• La primera alcaldesa de Baruta, entre 1989 y 1992, fue una pionera en los nuevos espacios de representación que la descentralización abrió para las mujeres políticas. Su gobierno no solo construyó desde cero la identidad e institucionalidad del municipio, sino un modelo de gerencia pública que marcó precedentes en el estado Miranda

El camino a la descentralización que vivió Venezuela en 1989 abrió las puertas a nuevos liderazgos locales, mucho más cercanos a la gente. También dio la oportunidad a muchas mujeres de acceder a nuevos espacios en la política, pues hasta ese momento, tanto gobernaciones como alcaldías eran designadas desde el Poder Ejecutivo, la mayoría de las veces a hombres.

Este proceso supuso también una reorganización territorial en muchos estados, donde nacieron nuevas entidades municipales. Tal fue el caso de Baruta, en el estado Miranda, que ya había desde 1987 su independencia del entonces Distrito Sucre, y que se materializó con las elecciones regionales de 3 de diciembre de 1989. En esa gesta el protagonismo recayó en Gloria Lizárraga de Capriles, quien se convirtió en la madre fundadora del municipio Baruta.

La dirigente copeyana fue apenas una de varias mujeres que en esas elecciones se convirtieron en las primeras alcaldesas de sus municipios elegidas por el voto directo. Algunas incluso llegaron a ser las primeras en ocupar cargos públicos dentro de sus jurisdicciones. Sin embargo, Lizárraga fue un caso ejemplar dentro de su grupo, pues tuvo la labor de colocar los cimientos institucionales de un territorio que apenas comenzaba a disfrutar su autonomía. Construyó una gestión que todavía es referencia en la política nacional e inspiró a muchas de sus sucesoras.

Pionera en la política

Nació en Valencia, estado Carabobo, el 2 de mayo de 1944. A los 14 años de edad, con el florecer de la democracia en Venezuela, Lizárraga se inició en las filas del partido socialcristiano Copei. Allí fue una miembro activa donde abogó por los sectores más vulnerables de la sociedad, faceta que mantuvo durante su Administración y en sus labores humanitarias una vez alejada del foco político. 

Baruta fue la primera población en declarar su autonomía de la figura del Distrito Sucre el 22 de septiembre de 1987, en un acto que se concretó con la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Municipal de 1989. Esto le permitió al emergente municipio participar en las elecciones regionales de ese año, donde Copei apostó por el liderazgo femenino de Lizárraga, quien ya era conocida por su trabajo en las comunidades. 

Su victoria marcó un precedente en la política caraqueña, pues luego de que Chacao y El Hatillo alcanzaron su autonomía como municipios en 1992, también votaron por mujeres, con Irene Sáez y Mercedes Hernández de Silva, respectivamente.

Desde cero

El legado de Gloria Lizárraga de Capriles, la madre del municipio Baruta
Foto: cortesía

Dado que el antiguo Distrito Sucre concentraba sus poderes en Petare, a Lizárraga le tocó asumir la labor de levantar desde cero la institucionalidad e identidad de Baruta, en medio de un país que ya mostraba síntomas de crisis económica e inestabilidad política luego de El Caracazo. 

La propia dirigente contó que la primera sede de la Alcaldía de Baruta operó en el tercer piso del centro comercial Plaza Las Américas, en un local con sillas alquiladas y cajas en lugar de archiveros y escritorios. Relató que debido a la falta de recursos, se vio en la necesidad de llamar a las empresas ubicadas en el municipio para que adelantaran el pago de sus impuestos y así poder cancelar las nóminas de su personal obrero. Ni ella ni los funcionarios administrativos cobraron hasta tener ingresos estables.

Aunque Baruta, como otros municipios del este del Área Metropolitana de Caracas, se caracterizaba por tener una población de clase media y alta, no era ajena a la realidad de sus zonas populares. El Rosario, Las Minas y Santa Cruz del Este eran algunos de los barrios que hacían vida entre las industrias y urbanizaciones, y a los que Lizárraga dedicó gran parte de su gestión. Allí se dedicó a la instalación de servicios públicos, construcción de canchas deportivas y espacios públicos, entre otras obras para integrarlos a la ciudad.

“Aquí en Baruta siempre me echaban broma y me decían que yo era una barrióloga, porque en verdad siempre he dicho que los alcaldes, los gobernadores y los presidentes deben trabajar esencialmente por la gente más necesitada”, dijo en un video publicado en mayo de 2020.

Espacios abiertos

Lizárraga también fue una pionera en cuanto a modelo de gerencia pública, siendo de las primeras alcaldesas en apoyar e institucionalizar los mercados a cielo abierto, los equipos deportivos locales con torneos municipales, y la instalación de espacios dedicados a la educación y cultura. Uno de sus mayores legados fue la creación del primer cuerpo de policía municipal del país, el 2 de mayo de 1990. 

En una entrevista realizada por el exconcejal Luis Somaza en junio de 2016, Lizárraga explicó que en su gobierno se promovió el mantenimiento de las áreas verdes de las comunidades por parte de los mismos ciudadanos. Se solía premiar a las juntas locales con los espacios más ornamentados, mientras que los menos cuidados eran transferidos a sectores vecinos. 

Buena parte de las políticas implementadas por Lizárraga de Capriles en Baruta sentaron un precedente del modelo que luego se extendió más allá de Baruta a sus municipios aledaños, lo que en buena parte sirvió para consolidar el estatus socioeconómico y la reputación que por décadas tuvo el este de Caracas en el imaginario colectivo.

Municipios femeninos

De los más de 300 municipios existentes en Venezuela para 1989, solo 22 mujeres fueron electas como alcaldesas en las primeras elecciones regionales que tuvo el país. Ellas fueron:

1. Flor Idalba de Almeida – Sotillo (Anzoátegui)
2. Inés Pérez de Narváez – Francisco de Miranda (Anzoátegui)
3. María Benicia Altuna de Torrealba – Rómulo Gallegos (Apure)
4. Marlene Ortiz – Girardot (Aragua)
5. Edith Romero de Zirit – José Ángel Lamas (Aragua)
7. Dilia Mercedes Blanco – Pao (Cojedes)
8. Ana Camarillo de Gómez – Zamora (Falcón)
9. Lourdes Pérez Bravo – Petit (Falcón)
10. Evelyn Dumith de Gutiérrez – Julián Mellado (Guárico)
11. Roquelina Navarro – Camaguán (Guárico)
12. Mary Nava de Montilla – Miranda (Mérida)
13. Isabel Dianive Piñero de Gómez – Rangel (Mérida)
14. Crisanta Cañongo Rosales – Simón Bolívar (Miranda)
15. Gloria Lizárraga de Capriles – Baruta (Miranda)
16. María Elena de Cañizales – Maturín (Monagas)
17. Olga Morales de Morales – Cedeño (Monagas)
18. Marisela Carmona de Díaz – Piar (Monagas)
19. Sofía Rubio – Bolívar (Monagas)
20. Ana Tomasa Escobar de Castillo – Guanarito (Portuguesa)
21. Tatiana Delgado – Páez (Portuguesa)
22. Narbis Alcina de Tortoledo – Nirgua (Yaracuy)

Trascendencia

La mandataria colgó su capa en 1992, luego de que Ángel Enrique Zambrano, de Acción Democrática, fuera elegido alcalde en las elecciones municipales. No obstante, su legado se mantuvo y en 1995 Copei volvería a repetir su fórmula de éxito en Baruta, esta vez con la exactriz Ivonne Attas. 

Lizárraga de Capriles falleció el miércoles 31 de marzo de 2021, a los 76 años de edad. La información fue confirmada por el actual alcalde de Baruta, Darwin González, así como por diferentes líderes políticos y organizaciones que lamentaron su partida en redes sociales.

“Cuando hay mística y amor a lo que se hace, todo sale. Cuando se está enamorado por el municipio, todo surge (…) Yo sentía que era una necesidad perentoria hacer un municipio que valiera la pena”, declaró en una oportunidad Lizárraga de Capriles. 

Este artículo fue hecho como parte de las Mentorías Editoriales del Semillero Violeta de la Red de Periodistas Venezolanas

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