mostradas en la película no dejan de ser constantes guiños a países caribeños como Venezuela y Colombia, también mencionados en la cinta, lo cual deja todavía más clara la ubicación geográfica del reino ficticio en donde vive el príncipe Eric. 

Todas estas referencias, junto al hecho de que las hijas del rey Tritón reflejan las características de cada uno de los siete mares, permiten que el cambio racial de la protagonista tenga otro significado, siendo Ariel la representación del Mar Caribe. 

La sirenita: una actualización del clásico cuento de hadas con estética caribeña
Foto: @FilmUpdates/ Twitter

La polémica racista en contra de La Sirenita 

Halle Bailey no es la primera actriz afroamericana en representar a una princesa en Disney. Anteriormente Brandy Norwood actuó como la Cenicienta en el musical multirracial de 1997, La Cenicienta de Rodgers y Hammerstein, junto a la cantante Whitney Houston, en el papel del hada madrina, y Whoopi Goldberg, en el papel de la reina. 

Sin embargo, Bailey no se ha librado de los ataques racistas por parte de algunos usuarios en redes sociales. Ante esto, la intérprete de Ariel aseguró en declaraciones a la revista británica The Face que no se sentía sorprendida por la reacción de algunas personas.  

“Como persona negra, te lo esperas y ya no te sorprende. Sé que la gente dice: ‘No se trata de raza’. La gente no entiende que cuando eres una persona de color existe toda esta otra comunidad. Es tan importante que nos veamos a nosotros mismos”, afirmó.

La sirenita: una actualización del clásico cuento de hadas con estética caribeña
Foto: Vogue

Asimismo, contó que sigue el consejo de su mentora, la cantante Beyoncé, sobre no leer los comentarios que escriben sobre ella. 

La recaudación en taquilla

Desde su estreno el 26 de mayo, el live action de La Sirenita ha recaudado un total de $400 millones. 

De acuerdo con la web especializada en críticas de cine y televisión, Rotten Tomatoes, el presupuesto de la cinta fue de $250 millones, además de los $140 millones de marketing. Por lo que supuestamente una recaudación de $560 millones bastaría para alcanzar el punto de equilibrio.

Una historia que siempre se trató sobre las minorías 

El tema de la inclusión de las minorías en La Sirenita no es ninguna novedad. El cuento del escritor danés Hans Christian Andersen (1805-1875)  fue un reflejo de la vida del propio autor: un amor no correspondido por otro hombre, según el historiador LGBTIQ+, Rictor Norton.

“Como la Sirenita muda, Andersen no podía hablar al mundo de su propio amor homosexual por la gente del mundo, pero los manuscritos originales mostraban claramente sus sentimientos”, señaló Norton en una nota publicada en su web Gay History and Literature (Historia y Literatura Gay, en inglés).

La sirenita: una actualización del clásico cuento de hadas con estética caribeña
Foto: Wikipedia

La historia original, publicada en 1837, no tiene el “felices para siempre” de las adaptaciones de Disney. La heroína no logra conquistar el corazón del príncipe y este se casa con otra mujer. La Sirenita para no morir y volver a tener su cola, debía clavar una daga en el corazón del príncipe, pero se niega a matar al hombre que ama y en su lugar, se suicida. Andersen, al igual que su protagonista, termina sufriendo por un amor imposible para su época y que no fue correspondido.

Sin embargo, esta no es la única referencia LGBTIQ+ de la historia. En la versión de 1989, los animadores detrás de la película se inspiraron en la famosa drag queen Divine para el diseño del personaje de Úrsula, así lo confirmó el documental Howard (2018), centrado en la vida del letrista de las canciones de la versión de 1989, Howard Ashman, el primer hombre abiertamente gay en ganar un Oscar en la categoría de Mejor Canción Original con “Bajo del mar”.

La sirenita: una actualización del clásico cuento de hadas con estética caribeña
Foto: Vogue

Con esta actualización del cuento de hadas de Andersen, La Sirenita busca volver a darle un espacio a las minorías y también cautivar a nuevas generaciones con una historia llena de diversidad que recuerda que no es necesario renunciar a nuestra voz para ser escuchados.

Noticias relacionadas