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- El hacinamiento carcelario es uno de los factores que fomenta la propagación de enfermedades infectocontagiosas. Foto: EFE
Entre octubre de 2022 y julio de 2023 se registraron al menos 240 casos sospechosos de tuberculosis en 161 calabozos policiales de Venezuela, alertó este 30 de agosto la ONG Una Ventana a la Libertad (UVL).
Las sospechas surgieron después de que se realizaran 18 jornadas médicas asistenciales entre octubre del año pasado y julio de 2023, que tuvieron el objetivo de verificar las condiciones sanitarias de los centros de detención preventiva “y el estado de salud de los privados de libertad”.
De acuerdo con UVL, estas jornadas se desarrollaron en conjunto con la ONG Proyecto Once Trece. Sin embargo, no se precisó si tras las sospechas se realizaron pruebas específicas enfocadas a confirmar o descartar la enfermedad, ni si se aplicó algún tipo de tratamiento a los presos.
Hacinamiento penitenciario
Según la ONG, 10.254 privados de libertad conviven en estos 161 espacios, con una capacidad instalada total de 6.028 personas, lo que supone un hacinamiento del 170 %.
La falta de distanciamiento, sostuvo UVL, propicia el desarrollo y la propagación de las enfermedades infectocontagiosas.
De acuerdo con la ONG, al menos 8 reclusos murieron entre octubre de 2022 y enero de este año por “temas relacionados con la salud”, sin detallar qué tipo de enfermedades o afectaciones sufrían.
No obstante, se señaló que se registraron 45 detenidos con VIH/sida y 7 con covid-19, además de 411 con un “cuadro aparente de desnutrición”, no se explicó si entre estos se encontraba alguno de los que posteriormente fallecieron.
La ONG dijo a la agencia EFE que estas cifras, además de las de tuberculosis, corresponden a 161 calabozos evaluados, de los más de 1.000 que hay en el país, por lo que no descartan que existan otros casos en el resto de los centros de detención preventiva.
Las jornadas médicas se realizaron en Caracas y seis de los 23 estados del país (Miranda, Carabobo, Bolívar, Aragua, La Guaira y Zulia), donde atendieron a un total de 1.276 personas, entre ellas 83 adolescentes y “varias embarazadas”.
Insalubridad
Por otra parte, según la organización, de los 161 centros de detención, solo 86 tienen baños y 87 cuentan con agua potable.
Asimismo, ninguno de los recintos posee espacios especiales, capacidad o personal para atender a mujeres embarazadas o personas con discapacidad física o mental.
La ONG subrayó que el Estado venezolano debe desarrollar políticas públicas para atender a la población reclusa detenida en estos espacios, ya que algunos pueden pasar años, pese a que “deberían estar solamente por 48 horas”.
Otras denuncias en cárceles venezolanas
En abril de 2023, la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) alertó sobre un “brote de tuberculosis y hepatitis” dentro del Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), única prisión solo para mujeres en Venezuela, ubicada en la ciudad de Los Teques (Miranda).
La organización aseguró que familiares de las reclusas han reportado esta situación y ante la propagación de las enfermedades, las presas se han visto obligadas a usar tapabocas; sin embargo, no se los proporcionan por lo que ellas deben buscar la forma de protegerse.
El observatorio recordó que este centro de reclusión alberga a unas 655 privadas de libertad, aunque la capacidad instalada es para 400 mujeres”, lo que mantiene el penal en un “hacinamiento crítico”.
El 23 de marzo, esta organización presentó su informe anual en el que reveló que la desnutrición y la tuberculosis son las primeras causas de muerte en las cárceles de Venezuela, y reportaron que en 2022 fallecieron 76 presos, 55 de ellos “por hambre y falta de atención médica”.
De acuerdo con el estudio, 2022 fue el año con el porcentaje más elevado de fallecidos por salud en cárceles, calculado en un 72,37 %.
A esta cifra se suman los decesos en calabozos de detención preventiva, donde el OVP computó 53 muertes, 27 de ellas “por condiciones de salud”.
Con información de EFE
