- El miembro del Consejo de Relaciones Exteriores para América Latina, Paul J. Angelo, muestra una serie de lineamientos que señalan que Estados Unidos, junto con apoyo internacional, podrían tomar para una transición a la democracia en Venezuela
Venezuela representa la mayor crisis humanitaria de Latinoamérica. Los problemas económicos, sociales y políticos se siguen acrecentando en el país diariamente. La situación ha generado que más de 5.000.000 de venezolanos hayan emigrado del país en busca de una mejor vida.
En consecuencia, Paul J. Angelo, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores para América Latina, describe en el informe especial The Day After in Venezuela: Delivering Security and Dispensing Justice, lo que Estados Unidos puede hacer para ayudar a aliviar el padecimiento de los venezolanos.
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“Desde enero de 2019, la política de Estados Unidos hacia Venezuela se ha centrado en la destitución del presidente Nicolás Maduro. EE UU ha abogado por un gobierno de transición para facilitar el retorno a la democracia ”, expresa Angelo.
En el informe se aclara que el Consejo de Relaciones Exteriores no adopta posiciones institucionales sobre cuestiones de política y que no tienen afiliación con el gobierno de EE UU. Los reportes especiales se realizan para proporcionar una respuesta rápida a una crisis o contribuir a la comprensión del público de los dilemas políticos actuales.
Angelo señala que los actores internacionales no han planificado lo suficiente para estabilizar el entorno de seguridad o fomentar la “justicia transicional”. Lo que podría ser una palanca importante para empujar a los operativos del régimen hacia la deserción o al menos hacia negociaciones significativas.
Precisa que Estados Unidos debe anticipar tales consecuencias e identificar oportunidades para garantizar que cualquier transición produzca la restauración de la democracia.
Seguridad
Angelo indica en el informe, que en materia de seguridad, EE UU debe encontrar formas de hacer que la fuerzas armada venezolana coopere a través de incentivos judiciales y financieros. Esto mientras neutraliza a los grupos armados no estatales.
Detalló que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de los Estados Americanos (OAS, siglas en inglés) serán esenciales para DDR (Desarme, Desmovilización y Reintegración) de algunas fuerzas estatales, colectivos, insurgentes y criminales.
“Estados Unidos debería abordar la influencia contradictoria de China, Rusia y Cuba a través de negociaciones directas. Buscando puntos de entrada entre las instituciones venezolanas controladas por la actual oposición democrática, liderada por Juan Guaidó”, señaló el miembro del consejo a través de un tuit.
Justicia y reformas judiciales: parte clave del informe
El miembro del Consejo de Relaciones Exteriores explica que EE UU debería abogar por la justicia restaurativa para facilitar la paz social y la reconciliación. Agregó que la American Bar Association (ABA) y la Organización de los Estados Americanos (OEA) podrían ayudar con las reformas judiciales necesarias para revitalizar la tríada de la ley y el orden: policía, tribunales y prisiones.
“Estados Unidos debe buscar oportunidades para generar confianza con los venezolanos, mientras que desincentiva a los posibles saboteadores dentro y fuera de Venezuela”, indicó.
Angelo resaltó que EE UU no debería actuar solo. Precisó que una marca multilateral garantizaría la credibilidad de la respuesta internacional.
“Establecer rápidamente el orden público y restablecer el estado de derecho sería crucial para que el apoyo de EE UU sea efectivo. Y solo después de haber revivido las instituciones para brindar seguridad y hacer justicia de manera creíble, Venezuela podrá restaurar la gobernabilidad democrática ”, explicó Angelo.
Régimen de Maduro
El informe resalta que Nicolás Maduro continúa aferrándose al poder a través de una combinación de limosnas y represión con las fuerzas de seguridad. Además del apoyo económico y diplomático de China y Rusia y de la cooperación de inteligencia cubana e iraní.
“Su destitución sigue siendo una prioridad para la oposición de Venezuela y sus aliados internacionales. Todos cuentan con una combinación de presión internacional, malestar social, descontento militar y negociaciones para derrocar a Maduro”, señala Angelo en el documento.
En el documento se menciona las protestas por servicios básicos como gas, agua y luz, que se han registrado en el país durante lo que va de 2020 y han aumentado a pesar de la represión por parte de los cuerpos de seguridad del país. Se precisa que la tasa de pobreza aumentó al 96%.
“Si las condiciones continúan decayendo, los asesores de confianza de Maduro, quienes reconocen que la legitimidad interna del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) depende de su capacidad para administrar los servicios públicos básicos, podrían optar por reemplazarlo como líder de un gobierno más competente”, precisó Angelo.
Transición a la democracia
Detalló que un proceso democrático requeriría la participación del PSUV y la oposición. Así como gobernadores, alcaldes, sociedad civil y las fuerzas militares y policiales del país.
“Una transición que lleve a los principales agentes del poder de Venezuela a la mesa de negociaciones ayudaría a asegurar una paz duradera. También la legitimidad de las reformas a las instituciones estatales y la restauración de la gobernabilidad democrática” señaló Angelo en su informe.
Agregó que debido a la complejidad de la crisis de Venezuela, la magnitud de las contribuciones de Estados Unidos y otras contribuciones internacionales para restaurar la seguridad y la justicia en Venezuela probablemente excedería a otros esfuerzos de estabilización.
Sin embargo, indica que en una era de tensiones, EE UU, la Unión Europea (UE) y organizaciones internacionales tendrían que coordinar la distribución de la carga financiera, debido a que una transición puede llegar en cualquier momento.
El legado de ruina expuesto en el informe
“Maduro dejará un legado de opresión, ruina económica e inseguridad rabiosa”, advierte Angelo. Si la Venezuela posterior a Maduro se convierte en anarquía y conflicto como Afganistán o sigue el camino hacia la democracia como Chile, dependerá de cómo las autoridades de Venezuela y sus socios internacionales gestionen la transición en sus primeros días.
Angelo detalló que abordar la corrupción y la mala gestión del Estado venezolano requerirá que se alivien las sanciones, se resuelva la inseguridad alimentaria, se fomenten elecciones democráticas, se reactive el sector petrolero y se ponga fin a una de las mayores crisis de refugiados del mundo.
Sin embargo, Angelo indicó que estabilizar el entorno de seguridad y reconstruir el poder judicial son dos áreas críticas en las que se ha realizado poca planificación. Pero existen desafíos que Estados Unidos, los países vecinos de Venezuela y las organizaciones internacionales podrían ayudar a resolver.
Indicó que sin importar las circunstancias de la transición, Estados Unidos debería volver a levantar su bandera por encima de su embajada en Caracas, y sus diplomáticos y políticos deberían trabajar incansablemente por la causa de la democracia en Venezuela.
“Sólo entonces los términos de ‘el día después’ tranquilizarían a los venezolanos de que sus mejores días están por llegar”, concluyó el miembro del Consejo de Relaciones Exteriores en su informe.
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