• Para las elecciones presidenciales de 1993, se postularon dos candidatas: Rhona Ottolina, hija de Renny Ottolina; y Carmen de González, del partido perezjimenista Cruzada Cívica Nacionalista. Ninguna pasó del 1 % en la votación, pero dejaron como precedente la normalización de postulaciones femeninas en el tarjetón electoral

Existen caminos que, una vez abiertos, no vuelven a cerrarse jamás. Ismenia de Villalba hizo historia en 1988 al convertirse en la primera mujer en competir en unas elecciones presidenciales en Venezuela. Y desde entonces, como un río imposible de detener, en la mayoría de las elecciones de este tipo que ha vivido el país ha tenido al menos una candidata en las boletas. 

En aquellos comicios en los que Villalba apenas obtuvo el 0,84 % de los votos, quedando en quinto lugar, el ganador fue Carlos Andrés Pérez, de Acción Democrática (AD). Sin embargo, el segundo gobierno del “hombre que camina” terminó de forma abrupta el 21 de mayo de 1993, cuando fue separado de la presidencia por el Congreso durante un juicio político. Como la destitución ocurrió meses antes de terminar su periodo constitucional, el continuó bajo los gobiernos interinos de Octavio Lepage y Ramón J. Velásquez, mientras se organizaban las elecciones presidenciales de diciembre de ese año.

Fueron unos comicios que marcaron una ruptura en el status quo de la política venezolana. Por un lado, AD y Copei, los partidos tradicionales, sufrían una crisis de popularidad sin precedentes, por lo que nuevas fuerzas políticas se perfilaban entre las preferencias de los votantes. Igualmente, siguiendo el ejemplo de Ismenia, dos mujeres decidieron postularse: Rhona Ottolina y Carmen de González. Mientras el país comenzaba a coquetear con una izquierda representada en partidos como Movimiento al Socialismo (MAS) o La Causa R, ambas fueron pioneras en girar hacia propuestas liberales y conservadores, algunas incluso rozando la ultraderecha. 

Rhona Ottolina

Mujeres en la política venezolana: las candidatas del 93
Foto: cortesía

Nació en Miami, Estados Unidos, el 15 de septiembre de 1955. Era la segunda hija del emblemático locutor y presentador de televisión venezolano Renny Ottolina, de quien heredó no solo su elocuencia, sino también su pasión por la política. No tuvo una infancia tranquila. El 19 de noviembre de 1969, Rhona y su hermana mayor, Rina, se dirigían a la escuela con su chofer cuando fueron interceptados por hombres armados en la vía. Los secuestradores eran miembros de la guerrilla comunista Fuerza Armada de Liberación Nacional (FALN).

Los captores se comunicaron con Renny y exigieron 400.000 bolívares, equivalentes a 93.000 dólares en su época. El animador los pagó sin acudir a la policía, arriesgando su vida al ir solo a una zona boscosa de Guarenas (estado Miranda). En 12 horas Rina y Rhona fueron liberadas, en lo que fue uno de los secuestros más mediáticos de su tiempo. Seis integrantes de la FALN fueron detenidos por el hecho, aunque se señaló como autores intelectuales a guerrilleros como Fernando Soto Rojas, Carlos Lanz y Jorge Rodríguez (padre). Los detenidos solo pagaron dos años de prisión, siendo una de las razones del desencanto de Renny con el denominado puntofijismo.

A los 19 años de edad, Rhona sufrió un accidente en una piscina que afectó su médula espinal y la dejó en silla de ruedas gran parte de su vida. Cuatro años después, el 16 de marzo de 1978, su padre, quien ya había manifestado su intención de incursionar en la política postulándose en las elecciones presidenciales de ese año, murió cuando la avioneta en la que viajaba con su equipo de campaña se estrelló contra el Ávila

En la carrera

En 1977, Rhona ayudó a su padre a fundar el partido Movimiento de Integridad Nacional (MIN). Tras la muerte de Renny, la presidencia de la organización quedó bajo control de su secretario, Gonzalo Pérez Hernandez. Durante años Rhona sostuvo una pugna interna dentro del partido contra Pérez Hernandez, quien fue ratificado como presidente de la tolda en 1983, además de ser su candidato presidencial. 

El punto de quiebre llegó en 1988, cuando traicionando los principios de su padre, el MIN apoyó en las elecciones a Eduardo Fernández, de Copei. Fue entonces cuando Rhona abandonó su dirigencia. 

Como independiente, Ottolina fundó en 1988 el partido Fórmula 1. El nombre era un homenaje a su padre, fanático del automovilismo, y recuperaba sus ideas fundamentales: un capitalismo de libre mercado, un sistema político con democracia directa y la meritocracia como pilar en la administración pública. Con ello, logró convertirse en diputada del Congreso en las elecciones parlamentarias de ese año.

Nacionalista

Mujeres en la política venezolana: las candidatas del 93
Fragmento del tarjetón electoral de las presidenciales de 1993. Foto: cortesía

Para las elecciones presidenciales de 1993, Ottolina decidió competir, apoyada por su Fórmula 1. Sin embargo, hubo otra mujer cuyo nombre apareció en las listas de ese año: Carmen Rodríguez de González. Actualmente no se encuentran fácilmente datos sobre ella, su vida personal o trayectoria política. No obstante, su candidatura fue el reflejo no solo de un efecto precipicio de cristal, sino del fallido resurgimiento de un movimiento de ultraderecha en Venezuela.

Cruzada Cívica Nacionalista (CCN) fue un partido fundado en 1963 por Rómulo Moncada y antiguos seguidores de Marcos Pérez Jiménez. De hecho, la organización abrazaba los preceptos del Nuevo Ideal Nacional y logró en 1968 que el exdictador resultara electo como senador, aunque esto luego fue anulado por la Corte Suprema de Justicia. 

En un principio CCN logró una reducida representación en el Congreso, aunque con los años se fue diluyendo hasta prácticamente desaparecer del mapa político. En 1988 intentó resurgir para las elecciones presidenciales de ese año, pero su candidato, el militar retirado Luis Hernández Campos apenas logró 2.553 votos (0,03 %).

En una nota de 1993 del periódico colombiano El Tiempo, se señaló, con algo de ironía, cómo Rodríguez de González creía que su partido sería capaz de recuperarse tras 25 años de inactividad solo con la nostalgia por el legado arquitectónico del gobierno de Pérez Jiménez. Aun así, también planteaba un programa de gobierno basada en la seguridad, reformas de salud y educación y, paradójicamente, el fortalecimiento de la descentralización.

Resultados

El 5 de diciembre de 1993, Rafael Caldera fue elegido presidente con el 30,46 % de los votos, superando a Claudio Fermín, de AD. A pesar de haber sido por décadas el rostro de Copei y el bipartidismo, Caldera se había desligado a último momento de su partido para fundar Convergencia y aliarse con otras toldas como el MAS y el Partido Comunista (PCV) en lo que se conoció como “el chiripero”. A pesar de su descontento con la política tradicional, el país seguía adoptando sus formas. 

Rhona Ottolina obtuvo en esos comicios 3.633 votos (0,06 %). Su partido se disolvió poco después y regresó a Estados Unidos, donde falleció el 30 de junio de 2017, a los 62 años de edad, de cáncer de estómago. El MIN, que fundó junto a su padre, entró en un limbo legal tras la muerte de Gonzalo Pérez Hernández en 2010. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) lo intervino en 2015, y pasó drásticamente a ser aliado del gobierno de Nicolás Maduro.

Por su parte, Carmen Rodríguez de González apenas tuvo 866 votos (0,02 %). Esto terminó de enterrar las aspiraciones de recuperación de Cruzada Cívica Nacionalista. El partido perezjimenista tuvo un breve regreso en 2005, ahora como partido regional en Caracas, con Rodríguez de González como secretaria general. Junto a otros partidos como Opina y Movimiento Republicano intentaron postular un candidato para las elecciones parlamentarias de 2005 en el circuito de Distrito Capital, pero solo obtuvieron 0,13 % de votos en total.

Este artículo fue hecho como parte de las Mentorías Editoriales del Semillero Violeta de la Red de Periodistas Venezolanas

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