• Aunque el fenómeno otaku hoy en día es fuerte en las generaciones más jóvenes, el anime ha estado presente en las infancias de los venezolanos desde los tiempos de Mazinger Z y Candy Candy. Por eso, El Diario explora el crecimiento de esta comunidad, cuyos eventos y convenciones resurgieron a pesar de las crisis económicas

Llegando al parque Los Caobos, en Caracas, una fila de tarantines anuncia un bazar; sin embargo, lejos de artículos navideños o artesanías, se consiguen allí figuras coleccionables, accesorios, y camisas con estampados de personajes animados. A su alrededor, varios jóvenes pasan la tarde entre conversaciones sobre el último capítulo del anime de moda, bailes, e incluso más de uno desfila el disfraz que acaba de confeccionar para su próxima convención.

En Japón, normalmente se usa la palabra otaku para referirse a una persona en extremo apasionada de algo. Bien puede ser de alguna serie, de los autos o de la moda. Pero con la internacionalización de la cultura pop japonesa y su arte gracias al Internet, para Occidente esta palabra ha quedado, de forma casi exclusiva, relegada a aquellos fanáticos de los cómics y la animación japonesa, es decir, del manga y el anime.

Tanta es la popularidad de este fenómeno en la actualidad, que desde hace unos años se comenzó a festejar cada 15 de diciembre el Día Mundial del Otaku. La fecha no tiene una proclamación oficial, y más bien surgió espontáneamente en redes sociales, como una suerte de celebración interna entre los miembros de esta cultura urbana. 

Su origen tampoco es del todo claro. Se dice que ese día, en 1983, se publicó en la revista Manga Burikko un artículo del periodista Akio Nakamori. Allí se usó por primera vez la palabra otaku para referirse a los fanáticos del anime y manga, que ya para la época eran un fenómeno bastante extendido en grandes urbes como Tokio. Aunque Nakamori usó el término de forma despectiva, con el tiempo fue adoptado por los propios otakus, quienes lo convirtieron en un signo de su identidad.

En Venezuela, aunque la cultura otaku ha estado presente desde los años 2000 e incluso finales de los noventa, a partir de 2010 tuvo su auge, principalmente entre adolescentes y adultos jóvenes. Generaciones que, en medio de la crisis económica y humanitaria venezolana, encontraron especialmente en el anime una forma de entretenimiento accesible, además de un refugio de la realidad del país.

Historias empáticas

Día Mundial Otaku: una cultura que crece en Venezuela a pesar de las adversidades
Un manga, tipo de cómic japonés que se lee de derecha a izquierda. Foto: Cortesía

Mariana Espinoza tiene 22 años de edad y estudia Comunicación Social en la Universidad Santa María (USM). Cuando era niña, veía con su hermano mayor animes como Naruto y Dragon Ball Z, del cual tenían una colección de varios dvd. Sin embargo, no fue sino hasta la adolescencia que reconoció su gusto por ese tipo de series y comenzó a describirse como otaku.

En entrevista para El Diario, afirma que su anime favorito es Fullmetal Alchemist: Brotherhood. La historia de dos hermanos que buscan la piedra filosofal para recuperar sus vidas después de un ritual fallido la conmovió cuando tenía 14 años de edad, y desde entonces ha seguido viendo más historias con las que pueda conectar.

“Ese tipo de historias me atrapan, me inspiran y me llenan de dudas. Una de las cosas por las que continuo, es porque necesito saber como concluye. Además, empatizo con el protagonista”, declara. 

Por eso se interesó en géneros como el shonen, historias de acción y pelea, donde se resaltan valores como la valentía y el compañerismo; y el seinen, con tramas más adultas y complejas psicológicamente. Agrega que animes como Your Lie in April y mangas como Berserk la atraparon justamente por la calidad de sus historias y la humanidad de sus personajes.

Eventos

Día Mundial Otaku: una cultura que crece en Venezuela a pesar de las adversidades
Foto: Cortesía Caracas Comic Con

Espinoza comenzó a asistir a eventos con temática de anime desde que tenía alrededor de 15 años de edad. Aunque procura acudir con frecuencia, reconoce que este año solo pudo asistir a tres por razones económicas. Principalmente a convenciones gratuitas como el My Hero Chibi Fest, que se realizó el 13 de mayo en el centro comercial Centro Plaza.

Desde 2019 los bazares y eventos para otakus comenzaron un auge en Caracas. Algunos suelen ser itinerantes, en espacios como el centro comercial Caracas Mall (antiguo Bicentenario de Plaza Venezuela), el Banco del Libro o el Museo del Transporte. Otros, como el del parque Los Caobos y la plaza de los Museos, en Bellas Artes, se realizan periódicamente los fines de semana. 

Generalmente estos eventos suelen funcionar como mercados donde se puede conseguir todo tipo de mercancía de animes y mangas populares. También cuentan con shows musicales, presentaciones de baile y concursos. Aunque algunos son modestos, otros como la Anime Experience, que tuvo lugar en febrero en el centro comercial Líder, llegan a ser convenciones para públicos masivos, con espectáculos producidos y artistas internacionales invitados. Muchos de ellos tienen ya varios años realizándose, como la Otaku Brotherhood o la Caracas Comic Con.

Resurgimiento

Día Mundial Otaku: una cultura que crece en Venezuela a pesar de las adversidades
Foto: Cortesía

Daniela Paolillo es la directora de la Caracas Comic Con, uno de los eventos de mayor trayectoria en la capital. En entrevista para El Diario, reseña que los primeros eventos de ese tipo se comenzaron a hacer en Venezuela a principios de los años 2000, un poco tarde para el promedio de Latinoamérica, entre entusiastas que se organizaban a través de foros en Internet. 

Aunque en su momento llegaron a realizarse algunos de gran envergadura como la Avalancha, eventualmente fueron desapareciendo debido a la crisis económica y otros factores como mala administración o la pandemia de covid-19. No obstante, aunque señala que desde 2021 surgieron varios bazares y pequeños eventos, todavía faltaba en la ciudad una convención grande como las de antaño. De allí que decidieron crear la Anime XP, como una rama de la Comic Con especializada en el mercado otaku.

“En la Caracas Comic Con siempre tratamos de incluir varios temas de la cultura geek junto al anime, como los cómics, las series, películas, etc. Pero vimos que nos quedamos solos en la ciudad, y estaba este nicho sin atender, fue por eso que decidimos crear la Anime Experience para realizar un evento dedicado totalmente al anime y a la cultura asiática”, afirma.

Cosplay

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Imagen referencial de la Caracas Comic Con de 2022. Foto: Cortesía Alfonso Calatrava/El Pitazo

Si bien el término otaku principalmente se usa para referirse a los fans del manga y anime, en otros casos se extiende también a la gente que hace cosplay. El término viene de costume play, que significa “interpretar disfrazado”. Es toda una subcultura basada en el rol, donde sus practicantes se visten y actúan como sus personajes de ficción favoritos. Aunque puede abarcar distintos géneros como cómics, videojuegos, series y películas, también ha encontrado una fuerte inspiración en los diseños japoneses.

Victoria Ochoa tiene 28 años de edad y es bióloga egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV). En entrevista para El Diario, cuenta que su primer acercamiento al mundo del anime fue a los 7 años, viendo series como Pokémon y Sakura Cardcaptor. De esta última también leyó su primer manga, y quedó prendada hasta la actualidad, siendo fan de obras como Jojo ‘s Bizarre Adventure, Hunter x Hunter y Attack on Titan.

“Sí me gustan mucho los cómics (occidentales) también, pero en el caso del anime creo que las animaciones, los trazos limpios y los paisajes de algunas son una locura. Las películas del Studio Ghibli o la cinta Your Name me parecen un gran ejemplo de animación. Además que suelen tener historias, por lo menos en el shonen, de mucho compañerismo y superación”, dice.

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Un cosplayer en la Caracas Comic Con 2022. Foto: Cortesía Alfonso Calatrava/El Pitazo

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Precisamente por Pokémon se inició en el cosplay en 2013. Convencida por una amiga, fue para una edición de la Comic Con vestida con un atuendo que evocaba al pokemon Togepi, mientras su amiga iba como su entrenadora. “Veía a los otros cosplayers y fueron de gran inspiración  para decidir empezar a expresar este hermoso arte, donde expresas el amor por tus personajes favoritos personificándolos”, agrega.

Ochoa se propuso ir a la mayor cantidad de eventos posible disfrazada. Con el tiempo fue perfeccionando sus habilidades para el maquillaje y la costura, con el fin de interpretar a personajes cada vez más complejos. No solo de anime, sino también de videojuegos como League of Legends, o incluso de princesas de Disney.

Cada traje supone una gran inversión en tela, maquillaje y accesorios, aunque ha aprendido a administrar sus gastos. “Sí es costoso, pero para eso uno hace como un plan con tiempo, y el proceso vivirlo poco a poco, para que los golpes económicos no sean tan rudos”, aporta.

Para todas las edades

Día Mundial Otaku: una cultura que crece en Venezuela a pesar de las adversidades
Foto: Cortesía Movilnet-e

Aunque pudiera parecer que el anime es un fenómeno que llegó recientemente con el auge de Internet y las redes sociales, la verdad no es así. En la década de los setenta, series japonesas como Heidi, Mazinger Z o Candy Candy gozaron de una gran popularidad, llegando años después a la televisión occidental. 

Lo mismo ocurrió en los ochenta con otros animes de acción como Caballeros del Zodiaco, Dragon Ball Z, o Capitán Tsubasa (Supercampeones), que se convirtieron en iconos culturales entre los niños de la época, sobre todo entre finales de esa década y principios de los noventa, cuando llegaron a la televisión latinoamericana. Igualmente, comenzando el nuevo milenio, la saga de videojuegos de Pokémon, junto a su respectiva animación, fueron todo un fenómeno mundial. 

Aunque no había aún conciencia de que se trataban de animes, ya estaban presentes en las infancias de varias generaciones. Por eso Paolillo resalta que si bien el perfil habitual de los asistentes a la Comic Con es el de adultos de entre 24 y 34 años de edad, también hay personas mucho mayores que asisten a estos eventos para reconectarse con las series que marcaron su infancia. 

“Una vez que te atrapa la fiebre del anime, nunca te suelta. La conexión emocional de estos fans con estas historias y personajes es un lazo muy fuerte. Lo bueno es que vivimos en una época donde podemos tener una estatua de Gokú en nuestro escritorio de trabajo, y ya no es juzgado como algo infantil”, comenta.

Estigmatización

Día Mundial Otaku: una cultura que crece en Venezuela a pesar de las adversidades
Otaku caminando por una calle de Japón. Foto: Cortesía

Ochoa tiene más de una década asistiendo a convenciones, muchas de ellas disfrazada, y asegura que jamás ha tenido problemas de ningún tipo. “Es un ambiente seguro y lleno de buenas vibras. La comunidad siempre demuestra cariño por la cultura y siempre es muy lindo conocer a otros cosplayers tan talentosos. Cada evento al que voy tiene su magia”, asevera.

Una opinión similar tiene Espinoza, quien si bien reconoce que sus compañeros pueden mostrar un entusiasmo excesivo en ocasiones, siempre se ha sentido cómoda en los eventos. No obstante, sabe que las actitudes de algunos otakus son incomprendidas, lo que los vuelve objeto de burlas y comentarios negativos. Este ha sido un problema que la comunidad ha cargado desde sus inicios, pues los otakus ya eran mal vistos por los japoneses en los tiempos del artículo de Nakamori.

“Yo creo que ya esto es algo muy normal, y a quien le parezca raro está un poco desfasado con lo que está de moda en la actualidad. Entre los jóvenes de hoy en día, el raro sería el que no ve anime. Hace 10 años sí podrían sufrir mucho bullying, pero te apuesto a que esos que se burlaban en ese entonces ven anime actualmente”, agrega Paolillo al respecto.

A pesar de que hoy en día está más normalizado el ver anime, Ochoa lamenta que todavía persistan las burlas hacia los otakus y las considera injustificadas. Indica que, en el caso de la sociedad venezolana, todavía falta aprender sobre el valor artístico detrás de estas expresiones, así como el respeto por los gustos ajenos. 

“Hay que tener empatía con las personas y sus gustos. También conocer desde adentro, pues conozco muchísimos cosplayers que se encuentran dentro del espectro autista, que son super talentosos, por lo que hay que tener respeto”, sentencia.

Choque cultural

Día Mundial Otaku: una cultura que crece en Venezuela a pesar de las adversidades
Foto: Cortesía

Otra crítica que recibe el anime es que suele ser percibido como algo infantil por tratarse de animación, por lo que sus fanáticos suelen ser tildados de inmaduros. Esto sumado al choque que para algunos supone entender ciertas expresiones o elementos que representan a una cultura tan diametralmente distinta como la japonesa.

“Eso es algo en lo que he trabajado con mi familia. Al principio era ‘tú y tus muñequitos’, pero mi mamá se puso a ver Shingeki No Kyojin (Attack on Titan) conmigo y le encantó. Luego vio Jojo’s y se dio cuenta que son muy buenas historias. También cuando muestro las fotos y el arte de cosplay, hoy en día mis tíos y mi mamá me ayudan a customizar pelucas y hacer vestuario”, dice Ochoa.

Paolillo admite que dentro del anime y el manga existen algunas corrientes que pueden ser incómodas o chocantes para el espectador, sobre todo en géneros para adultos. También muestran algunos temas que no son bien vistos en Occidente, pero que más que el anime en sí, reflejan los propios problemas socioculturales de Japón. En todo caso, aconseja a los padres estar presentes y supervisar el tipo de contenido que consumen sus hijos, y no dejarlos solos cuando naveguen por Internet.

“Hay algunos temas japoneses que considero que no son tan buenos, como el machismo, la objetificación o hipersexualización de la mujer en algunas series. Pero creo que hay que resaltar los valores buenos que nos dejan estas historias, como la valentía y la amistad, y sobre todo promover la tolerancia y el respeto. La vida es muy corta para gastarla denigrando los gustos de otros”, destaca.

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