• La percusionista emigró hace casi 10 años de Venezuela y volverá a Caracas, la ciudad en la que creció, cuando se presente en el concierto de la cantante colombiana en marzo de 2024

Una banda conformada únicamente por mujeres acompaña a Karol G en su gira Mañana será Bonito. Detrás de las congas y los bongos que dan ritmo a las canciones de la colombiana está la venezolana Katiuska Fernandes, una pionera de la representación femenina en el mundo de la percusión. 

Karol G anunció el 3 de octubre las fechas y ciudades confirmadas para los conciertos de la gira por Latinoamérica. La colombiana incluyó en la lista una presentación en el Estadio Monumental de La Rinconada, en Caracas, para el 22 de marzo de 2024. Esto significa una oportunidad para que Katiuska vuelva a tocar en el que fue su primer hogar. 

Estoy demasiado feliz, brincando en una pata y, a la vez, no se lo quiero contar a nadie para que se dé, a pesar de que ya está confirmado. Para la fecha del concierto habrán pasado 10 años exactos desde que salí de Venezuela y volver a mi país, tocando con una artista de ese nivel, me da una satisfacción grandísima. Estoy súper orgullosa de ser venezolana y de volver a mi ciudad”, expresó la percusionista en entrevista para El Diario. 

Kati, como la conocen en el mundo artístico, empezó su carrera profesional con solo 17 años de edad, cuando quedó en un casting para tocar en la agrupación que acompañaba a Ricardo Montaner.

Kati Fernandes: la percusión con sabor venezolano que retumba en la gira de Karol G
Foto: Kati Fernandes

El comienzo de su carrera 

Pero su historia con la música empezó mucho antes de eso. Recuerda que creció en un hogar donde escuchar música era común, no solo por la variedad de artistas venezolanos que sonaban en la radio, sino por los referentes que le quedaron de los gustos musicales de sus padres. 

Su mamá era cubana y su papá es portugués. Ambos migraron y se establecieron en Venezuela. Se conocieron en un restaurante que administraba su padre y en el que trabajaba su madre, se enamoraron y formaron una familia en la que la multiculturalidad dejó una huella importante para Kati. 

“Creo que eso me dejó bastantes influencias, especialmente en la parte latina. Nosotros como venezolanos tenemos esa raíz caribeña, pero claramente en Cuba también es algo muy marcado que se combina por la parte afrolatina”, explicó.

Agregó que su herencia europea también se refleja en su empeño por trabajar con fusiones y multipercusión. Comentó que con los años descubrió que en su familia paterna había mucho interés por la música y que varios de sus parientes cantaban y tocaban de guitarra, por lo que considera que también es parte de sus raíces. 

En casa escuchaba mucho la voz de Celia Cruz y la música que oía mi papá de artistas portugueses e ingleses, entonces tenía como esas dos corrientes allí mezcladas todo el tiempo”, indicó.

“La percusión para mí fue amor a primera vista”

Sus primeras experiencias académicas con la música fueron en un coro escolar y en clases de guitarra y teoría musical en el conservatorio de música Lino Gallardo, en Caracas. En ese momento tenía 10 años de edad y, aunque disfrutaba las clases, sentía que necesitaba explorar aún más cómo podía formarse musicalmente. 

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Al cumplir 13 años de edad se inscribió en un taller de percusión, luego de que quienes lo dictaban visitaron el colegio donde estudiaba. 

“Eran personas de la Casa de la Cultura de Chacao y estaban ofreciendo talleres de percusión, como siempre tenía esa inquietud por la música, decidí quedarme ese día después de clase para ver qué era y resulta que me encantó”, dijo.

Vio una demostración de quitiplás, un instrumento de percusión afrovenezolana conformado por varias piezas de bambú, el cuál también le enseñaron cómo armar. Además, tocaron tambores de fulia, ideales para el manejo de los niños. 

Un profesor se me acercó y me dijo que tenía talento para la percusión y que me acercara a la casa de la cultura para que siguiera formándome. Me dijo que su hija también estaba viendo clases allá y resulta que ella era Marta Paredes, otra gran percusionista venezolana”, agregó.

En ese taller se formó por cuatro años con un profesor al que conocían como Pichi. En ese tiempo abandonó la guitarra y parcialmente el canto, porque descubrió que realmente le apasionaban los instrumentos de percusión. 

“La percusión para mí fue amor a primera vista, pues yo sentí que era lo mío y se me daba naturalmente”, contó.

Esta es una familia de instrumentos muy variada y que además ha incorporado integrantes de distintos países. Actualmente, Kati incorpora en sus shows bongós (Cuba), tumbadoras o conga (Cuba), yembé (Mali), percusión menor, cajón (Perú), batería e implementos de percusión afrovenezolana. Destacó que la ventaja de especializarse en esta área es que se puede producir una gran cantidad de sonidos porque la técnica es similar para distintos instrumentos.

Kati Fernandes: la percusión con sabor venezolano que retumba en la gira de Karol G
Foto: Kati Fernandes

Representación femenina en la percusión venezolana 

Kati recordó que cuando estudiaba percusión en el taller su única compañera mujer era Marta Paredes (quien ha tocado con Chyno y Nacho) mientras que compartían el salón con al menos 10 hombres. 

Entre sus referentes musicales femeninos solo recuerda a dos percusionistas famosas y, acotó, de su generación salieron al menos cuatro exponentes representativas. 

“Cuando yo estudiaba todavía era algo muy tabú que las mujeres tocaran percusión. Yo diría que de unos 10 años para acá eso cambió y cada vez hay más mujeres interesándose en ese mundo sin miedo a romper esa barrera”, señaló.

La artista comentó que, a diferencia de lo que ocurre con instrumentos de cuerda o viento, la percusión siempre ha estado asociada con los hombres tanto por motivos jerárquicos religiosos y de cultos como por temas de fuerza física. 

“Pero siempre hubo mujeres en la percusión, especialmente muchas bateristas. Estaba por ejemplo Sheila E, que fue una de las primeras mujeres que se internacionalizó en el tema de la percusión y para nosotras fue como una inspiración”, expresó.

Insiste en que sacando algunas excepciones, siempre fueron más los referentes masculinos incluso en la música caribeña. Alegó que lo más común era ver agrupaciones de salsa compuesta solo por hombres y que incorporar a una mujer en los tambores se consideraba “exotico”.

Hoy en día todos esos mitos sobre si es mejor que toque un hombre o una mujer quedan entredicho, porque gracias a la técnica una puede tocar los instrumentos con la misma sonoridad y la misma fuerza que un hombre. Por eso cada vez se están abriendo más espacios para las mujeres”, dijo.

Agregó que por esto son importantes las iniciativas como la que adoptó la cantante Karol G de formar una banda solo de mujeres para su gira internacional.

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Una amplia experiencia

Como profesional, Kati empezó a internacionalizarse acompañando a Ricardo Montaner. Con el artista hizo cinco giras mundiales en cinco años consecutivos. 

Posteriormente trabajó con un gran número de artistas locales, en la que ella definió como “una buena época” para los conciertos dentro del país. Recuerda que en las celebraciones de Carnaval, por ejemplo, llegaba a presentarse hasta en 20 shows en una semana.  

Entre los artistas locales con los que compartió escenario están: Jeremias, Mariana Vega, Roque Valero, Víctor Múñoz, Franco y Oscarcito, Oscarcito (como solista) y King Changó. También participó en el musical de la serie venezolana Somos Tú y Yo y posteriormente entró en la banda de jazz de Andy Durán. 

“Empecé a trabajar con mucha gente del ambiente musical venezolano, la verdad es que no me puedo quejar, porque gracias a Dios disfruté mucho esa época activa de la música en Venezuela. Estuve en el festival de Barquisimeto, en muchos conciertos en el Sambil y un sinfín de eventos”, detalló.

De aquellos momentos, Kati destaca la camaradería en la industria músical. Agregó que tanto artistas como técnicos mantenían muy buena relación, lo que permitía que el trabajo fuera constante y óptimo. 

No obstante, la industria musical venezolana no pudo escapar de la crisis social y económica que enfrentó el país durante varios años.

Empezar nuevamente

En el año 2014, Kati tomó la decisión de emigrar luego de considerar varios problemas. La economía era uno de ellos, porque cada día le alcanzaba menos el dinero, también le inquietaba la inseguridad en el país. 

“Esa época empezó a ponerse un poco la cosa dura y por más que yo trabajaba, pues la plata no me rendía igual y la inseguridad, que quizás es típica de todas las grandes ciudades, era algo que a mí me a mí me afectaba mucho porque yo trabajaba de noche.y siendo mujer uno es un poco más vulnerable”, comentó. 

Aunque admitió que no tuvo malas experiencias antes o después de alguna presentación, recuerda que la asaltaron para quitarle el celular y en ese momento le apuntaron con una pistola en la cabeza, lo que fue un motivo razonable para buscar otros horizontes.

Sin embargo, su principal motivación para irse realmente fue que a su mamá le diagnosticaron cáncer. En ese momento, su mamá ya se había establecido en Estados Unidos, por lo que Kati viajó hasta allá para acompañarla en su enfermedad. 

Cuando llegó a Estados Unidos, se estableció en una casa en Miami con su mamá. Esa ciudad parecía ideal para retomar su carrera como artista latina, aunque confesó que la experiencia fue como empezar desde cero, sin que nadie la conociera luego de que ya tenía una carrera consolidada en Venezuela. 

Empecé a hacer todo lo que ya había hecho cuando estaba chama: tocar en barcitos, acompañar bandas, tocar en fiestas privadas. Menos mal había unos amigos aquí de una banda llamada Fondo Blanco que también vinieron de Venezuela, así que inmediatamente me metieron en la banda y pude trabajar rápido”, detalló.
Kati Fernandes: la percusión con sabor venezolano que retumba en la gira de Karol G
Foto: Kati Fernandes

Tiempo después comenzó a tocar con otro grupo llamado Junior’s Band, con el que también se presentaba en fiestas y eventos privados. A la par, hizo cosas como participar en programas de televisión como público y vender cursos de inglés, todo esto mientras acompañaba a su mamá en sus tratamientos. 

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“Mi mamá falleció por la enfermedad en 2016 y de ahí tuve que seguir adelante sola. Comencé a trabajar con una gente que hacía teatro en Venezuela que se llama Palo de Agua. Ese grupo se estableció aquí y me contactaron para que trabajara con ellos en una obra durante una temporada”. 

Ese vínculo con el teatro, la ayudó a conocer a una actriz que se presentaba en Broadway con shows de stand up comedy. Kati trabajó con ella en varios espectáculos que requerían música en vivo. Además, trabajó con un productor de merengue dominicano y dio clases de batería a niños y jóvenes. 

“Hice un casting en Univision para un programa que se llama Enamorándonos  y empecé a trabajar allí en 2019, porque tienen una banda de 10 músicos de la que soy parte. Creo que ahí como que empezó la cosa ya a ponerse mejor. Empezaron a salir otras cositas con Natti Natasha como un especial para para Facebook por el Día de las Madres y luego me contactaron para Karol G”, explicó.

Una relación de confianza y admiración 

La primera colaboración que Kati hizo junto a la Bichota fue un especial para Youtube de fin de año en 2021. En esa experiencia ambas tuvieron una buena impresión del trabajo de cada una, por lo que el equipo de Karol G volvió a llamar a Kati para acompañar a la cantante en el festival de Coachella en 2022. 

“Es uno de los festivales más famosos del mundo y fue súper importante porque Karol G era la primera mujer latina en presentarse en Coachella. Para mí, era la primera vez que volvía a tocar para un público tan grande”, señaló.

Kati recuerda la experiencia del festival como algo surrealista, especialmente por la cantidad de celebridades que se paseaban despreocupadas por el lugar. 

“Uno iba caminando y de repente te pasaba por un lado Jared Leto y te quedas pensando ¿Qué acaba de suceder? Es surrealista porque estaban todas esas estrellas de Hollywood que uno cree que nunca va a ver en persona”, dijo

Otro aspecto que le sorprendió del festival es la minuciosa organización que llevan los productores con las presentaciones. El concierto de Karol contaba con una escenografía que simulaba casas en un barrio latino. Todo eso era montado y desmontado en cuestión de minutos y tanto músicos como bailarines debían seguirle el ritmo a la producción. 

Yo tenía que subirme por unas escaleras como de bomberos que para mí fue complicado porque no soy muy acrobática y así fue en los ensayos y en la presentación, todo cronometrado porque creo que el show duraba 40 minutos y si nos pasamos del tiempo apagaban las luces y se acababa todo”, relató.

El equipo de Karol G volvió a contactar a Kati para colaborar en un Tiny Desk Concert, una sesión en vivo que luego se retransmite por Youtube en el canal de NPR Music. El resultado de ese concierto fue el motivo para que le pidieran a Kati incorporarse a la banda que acompañaría a la Bichota en su gira mundial llamada Mañana Será Bonito. 

Kati Fernandes: la percusión con sabor venezolano que retumba en la gira de Karol G
Foto: Kati Fernandes

Un tour multitudinario

La gira junto a Karol G le recordó a Kati los buenos momentos de conciertos multitudinarios en Venezuela. No obstante, admitió que la colombiana ha hecho historia con sus enormes presentaciones. 

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Hasta el momento, la gira solo ha sido por Estados Unidos y en varios de los conciertos se han presentado ante más de 60 mil personas.

Llenar un estadio con 65 mil personas es una locura. Ha sido maravilloso y una experiencia única el estar ahí. Han sido eventos muy minuciosos, con bastantes ensayos en la parte musical, de los bailarines no delante y en cosas técnicas. Antes de comenzar la gira tuvimos dos o tres semanas de preparación previa, pero siempre estamos retocando cosas”, aclaró.

La percusionista estima que en toda la preparación de los conciertos trabajan alrededor de 200 personas. Reveló que de los conciertos que han ofrecido en Estados Unidos, los escenarios que recuerda con mayor cariño son  Los Ángeles, Chicago y Miami. 

“Obviamente Miami porque imagínate ya tengo 9 años aquí, he hecho amistades aquí y fue especial porque fue como tocar en mi segunda casa”, dijo.

La percusionista venezolana aseguró que se tienen altas expectativas con esta gira por Latinoamérica y esperan tener la misma receptividad que les dio el público estadounidense.

“Va a ser una gira grande y esperamos que sea igual de exitosa que lo que fue aquí en Estados Unidos. Esa es nuestra meta y nos estamos preparando muy duro para eso”, agregó.

El tour por Latinoamérica, además de ser una gran experiencia profesional, es la primera oportunidad que tiene Kati de reencontrarse con su país directamente a través de la música. 

Volver a Caracas que es mi lugar, mi ciudad, donde nací representando lo que soy me conmueve, porque cuándo uno se va, comienza de cero y todo lo que uno pasa para luego volver de alguna manera triunfante es como decirme a mí misma ‘lo lograste, hiciste lo que dijiste que ibas a hacer’. Además que la gente de mi ciudad me vea es para mí lo más importante”, expresó.
Kati Fernandes: la percusión con sabor venezolano que retumba en la gira de Karol G
Foto: Kati Fernandes

A pesar de que tendrá una década fuera de Venezuela cuando regrese, durante ese tiempo ha intentado mantenerse al día con lo que hacen sus compatriotas. Alabó el trabajo que ha desarrollado últimamente la banda Rawayana y los proyectos de artistas como Luis Jimenez y Jerry Di. Aseguró que las oportunidades que ha conseguido en su carrera y el éxito que han logrado estos músicos le hacen sentir orgullo de ser venezolana. 

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