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- Investigadores de la Clínica Cleveland y Clínica Mayo explicaron el impacto que genera en el sistema nervioso y el ciclo del sueño | Foto: iStock
El Síndrome de Piernas Inquietas (SPI), que se conmemora cada 23 de septiembre, es definido como un trastorno del movimiento que desencadena una intensa necesidad de mover las piernas, incluso en situaciones de reposo, ya sea estando sentado o acostado.
Esta afección, también conocida como Enfermedad de Willis-Ekbom, puede manifestarse en cualquier etapa de la vida y tiende a agravarse con el tiempo.
Las personas que padecen este síndrome a menudo experimentan sensaciones como picazón, estiramientos, hormigueo o latidos en las piernas. Aunque aún no existe una cura definitiva, existen tratamientos disponibles.
De acuerdo con expertos de la Clínica Cleveland, el SPI es un trastorno que afecta al cerebro, el sistema nervioso y el ciclo de sueño, generando una necesidad casi incontrolable de mover las piernas, aliviada en cierta medida mediante el movimiento.
Estos síntomas se hacen más evidentes cuando el cuerpo se encuentra en reposo durante la noche, y la constante necesidad de movimiento puede interferir con la capacidad de relajación y el sueño.
El diagnóstico del SPI se divide en dos categorías:
-Inicio temprano: se diagnostica antes de los 45 años de edad, el paciente suele tener antecedentes familiares y se caracteriza por un progreso lento de la afección.
-Inicio tardío: en este caso, la progresión del SPI es más rápida, y el diagnóstico se establece después de los 45 años de edad.
Según datos recopilados por instituciones médicas, las estadísticas revelan que aproximadamente entre el 7 % y el 10 % de la población de Estados Unidos sufre de síndrome de piernas inquietas.
Esta condición es más frecuente entre caucásicos (blanca o indoeuropea, según la RAE), mujeres y personas asignadas como sexo femenino al nacer. Estudios indican que el riesgo de desarrollar este síndrome aumenta con la edad.
Síntomas
Según estudios de la Clínica Mayo, la principal señal de este síndrome se debe a la necesidad constante de mover las piernas. Sin embargo, la acompañan otros factores:
–Cuando comienza el descanso: por lo general, estas sensaciones se manifiestan al comenzar el período de reposo, como después de haber permanecido en una posición quieta durante un tiempo prolongado, como en un vehículo, un avión o en el cine.
–El alivio a través del movimiento: la sensación característica del síndrome de piernas inquietas se disipa con el movimiento, ya sea estirando las piernas, sacudiéndolas, dando un paseo o caminando.
-Mayor intensidad nocturna: los síntomas tienden a agravarse durante la noche.
–Movimientos involuntarios en las piernas durante la noche: el síndrome puede estar relacionado con otro trastorno más común conocido como movimiento periódico de las extremidades durante el sueño.
Esto ocasiona movimientos y patadas involuntarias, a menudo durante la noche mientras se duerme.
Sensaciones inexplicables
Los expertos explican que, con frecuencia, las personas describen los síntomas del síndrome de piernas inquietas como sensaciones intensas y molestas que afectan las piernas o los pies, y en ocasiones, pueden manifestarse en ambos lados del cuerpo.
De manera menos común, estas sensaciones también pueden hacerse presentes en los brazos.
“A veces, las sensaciones son difíciles de explicar. Las personas con síndrome de las piernas inquietas no suelen describir la afección como un calambre o entumecimiento muscular. Sin embargo, es frecuente que la describan como un deseo intenso de mover las piernas”, detallaron investigadores de la Clínica Mayo.
Además, recalcó que es frecuente que los síntomas varíen en cuanto a la intensidad. A veces, los síntomas desaparecen por periodos de tiempo y luego vuelven a aparecer.
