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- Diversas investigaciones comprobaron la importancia de mantener un buen cuidado de las extremidades inferiores
El dolor en los pies no es exclusivo de los adultos mayores, según varios estudios científicos. Aunque es más común en esta población, puede afectar a personas de cualquier edad y debilitar el cuerpo hasta que se deteriora la calidad de vida.
El uso de calzado inadecuado es una de las prácticas perjudiciales que pueden empeorar el dolor en las articulaciones, según un estudio publicado en la revista especializada Farmacia Profesional.
Este tipo de hábitos no solo afecta a quienes utilizan tallas incorrectas de zapatos, sino también a aquellos que trabajan desde casa con calzado más cómodo y luego retornan a zapatos formales al regresar a la oficina.
Los investigadores señalaron que las repercusiones de descuidar los pies van más allá del correcto funcionamiento de las articulaciones y el dolor en estas estructuras, afirman que las patologías en esta zona pueden reducir la actividad física y, en casos más graves, incluso requerir cirugías para tratar el problema.
Otro estudio publicado en la revista Nature reveló que las enfermedades del pie disminuyen la calidad de vida de los afectados en comparación con la población en general.
El estudio, que utilizó el Cuestionario de Estado de Salud del Pie en su versión española, encontró que el uso de calzado inadecuado puede aumentar hasta cuatro veces la probabilidad de sufrir dolencias.
Para comprobar la teoría, analizaron una muestra de 70 mil personas. Entre el 56 % y el 64 % de los encuestados presentaron problemas podológicos tras revelar que no habían mantenido prácticas sanas con sus pies.
Efectos en las mujeres
De acuerdo con otro estudio publicado en la revista científica BMJ Open, las mujeres parecen sufrir un impacto más negativo en la calidad de vida relacionada con problemas en los pies en comparación con los hombres.
Según la investigación, se identificaron diversas dolencias en los pies, como la desviación del dedo gordo, inflamación del talón, arco plantar, dolor en el talón, inestabilidad crónica del tobillo y onicomicosis, como principales obstáculos en la salud y el funcionamiento de la articulación.
Además, la alta prevalencia de malestar en pies y tobillos se presentó en mujeres mayores de 55 años de edad.
Estas complicaciones aumentan la dificultad para subir y bajar escaleras en un 71 %, y la dificultad para levantarse después de sentarse en un 44 %.
Los estudios concuerdan en que las afecciones de los pies impactan negativamente las capacidades funcionales y limitan la calidad de vida e independencia de las personas.
Prevención y cuidado de los pies
Para prevenir las condiciones adversas relacionadas con el mal cuidado de los pies, los expertos de los estudios consultados recomiendan prestar especial atención al tipo de calzado que se utiliza.
Los zapatos cómodos, de forma cuadrada y con un centímetro extra de longitud, son los que se consideran ideales para el uso diario.
También mencionan que es importante cambiar de calzado regularmente cuando se viva en ambientes húmedos que propicien infecciones como el pie de atleta.
Además, aconsejan evitar un aumento acelerado de la masa corporal, ya que esto incrementa la probabilidad de padecer problemas podológicos, debido a que son las estructuras que soportan el peso de una persona.
Para aquellos que realizan actividad física sin un entrenamiento adecuado se les advierte sobre lesiones como la tendinitis de Aquiles o la fascitis plantar, que podría generar complicaciones mayores a la larga.
Otros consejos para mantener la salud de los pies y por ende la calidad de vida son los siguientes:
– Evitar caminar descalzo, ya que esto expone los pies a superficies contaminadas que podrían causar infecciones en la piel.
– Usar un zapato cómodo para desplazarse tanto en casa como en la calle u oficina.
– Practicar el lavado diario y el corte frecuente de uñas.
– Cambiar las medias al menos una vez al día.
– Secar completamente los pies después de bañarse.
– No caminar por superficies húmedas ayuda a prevenir infecciones por hongos.
– Realizar revisiones regulares con un podólogo para prevenir cualquier patología.
