- El gobierno del izquierdista Pedro Castillo nombró a Richard Fredy Rojas García como su nuevo representante en Caracas, mientras Alexander Yánez será el embajador de Venezuela en Lima. La medida deja en un limbo a la misión diplomática del gobierno interino de Juan Guaidó, representada en ese país por Carlos Scull
El régimen de Nicolás Maduro retomó relaciones diplomáticas con Perú, luego de cuatro años de altibajos y tensiones. La cancillerías de ambos países informaron el 15 de octubre de 2021 que otorgaron el beneplácito para instalar nuevos embajadores.
A través de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela anunció la designación de Alexander Yánez Deleuze como embajador en Lima. Indicó que la medida ocurre “en el marco de una nueva etapa en las relaciones bilaterales entre ambos países”. Esto luego de la llegada del izquierdista Pedro Castillo a la presidencia de Perú.
Por su parte, la Cancillería peruana emitió también un comunicado oficial en el que nombra a Richard Rojas García como representante diplomático. “El restablecimiento de la Embajada del Perú en Caracas permitirá atender mejor a nuestros connacionales residentes, buscar una solución a la situación humanitaria de los ciudadanos venezolanos en el Perú y acompañar los esfuerzos que despliega el pueblo venezolano”, señala.
Perú y Venezuela habían congelado sus relaciones en marzo de 2017, durante el gobierno del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski. La Cancillería peruana ordenó entonces la expulsión del embajador venezolano Diego Alfredo Molero Bellavia, a lo que Venezuela respondió haciendo lo mismo. Días antes Kuczynski y representantes de 12 países habían confirmado el Grupo de Lima, en el que se alertaba “la ruptura del orden democrático en Venezuela”. Desde ese momento ambas naciones mantenían su diplomacia solo a nivel consular.
Rechazo del gobierno interino
Perú fue uno de los primeros países en reconocer en el año 2019 al gobierno interino de Juan Guaidó. Fue una política que inició durante la presidencia de Martín Vizcarra (2018-2020), y se mantuvo durante el breve mandato de Francisco Sagasti (2020-2021). Ahora, con Pedro Castillo a cargo de Perú, esta situación podría cambiar próximamente.
Ante esta situación, el comisionado del gobierno interino para las Relaciones Exteriores, Julio Borges, se pronunció en una nota para expresar su rechazo. “Respetamos, pero lamentamos profundamente esta situación”, aseveró. Borges recordó que en los últimos años Perú ha sido un participante activo en la causa democrática de Venezuela, siendo anfitrión en la creación del Grupo de Lima. También al apoyar la Misión de determinación de hechos sobre Venezuela dentro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, o refrendado la acusación contra Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional (CPI).
El día de hoy el Gobierno del Perú, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, ha informado que restablecerán relaciones diplomáticas con el régimen de Nicolás Maduro.
— Relaciones Exteriores VE (@RExterioresVe) October 16, 2021
Es una decisión que respetamos, pero no compartimos. pic.twitter.com/5ffdVa4A0E
Con el intercambio de embajadores entre Castillo y Maduro, queda ahora en un limbo el papel del actual representante diplomático del gobierno interino en Perú, Carlos Scull. En una entrevista al diario peruano La República, el embajador opositor lamentó las designaciones. “Yo les comuniqué (a la Cancillería peruana) que lamentábamos esa decisión, porque para nosotros estar de lado de Nicolás Maduro es estar de lado del opresor y no del oprimido”, declaró.
“Evolución política”
El comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú no se quedó solamente con el nombramiento de Rojas. También señalaron que luego de casi cuatro años de interrupciones diplomáticas, el acercamiento ocurre tras observar una “evolución del proceso político venezolano”.
Calificó como muestra de esa evolución política el proceso de negociación que sostienen en México representantes del régimen de Maduro y la Plataforma Unitaria de la oposición. Aseguró que este diálogo es una señal de reconocimiento recíproco entre ambos bandos, los cuales trabajan en una agenda para la superación del conflicto venezolano.
“El diálogo que se desarrolla en México ha permitido que la oposición participe en el proceso electoral del 21 de noviembre para elegir autoridades regionales y municipales”, afirma el texto.
Precisamente en México ocurrió el primer encuentro presencial entre el presidente Castillo y Nicolás Maduro. Durante la VI Cumbre de jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el 18 de septiembre de 2021, ambos gobernantes socialistas conversaron sobre diversos temas, incluido el retorno a Venezuela de migrantes en Perú.
La reunión generó fuertes críticas en Perú y obligó al entonces canciller de ese país, Óscar Maúrtua, a comparecer ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso. “(Castillo) no tenía previsto en la agenda reunirse con Maduro”, argumentó Maúrtua.
Nuevo aliado

La nueva etapa diplomática entre Venezuela y Perú representa, a su vez, el mayor acercamiento hasta ahora del gobierno de Castillo a Maduro. Hasta entonces el presidente peruano, en el cargo desde julio de 2021, había sido tibio en sus pronunciamientos sobre el régimen chavista. Como candidato, Castillo evitó referirse a Maduro como dictador, y aludió a que prefería resolver primero los problemas peruanos antes que opinar de los asuntos de otros países.
Por su parte, Nicolás Maduro recibió con los brazos abiertos la presidencia de Castillo. “Le pedimos a Dios las bendiciones para el pueblo del Perú y para el presidente Pedro Castillo que inicia una gestión de cambios necesarios para el pueblo”, declaró en su momento.
Luego de su encuentro en la cumbre de la Celac, Maduro reveló que le propuso a Castillo cooperar en un plan para devolver a ciudadanos venezolanos en Perú a través de la misión Vuelta a la Patria. Aseguró que existen 42.000 migrantes dispuestos a regresar. La oferta coincide con varias declaraciones de Castillo en campaña, donde prometió la deportación de los extranjeros indocumentados, a los cuales calificó como delincuentes.
De acuerdo a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), hay alrededor de un millón de venezolanos en Perú, 496.000 de ellos bajo condición de refugiados. Esto hace a la nación andina la segunda mayor receptora de migrantes venezolanos, después de Colombia. Una población cuyo destino ahora depende del camino que tome la nueva amistad entre Maduro y Castillo.