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- En entrevista para El Diario, el candidato de Copei habló sobre los principios que rigen su pensamiento político y cómo influirían en su potencial gobierno
Las primarias opositoras del 22 de octubre serán la oportunidad para que quienes se identifiquen con la oposición elijan no solo a su candidato para las elecciones presidenciales de 2024, sino también el rumbo que quieren ver en esa dirigencia. Si bien los 13 aspirantes tienen como objetivo común derrotar a Nicolás Maduro en las urnas y promover una redemocratización de Venezuela, cada uno cuenta con sus propias propuestas, ideas y principios que serán determinantes durante la próxima campaña.
De allí la importancia de conocer cuáles son las posturas que definen a cada uno de los candidatos dentro del espectro ideológico, y cómo esto podría influir en su toma de decisiones en el futuro. Como parte del seriado Lo que propone tu candidato, El Diario busca presentar a cada de ellos en sus ideas políticas más básicas, para que el votante sepa quiénes se ajustan mejor a sus propios principios para lograr esa identificación política.
En entrevista para El Diario, el candidato del partido demócrata cristiano Copei ODCA, Roberto Enríquez, compartió sus posiciones acerca de diferentes temas de interés público. Apegado a los valores y principios de su partido, se define como un “defensor de la vida”, además de detractor de lo que denomina como “ideología de género”. También posee un pensamiento bastante liberal, destacando por su plan económico asesorado por el economista estadounidense Steve Hanke.
Estas son las ideas que perfilan su candidatura a las primarias:
¿Quién es Roberto Enríquez?
Nació en Caracas el 14 de julio de 1968. Es el presidente de Copei, partido con una histórica trayectoria en la política venezolana, pero intervenido por orden del Tribunal Supremo Justicia (TSJ) desde 2015. Enríquez lidera la división apoyada por la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) y reconocida por la Plataforma Unitaria como “el Copei legítimo”. Fue diputado de la Asamblea Nacional electa en 2015.
El 2 de abril de 2017, la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) detuvo a Enríquez y lo acusó de “traición a la patria e instigación a la rebelión”. Aunque lo liberaron al día siguiente, permaneció bajo condición de asilo en la Embajada de Chile en Venezuela hasta agosto de 2021. En ese momento, se incorporó a la delegación opositora en la mesa de negociación con el régimen de Nicolás Maduro que se instaló ese año en México.
Tamaño del Estado
—De ser presidente, ¿promovería usted una reducción del Estado?
—Es imprescindible y vital la reducción del tamaño de la Administración pública, más que del Estado. Estás hablando de que Venezuela hoy tiene más de 5 millones de empleados públicos, de los cuales el Estado venezolano perfectamente con un millón y medio podría estar. Ahora, eso para resolverlo no es de golpe y porrazo, tienes que reactivar la economía para que vayan migrando del sector público, en trabajadores que puedan encontrar ofertas de trabajo con salarios justos y que eso le devuelva el estatus y la jerarquía que tuvo en algún momento en Venezuela ser un empleado público.
Definitivamente tenemos que ir con una política de inserción y expansión del aparato productivo para que los empleados salgan de la administración pública por voluntad propia, con buenas ofertas de trabajo en el sector privado, y se le pueda subir el salario también allí. Teniendo una atlética Administración pública, con un millón y medio de empleados públicos, funcionaría perfectamente el Estado venezolano.
—¿Eliminaría aquellos ministerios o dependencias gubernamentales que considere innecesarios?
—Por supuesto. Un Poder Ejecutivo serio no debe pasar de 10 a 12 ministerios, a lo sumo. El área económica, seguridad interna y seguridad del Estado, área salud, por supuesto, educación e infraestructura y vialidad. Los demás perfectamente pueden estar integrados como viceministerios dentro de esos ministerios. Todo lo que se considere innecesario hay que eliminarlo, porque detrás de eso lo único que hay es clientela, buenos negocios para los políticos y mal negocio para el pueblo venezolano.
Con la tercera parte de los ministerios que hay es suficiente. ¿Dónde está nuestra prioridad? Reducir el gasto público y aumentar la inversión pública. Si nosotros logramos ganar, verás un gobierno que va a concentrar el 70 % de la inversión pública en niños, ancianos y enfermos. Es decir, educación, salud y fondo de pensiones, esas son las tres áreas fundamentales. Lo demás no necesita tanto gasto.
-—¿Hasta qué punto cree que el Estado debería intervenir en la economía? ¿Cree que se podría volver a ese modelo de Estado empresario que existía en el siglo XX?
—Nosotros tenemos una visión muy clara con el tema económico. Queremos que mientras menos intervenga el Estado en la economía, es decir, el gobierno, mejor le va la gente. Entonces nosotros estamos convencidos de que la promoción de la empresa privada en todos sus rangos, que la mayoría de esos que llaman empleados informales, que es casi el 50 % de los trabajadores, son empresarios en potencia. Lo que hay es que promover insertarlos al sistema financiero, al sistema jurídico y formalizarlos. El Estado simple y llanamente debe ocuparse de las variables.
Nosotros creemos que en lo que es la emisión de moneda, al Banco Central (de Venezuela) hay que cerrarlo. Eso es un tumor, le ha hecho un daño terrible al país, porque cuando tú le das a un político, a un gobernante, el poder para definir cuánto vale tu dinero, le estás dando el poder de hacerte pobre. Y eso es lo que han hecho devaluando, imprimiendo moneda que llaman inorgánica, que es dinero de mentira, y nosotros lo que estamos planteando es el Plan Hanke, que es una idea central: para que la economía funcione, primero comencemos por tener una moneda sana. Para que un bolívar valga lo mismo que un dólar, hay que amputarle las manos a los políticos (retóricamente) y extirpar el tumor del Banco Central.
-—¿Cree que el Estado debería recaudar más impuestos o menos impuestos?
—El Estado claro que puede recaudar más, mientras tengas una economía funcional. Lo que tienes es que bajar la cantidad de la tasa y aumentar las empresas, las industrias. Pagando impuestos, pero generando empleo y generando riqueza. Por supuesto que un Estado que deja que el sector emprendedor de una sociedad funcione, en donde no le pongas alcabalas, va a funcionar.
Si tú digitalizas la creación de empresas en Venezuela, vas a abreviar mucho eso y vas a acercar mucho, desde la parte jurídica, hasta la instalación material de la empresa, los lapsos de tiempo. Eso va a generar mucho más impuestos. Entonces tú bajas los impuestos a nivel de tasa, tanto el IVA como el impuesto sobre la renta, componerlo en un 18-20 % es suficiente. Por supuesto que el impuesto de transacciones financieras debe desaparecer.
—¿Buscaría usted solicitar préstamos ante instancias multilaterales como el Fondo Monetario Internacional?
—No creo que sea necesario. Con el modelo Hanke tenemos un plan preparado para tres sectores de inversión: primero, así como se nos fueron 7 millones de venezolanos, se fueron casi 400.000 millones de dólares. Se fue el dinero de invasiones, confiscaciones y expropiaciones del modelo socialista. ¿Tú te imaginas que le des privilegios fiscales, tributarios, de áreas de inversión a esos venezolanos que conocen nuestro país, para que vengan a invertir? Con que traigamos el 20 % de lo que los venezolanos tienen fuera, este país se levanta.
A eso agrégale las corporaciones internacionales que perfectamente nos pueden aportar financiamiento y tecnología, y después, cómo no, un tema de cómo nos relacionamos con los multilaterales. Pero pasar del fracaso del modelo socialista, a brincar para la receta del Fondo Monetario Internacional, conmigo no cuenten.
—¿Cuál es su posición ante la posibilidad de la reelección indefinida en Venezuela?
—Yo creo que ahí hay un gran consenso. Eso es lo más tóxico. Yo creo que hay un consenso nacional de que hay que acabar con la reelección indefinida, porque es una forma de perpetuarse en el poder y la gente se acostumbra, como decía Bolívar. Es una forma de hacer lo que se llaman dictaduras modernas. Eso es nefasto, es absolutamente antidemocrático. La reelección indefinida y acabar con la alternancia son contaminantes del cuerpo democrático.
No tenemos un punto de honor, pero dos periodos de cuatro más cuatro los podría, o un solo periodo de 6 años. Pero sí te adelanto que en este tema hay un gran consenso en el mundo político democrático de que la reelección indefinida hay que acabarla.
Privatización vs. Estatismo
—¿Estaría usted de acuerdo con que empresas del Estado sean privatizadas?
—Tiene que ser. Tienen que pasar a la mano del privado, porque además fueron confiscadas. Funcionaban cuando estaban los privados y en manos del Estado se convirtieron en furúnculos llenos de pus, de corrupción. Eso debe desaparecer y debe pasar al sector privado o, como está en el plan que tenemos con el profesor Hanke, ahí podemos iniciar una política de swap para cambiar deuda por inversión.
Entonces nosotros logramos salir de la deuda externa y la convertimos en inversión para que esas empresas arranquen a funcionar, y no tenemos que seguir estrangulando a los venezolanos con esos más de 150.000 millones de dólares que tenemos en deuda real, pero en deuda nominal eso está valiendo el 15 % realmente. Y que los acreedores sepan que les vamos a pagar, pero que le vamos a plantear un modelo de negocios que puede significar precisamente convertir sus acreencias en inversión en Venezuela.
—¿Incluiría aquí a empresas estratégicas como PDVSA o la CVG?
—Ahí se ha dado una discusión estúpida, con todo el respeto. No, el petróleo bajo tierra no nos sirve para nada. Hablar de privatizar PDVSA es una estupidez y hablar de nacionalizarla es otra estupidez, porque lo que hay que hacer realmente es buscar socios para que metan su dinero y su tecnología para sacar petróleo. Venezuela lo que necesita con urgencia es sacar mucho petróleo y no podemos hacerlo por nosotros mismos.
La otra cosa es que el petróleo nunca deberá ser una herramienta de política exterior, de geopolítica, porque son dos cosas distintas. Entonces hablar de privatizar PDVSA no. Lo que tienes es que hacer acuerdos con las grandes corporaciones internacionales para que saquen petróleo. Si a eso se le llama privatizar, entonces privaticemos los pozos, pero no la política petrolera, siempre tendrá que estar en manos del Estado. Por eso que te digo que es una discusión casi que raya en el ridículo y hasta en la ignorancia
—¿Cree que sería sano para la industria petrolera abrir el mercado a empresas extranjeras y promover la competencia con PDVSA?
—Es que PDVSA puede ser el gran rector junto al Ministerio. No tenemos manera los venezolanos de sacar petróleo, porque no tenemos plata. Busquemos socios estratégicos y cobremos de ahí. Por supuesto, además de una parte de las ganancias, también vendrá el impuesto sobre la renta y vendrá un montón de dinero más para el país. Por eso hay que hacer alianzas estratégicas y entregarles la explotación, taladrar y para eso necesitamos al sector privado. Eso no significa privatizar la estrategia petrolera, que son cosas distintas y lo mismo ocurre con el sector minero.
—¿Cree que el Estado debería eliminar el subsidio a la gasolina y sincerarse con su precio?
—Pero ya eso se eliminó. Eso es un cuento, lo que hay es que poner a producir gasolina, gasoil, para que no esté pasando lo que está pasando en Venezuela, que no es el problema el precio, el problema es que no hay. Ese no es el dilema. La pregunta es cómo hacemos para que a la gente le llegue gasolina y tenga poder adquisitivo para pagarla. ¿Subsidios a la gasolina? Es otra farsa. Lo que hay es que crear una economía en donde haya buenos salarios para que la gente no necesite que le subsidien absolutamente nada.
—¿Cree que podría ser peligroso girar tan bruscamente hacia el libre mercado con un aparato productivo deprimido?
—No, para nada creo que eso sea peligroso. Todo lo contrario, creo que salir del Estado controlador, el Estado confiscador, para ir al libre mercado, primero eso va a ser un proceso gradual, pero mientras más rápido mejor. Nosotros hemos dicho que en 30 días acabaremos con la inflación con el plan Hanke. Cerrando el Banco Central, en seis meses estabilizamos y en un año se inicia la espiral de crecimiento económico y promoción humana, y en dos o tres años este país está volando económicamente.
—¿Tomaría medidas para proteger a los productores nacionales frente a trasnacionales y empresas extranjeras?
—Por supuesto, porque la primera manera de protegerlos es darles una buena vialidad, están destrozadas vías. Segundo, que tengan acceso a combustible. Y tercero, hay que derogar, y ahí yo espero contar con el respaldo parlamentario, la nefasta Ley de Semilla que ha llevado a la producción agrícola de Venezuela a tiempos de la caverna. Por eso es que, por una hectárea, el agricultor colombiano produce 6 veces más que el agricultor venezolano, porque tienen buenas semillas y a nosotros con esta ley nos han encerrado al agricultor venezolano a tener que trabajar con semillas no modernizadas, una cosa absolutamente ridícula. Hay que derogar la Ley de Semilla definitivamente.
Asistencia social
—Ante el estado actual de los hospitales y demás centros asistenciales, ¿cree que sería viable una privatización parcial o total del sistema de salud?
—No, de ninguna manera. Si hay tres áreas que el Estado debe impulsar, invertir dinero, es precisamente salud, educación y fondos de pensiones. Lo que sí hay es que tener las escuelas y hospitales bien en versión física, tener como ocurría antes que el mejor pagado del pueblo era el educador. Hay que devolverle la dignidad salarial al maestro y por supuesto modernizar el pensum educativo. Quien pueda pagar una clínica o una escuela privada, perfecto, pero tenemos que volver a que las escuelas públicas sean las mejores de Venezuela como fue en un tiempo, y también los hospitales.
-—¿Qué modelo aplicaría para mejorar el sistema de pensiones y recuperar el poder adquisitivo de los jubilados/pensionados?
—Estamos planteando el fondo ciudadano, en donde si tú lo alimentas con una alícuota del ingreso petrolero, además de lo que paga el patrono y lo que aporta el trabajador. Por supuesto eso tiene que estar en un cálculo bien hecho, no como le pasó a los chilenos que tuvieron un fondo de pensiones muy bueno los primeros años, pero hubo errores en la tasa de crecimiento demográfico.
Por supuesto que ese fondo va a ir pudiendo reciclarse permanentemente, es decir, va a ir saliendo gente del mercado laboral para entrar a ser beneficiario del fondo ciudadano, o el fondo de pensiones, como lo quieras llamar. Nosotros lo llamamos fondo ciudadano porque además creemos que es muy poderosa la capacidad de ahorro que tiene.
—¿Seguiría su gobierno con programas de asistencia social como Misión Milagro, Madres del Barrio o Amor Mayor?
—Primero todos esos son programas que están colapsados hoy en día, porque vuelvo y te repito, mientras la economía no funcione, mientras al país no le llegue dinero, el Estado no tiene dinero. Yo te confieso que para mí la mejor política social es una economía que funcione, y en donde el trabajador, el empleado, el empresario, tenga un ingreso que le permita ahorrar. Hace años aquí no se puede ahorrar.
Por eso yo me centro más en la política económica que en la política asistencialista. Todos te dan cosas graduales, pero para nosotros la inversión social vuelvo y te repito la plata va para educación, para salud, hospitales primera línea de atención primaria, y fondos de pensiones. Lo demás se resuelve con salarios dignos, no con políticas asistencialistas que lo único que sirven es para la corrupción, el saqueo, perjudicar a la gente y convertirla en esclava de los políticos.
—¿Cuál sería su posición respecto al Sistema Patria y los bonos que otorga el Estado venezolano?
—Es más o menos lo mismo. Todas esas cosas gradualmente irán desapareciendo porque lo que yo planteo es un súper salario. Un salario que no se te deteriore con la inflación y te dé no solamente para satisfacer tus necesidades básicas, sino también para recrearte, crecer espiritualmente, crecer intelectualmente. Cuando tú fortaleces el salario, esa es la mejor política social que hay. Lo demás es clientelismo.
—¿Cree que la salud mental, la anticoncepción y salud sexual o la dotación de medicamentos deberían ser responsabilidad del sistema de salud pública?
—Yo creo que el sistema de salud público debe atender todo lo que es prevención y protección, sin lugar a dudas. Todo lo que implica el sistema de salud pública debe ser muy poderoso, muy robusto. Y por supuesto que debe atender todas las áreas en donde la gente necesite. Un tema fundamental para nosotros no es solamente la salud física, la salud mental hay que atenderla.
La salud mental se ha deteriorado mucho en el país también por la crisis de valores y por la crisis económica: ansiedad, estrés, depresión, cuando tú vas componiendo la armonía social y vas generando bienestar económico y más recuperando los valores del esfuerzo, del trabajo, del estudio, y destruyes los valores del enchufamiento, del asistencialismo, de la de la dependencia, tú vas a tener un ser humano con el autoestima muy alta y vas a ver como la demanda de la población para atención a estos problemas de ansiedad y estrés va a bajar muchísimo, porque vas a tener una sociedad funcionando, una sociedad muy feliz.
—¿Consideraría como un derecho el acceso de las mujeres a productos de higiene menstrual?
—Por supuesto que es un derecho de las mujeres. Sí creo que podría revisarse en los casos necesarios. Todo va a pasar por la medida del salario, pero sí creo que hay sectores sociales que hoy en día necesitan, las mujeres sobre todo, muchísimo apoyo en eso. No tengo ningún problema en eso.
Seguridad
—¿Cree que planes de seguridad del régimen como la Operación Liberación del Pueblo han contribuido a reducir los índices de inseguridad del país?
—Lo único que ha contribuido a bajar la percepción de inseguridad es la diáspora, porque también se fueron los malandros. Las OLP están muy cuestionadas, primero en varias zonas se terminaron creando cotos cerrados de protección para el hampa y después la cantidad de violaciones de derechos humanos con estos grupos policíacos que tenían derecho a matar prácticamente.
Yo creo que el tema de la seguridad pasa por tener policías en lo que es la parte de control, policías profesionales, bien con su autoestima, que no necesiten estar matraqueando a nadie para sobrevivir, pero también pasa por el bienestar económico. Vuelvo y repito, en una economía que funcione vas a tener mucho menos antisociales y vas a tener a un Estado en capacidad de controlar al hampa, pero darle reductos privilegiados a delincuentes como lo que pasaba allá en la Cota 905, de eso ya vimos las consecuencias.
—¿Qué acciones tomaría usted para reformar el sistema judicial y carcelario de Venezuela?
—Ahí creo que hay grandes consensos. Esa es una tarea en donde el Parlamento va a jugar un rol fundamental. Yo creo que el gran reto es devolver la independencia del Poder Judicial, no tener nunca más un Poder Judicial controlado desde el mundo político y para eso los procesos de calificación, de validación de credenciales, son muy importantes.
—¿Cree que el rol de las prisiones debería ser el de reeducar a los presos para que puedan reinsertarse en la sociedad al cumplir su condena?¿Cree que el Estado debería invertir más en programas de formación y empleo para exconvictos?
—Sí, por supuesto. Hay casos de casos, pero el Estado debe ocuparse. Hoy en día las cárceles venezolanas son escuelas de profesionalización del delincuente. Hay que ir, y para eso tienes que invertir en más cárceles para acabar con el hacinamiento e ir a un modelo carcelario en donde tú puedas discriminar quién es recuperable para la sociedad y quién no. Debe haber cárceles especiales para quienes cometen delitos contra los niños y delitos contra el erario público, es decir contra los corruptos.
—¿Apoyaría usted la implementación de la cadena perpetua en el país?
—Sí. En casos de delitos contra los niños y creo que el caso de la corrupción hay que empezar a revisarlo. En Venezuela lo que ha pasado con la corrupción ha llegado a unos niveles tales que hay que mandar mensajes muy poderosos para rescatar el valor de la honestidad en el país. También para asesinos seriales.
Nosotros tenemos que tener muy claro, y por eso es muy importante un sistema judicial independiente, donde hay delincuentes no recuperables. Sacarlos de nuevo a la sociedad es muy peligroso, por eso es que hay casos en donde la pena de muerte es necesaria: casos de crímenes contra niños y casos de asesinos seriales. Yo creo que donde hay un delincuente no recuperable es mejor que se quede preso y no devolverlo a la sociedad.
—¿Está entonces a favor de la pena de muerte?
No. Yo soy un defensor de la vida, pero sí creo que quien daña a la sociedad debe estar recluido. Quien es recuperable por supuesto que hay que invertir también allí para educarlo, porque la mayoría son casos recuperables. La minoría no son casos recuperables.
—Ante la presencia de mega bandas como el Tren de Aragua, carteles de narcotráfico y grupos guerrilleros que controlan territorios enteros del país, ¿cree que será necesario el combate armado contra estos grupos?
—Sin discusión. Ahí hay áreas que me tocaste que son policiales y hay áreas que son militares. Nosotros tenemos que devolverle el control del territorio a la Fuerza Armada, la garantía de la paz de nuestra soberanía. Y eso pasa por varias cosas para que recupere su función constitucional. Nuestra Fuerza Armada necesita recuperar dos cosas: apresto operacional, eso implica reactivación económica; y por supuesto apresto profesional, es decir, recuperar su respetabilidad ante la sociedad venezolana.
Por último, una cosa que es clave, por la que ha pasado todo esto, es que Venezuela debe rescatar sus hipótesis. Las Fuerzas Armadas trabajan sobre hipótesis de conflicto. Venezuela debe recuperar sus hipótesis de conflicto nacionales, soberanas, con los eventuales problemas limítrofes. Trabajar con hipótesis de conflicto importadas de Cuba, que es una realidad distinta. Venezuela tiene que trabajar bajo unas hipótesis de conflicto que atiendan estos problemas de los que tú hablas, que pasan por recuperar su rol constitucional, retomarlo con fuerza, y eso pasa por recuperar el apresto operacional, el salario y el apresto motivacional. El ingreso de nuestros profesionales de armas, que yo estoy convencido de que si algo quieren hacer es eso.
Medio ambiente y sostenibilidad
—¿Cree que, más allá de lo económico, Venezuela debería buscar alternativas a la producción de petróleo para contribuir con el medio ambiente?
—No. Esa es la agenda que pretende seguir teniendo a Venezuela como colonia. Nosotros tenemos que sacar petróleo por montones. Por supuesto, cuidando el medio ambiente, son cosas distintas, pero hay que tener muchísimo cuidado con aquellos países que siempre hablan de medio ambiente y son los que menos invierten.
Venezuela es uno de los países que menos daña el ecosistema, hay países que sí lo dañan, como los países desarrollados. Nosotros ahorita tenemos un problema que se llama hambre y tenemos que darle prioridad a nuestros problemas, siempre cuidando el medio ambiente, por supuesto, y sobre todo nuestro hermoso medio ambiente venezolano, pero cuidado con caer en las agendas corporativas que están detrás de los países desarrollados.
—¿Qué opina usted sobre el cambio climático?
—Eso es una realidad. ¿No has visto el verano que ha pegado ahorita? Es una realidad, pero es una realidad que no es generada en países como Venezuela, es generada precisamente en países que lanzan montones de gases tóxicos. ¿Por qué justamente esos países industrializados no se ocupan de cuidar el medio ambiente? Entonces no nos echemos esa tarea nosotros. La tarea de los venezolanos es resolver el problema del hambre, reactivar la economía, la educación y la salud para el pueblo.
—¿Qué medidas tomaría para frenar el ecocidio que se registra actualmente en el Arco Minero del Orinoco?
—Bueno primero, ahí hay especialistas maravillosos. Yo casualmente conversé con uno de ellos y primero hay áreas que no deben explotarse, y segundo, hay que profesionalizarse y para eso necesitas tecnología. Que se pueda explotar oro, explotar la minería, sin dañar el ambiente. Pero para eso hay que buscar a gente que sabe y no seguir pirateando, qué es lo que se está haciendo desde hace un buen rato allá.
—¿Contempla usted planes de reforestación en ciudades y recuperación de campos deforestados?
—Recuperación de campos deforestados, por supuesto. La reforestación de ciudades no la estoy viendo. Veo la humanización de las ciudades existentes.
—¿Considera que debería decretar la creación de más parques nacionales y reservas naturales?
—Sí creo que es una buena política, porque eso es recreación barata y eso le hace bien a la gente. Además eso ayuda al ecosistema.
—¿Cree necesario actualizar y discutir leyes para proteger las reservas de agua dulce del país?
—Sí, sí creo.
—¿Qué acciones tomaría para que Venezuela pueda transitar hacia el uso de energías limpias y renovables?
—En este momento yo sí creo que nosotros debemos prepararnos, porque eso va a venir. Pero para que eso llegue y no nos agarre el resfriado sin pañuelo, hoy tenemos que ocuparnos de activar la industria petrolera, que es la que nos puede dar los recursos creando el fondo ciudadano.
Nosotros tenemos una visión muy parecida al modelo noruego: ahorremos los ingresos petroleros, creemos el fondo ciudadano, tengamos mucho ahorro, mucha riqueza para poder invertir allí. El mundo va hacia allá. Hoy en día no es el momento de Venezuela, pero el mundo va hacia allá y tenemos hoy la gran oportunidad de sacar la riqueza que tenemos debajo de la tierra para invertirla en modernización del país, en infraestructura que genere todas esas energías que van a ser una realidad y ya lo son en algunos países.
Reivindicación de derechos
—¿Está usted a favor del aborto?
—¿Quién tiene el derecho a quitarle la vida a una persona? No estoy hablando de un tema religioso, biológicamente es un ser vivo que se va a ir convirtiendo en un ser humano. Nosotros tenemos que defender el derecho a la vida, tenemos que combatir la industria del aborto. Lo que sí estoy planteando en mi programa de gobierno es dos cosas: prevención con educación sexual, y la otra un sistema de adopción moderno, para que la solución no sea el aborto. Si usted no puede o no quiere, nadie quiere ser tribunal moral de usted, pero lo que usted no tiene derecho es a quitarle la vida a ese bebé.
El aborto es uno de los entramados de esta ideología de género, que no es otra cosa que una ideología criminal, lo digo así por la calle del medio, que algún día la recordaremos como hoy recordamos al nazismo y al comunismo. No tiene nada que ver con la homofobia, se utiliza la comunidad LGBT para manipular. Yo la orientación sexual del adulto la respeto, pero lo que sí es el derecho a la vida, el combate al aborto, la defensa de la maternidad, la defensa de la familia y el derecho a la integridad y a la inocencia de los niños son cosas sagradas.
—¿Pero no contempla el aborto para casos como violación o embarazos de alto riesgo?
—Ya están en la ley. En la violación, una vez que hay concepción, ¿resolver un crimen con otro crimen?¿Sabías que la mayoría de las violaciones son estupros? Son casos en donde el mismo entorno termina utilizando a muchachitas inocentes, esos son casos de violación. Entonces la solución es la prisión, esos son tipos que merecen cadena perpetua, pero el bebé no. Lo que hay es que ver si después ella está en condiciones de criarlo, pero no puedo estar yo de acuerdo con resolver un crimen con otro crimen, porque no creo en la cultura de la muerte, así de sencillo. En ese caso específico donde está en peligro la vida de la madre, bueno ya está por supuesto en la ley.
-—¿Está usted a favor de la eutanasia?
—No estoy a favor de la eutanasia, pero tampoco estoy a favor del sufrimiento del ser humano ya cuando llega a unos niveles muy fuertes. Por lo pronto es un debate que estamos dando todavía en el partido, porque cómo aminorar el dolor y el sufrimiento, eso sí es importante. La solución no es el suicidio, la estadística de suicidio ha aumentado muchísimo en Venezuela, de eso no se habla. Entonces entrar en esta discusión yo honestamente tengo serias reservas, pero sí hay que establecer políticas y planes sanitarios muy fuertes para evitar el sufrimiento.
—¿Cuál es su postura sobre el feminismo?
—Depende. El feminismo de la mujer moderna, de la mujer que hoy en día se educa más que el hombre, tú vas a las universidades y hay más mujeres que hombres. Ese es un feminismo maravilloso. El feminismo de la mujer que luchó por el derecho al voto, la lucha de la mujer por sus derechos es una realidad y ha logrado grandes conquistas. Ese feminismo es hermoso.
Ahora, el feminismo que se parece al machismo sacúdetelo. El feminismo que pretende creer que tiene derecho a disponer de otra vida porque cree que el cuerpo de un bebé es su cuerpo, con esas cosas con esas posiciones del feminismo extremo tengo muchísimas reservas. Pero la lucha de la mujer, lo que representa la mujer es maravilloso y en Venezuela es uno de los países donde podemos dar ejemplo de eso. Pero el feminismo como la otra cara de la moneda del machismo, ambos son terribles.
—¿Apoyaría que se incorporen temas como diversidad sexual y de género en los programas de educación sexual en las escuelas?
—Eso es ideología de género, eso es justamente lo que tenemos que parar. Por no parar la corrupción y por ser banales con la corrupción, a Venezuela la saquearon. Si nosotros no enfrentamos toda esta cuestión de alterar la inocencia de los niños, porque no es solamente eso, es que además le dicen al niño que él no es un varoncito, que él puede decidir después si es varón, y a la niña que ella puede decir después. Es decir, es agredir la naturaleza, es agredir al ser humano.
Yo no puedo estar de acuerdo con eso y hay que combatirlo y pararlo. Una cosa es cuando ya pasa a ser adolescente que los orientes y los eduques con todo lo que son los parámetros del respeto al ser humano y la no discriminación, que son cosas distintas. Pero eso ya para el adolescente y el adulto. A un niño consérvale su inocencia, que vaya por etapas descubriendo cuando crece cuando se desarrolla.
—¿Está usted a favor del matrimonio igualitario y el derecho a la adopción homoparental?
—No. Estoy de acuerdo con las parejas del mismo sexo que sí se tienen que crear figuras legales que les den protección. Hay varias figuras legales, no tiene que ser la institución del matrimonio, pero sí instituciones que se creen porque hay realidades que yo como cristiano no los puedo discriminar.
Entonces por supuesto que cuando hay parejas estables, que tienen hasta un patrimonio común, por supuesto que les tienes que dar protección. Eso lo que llaman relaciones legales de hecho, darles legalidad a esas parejas pues yo sí creo que hay que darles protección legal, sin duda, y protección jurídica. Pero no es el matrimonio, el matrimonio es hombre y mujer.
—A pesar de sus posiciones personales, si la AN aprueba (o rechaza) cualquiera de estos puntos, ¿lo apoyaría desde el gobierno?
—Lo voy a enfrentar. ¿Cómo yo puedo colaborar con el asesinato?¿cómo yo puedo colaborar con la violación de la inocencia de los niños? Eso no existe para nosotros, lo vamos a enfrentar con todo. Ya modestamente como candidato lo estoy haciendo. Sí vamos a presentar proyectos de ley, como el del proyecto de sistema de adopción. Vamos a presentar por supuesto todo lo que significa la protección a la mujer.
Yo tengo una visión humana del gobierno. Hay quienes creen que un gobierno solo puede tener una visión política, social, económica e institucional, yo creo que también el gobierno debe tener una visión humana que fortalezca la familia, que fortalezca el derecho a la vida, que proteja a los niños y por supuesto que tendrás un presidente enfrentando a eso con todo y fortaleciendo a la familia, el derecho a la vida, la maternidad y a la mujer.
—¿Está usted a favor del reconocimiento de la identidad de las personas transgénero?
—¿Me estás pidiendo que reconozca su autopercepción? Yo creo que no hay que discriminarlos, pero creo que ahí hay un debate muy serio que dar, porque el tema de la de la autopercepción primero hay que revisar qué casos necesitan un tratamiento específico y qué casos de verdad son. Lo que respetamos nosotros es la orientación, pero en el caso de la autopercepción creo que hay que escuchar a la ciencia, a los médicos qué opinan de eso y te vas a encontrar con muchas sorpresas.
—¿Cree que Venezuela puede considerarse como un Estado laico actualmente? Esto considerando el apoyo que se da a las festividades religiosas católicas o el papel que juegan iglesias y grupos religiosos en la discusión de leyes.
—Bueno, pero como también lo juegan los sindicatos en la sociedad. Todo lo que implica el principio de subsidiariedad es válido. Venezuela es un Estado laico, ahora eso no quiere decir que no sea una sociedad creyente y una sociedad de fe. Yo creo que uno de los grandes problemas que tenemos cuando hablo del rescate de los valores, estoy hablando de la necesidad de que Venezuela se reencuentre y parte del reto que tenemos como sociedad es eso.
Y yo sé que este es un debate que para algunas personas se alarman y casi que me llaman a mí conservador, y ultraconservador, pero para nada. Yo sí creo que hay cosas buenas que hay que conservar, pero que las expresiones de la sociedad traten de incidir, de influir, de hacer sentir sus valores y sus opiniones es válido, como respeto mucho las marchas LGBT, por cierto. Entonces ¿cómo no voy a defender y respetar las posiciones de las iglesias cristianas católicas y cristianas evangélicas? Por supuesto, pero es que son cosas distintas.
