• El índice S&P 500, el más representativo del mercado, cayó un 22,18 % respecto a su último pico, mientras que Nasdaq experimentó su mayor colapso en meses. Esto debido al aumento de la inflación en Estados Unidos, y al temor de los inversionistas ante una posible recesión económica

El valor de las acciones en Wall Street amaneció en picada este 13 de junio. El índice bursátil compuesto de Nasdaq cayó un 4,7 %, cerrando con su nivel más bajo desde septiembre de 2020 con 10.809,23 puntos. Por su parte el S&P 500, considerado uno de los más fiables de la situación del mercado, mostró una baja de 3,9 %, cerrando con 3.749,81.

Con este resultado, muchos expertos e inversionistas declararon que S&P 500 entró formalmente en el mercado de contracción, o también conocido en la jerga financiera como Bear Market. De acuerdo con el portal Investopedia, este término se usa para describir cuando el precio de los valores en la bolsa se contrae un 20 % o más respecto a su último récord durante un periodo de tiempo sostenido.

En el caso del S&P 500, su último pico fue a mediados de enero de 2022, cuando alcanzó un máximo de 4.818,62 puntos, lo que representa una baja de 22,18 %. El portal mexicano Expansión señala que ya en mayo el marcado había mostrado una tendencia bajista que fue contenida por las medidas de Wall Street para intentar remontar los índices. No obstante, con el anuncio del nuevo techo de la inflación en Estados Unidos, la caída fue más grande de lo previsto, superando los pronósticos de los analistas que esperaban un cierre cercano a los 3.800 puntos.

¿Qué es el Bear Market?

El precio de las acciones de una compañía es el reflejo de su desempeño. Mientras más ganancias y proyecciones de crecimiento tenga, más confianza habrá por parte de los inversionistas dispuestos a comprar parte de su capital. De este modo, indicadores como el S&P 500 utilizan como referencia el valor de las 500 empresas más grandes que cotizan en la Bolsa de Valores de Nueva York y la Nasdaq para pulsar el mercado estadounidense, ya que representan el 80 % de su capitalización. En pocas palabras, la buena salud del mercado depende del desempeño de sus empresas más cotizadas.

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Este comportamiento de manada también puede hacer que ante un factor externo de alerta, los inversionistas se retraigan y comiencen a vender sus acciones. Esto muchas veces puede generar un efecto bola de nieve, afectando a todo el mercado. Así, cuando los indicadores muestran una caída sostenida, generalmente en un lapso de 60 días, se comienza hablar de un mercado bajista, o Bear Market

Aunque el principal indicador es que las cotizaciones sean 20 % menores a las de su último máximo, también es algo que se puede apreciar por el entorno. Cuando ocurre, los inversionistas pierden la confianza en sus acciones, con momentos de pánico en los que hacen grandes ventas que deprecian su valor. También volviéndose menos dinámicos, apostando a inversiones seguras y sin tomar riesgos al especular. Por este motivo, los Bear Market suelen prolongarse en el tiempo o ser cíclicos, hasta introducir un factor que recupere sus expectativas del futuro.

Economía débil

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Foto: Cortesía

Los mercados de contracción suelen aparecer con cierta frecuencia en la historia, principalmente como síntomas de recesión económica. Un ejemplo es el famoso “Crack de 1929”, cuando la Bolsa de Valores de Nueva York se desplomó. Esto devino luego en el periodo conocido como “la Gran Depresión”.

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La firma Bespoke Investment Group, citada por Expansión, señala que desde la Segunda Guerra Mundial han ocurrido al menos 14 Bear Markets en Estados Unidos. Al menos la mitad de ellos han antecedido crisis económicas. Otro ejemplo es la Gran Recesión del año 2008, y que afectó a los mercados mundiales. En Estados Unidos se tradujo en la explosión de la burbuja inmobiliaria y la quiebra de bancos como Lehman Brothers. Esto a su vez produjo una crisis de créditos e hipotecas que afectó el poder adquisitivo de la población y causó muchos despidos masivos. En Europa, golpeó especialmente a países como España, Grecia y Portugal, que tardaron años en superar sus grandes deudas.

De acuerdo con Investopedia, las causas de un Bear Market son variadas. Generalmente factores externos como la intervención del Estado, guerras y conflictos que afectan el precio de las materias primas suelen desestabilizar los mercados. Un ejemplo es la invasión de Estados Unidos a Irak, que subió el precio del petróleo y, junto a otros fallos en las regulaciones económicas, provocaron la recesión de 2008. Otras causas pueden ser la explosión de burbujas financieras, cambios de paradigma o simplemente la desaceleración de una economía debilitada.

La pandemia de covid-19 fue la causante de la caída más reciente del mercado, ocurrida entre febrero y abril de 2020. En ese momento Wall Street experimentó su mayor caída porcentual desde 1987, de 17 % en un solo día. La recuperación fue lenta y llena de tropiezos, pero con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca en 2021, la situación parecía haberse recuperado. No obstante, la situación de los mercados seguía siendo volátil, y con la explosión de la invasión rusa a Ucrania, los temores de otro colapso se intensificaron.

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Caída masiva

El principal indicador de Wall Street registró su peor caída desde 2020: ¿a qué se debe?
Economistas trabajan en la Bolsa de Nueva York. Foto: EFE/EPA/Justin Lane

El 10 de junio de 2022, la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos elaboró un informe con su índice de precios al consumo (IPC). Este mostró una variación anual de 8,6 % para mayo, y de 1,1 % respecto a abril. Este incremento sitúa la inflación anual estadounidense actualmente en 4,8 %, la más alta desde 1982. 

La publicación de esta cifra el viernes bastó para que el lunes 13 estallaran todas las preocupaciones contenidas en las últimas tres semanas. Apenas 10 de las compañías que componen el S&P 500 lograron mantener números verdes, e incluso sectores que eran considerados como inversiones seguras, como los gigantes tecnológicos, reportaron pérdidas. Netflix, Tesla y Nvidia cayeron más del 6 %, mientras que Boeing  redujo hasta 9 % el valor de sus acciones. 

Sobre las causas de que la inflación se disparara en Estados Unidos, el portal Los Ángeles Times apunta a una razón: exceso de demanda. Durante la pandemia, la mayoría de negocios cerró o redujo su capacidad, aunque tras el éxito de la vacunación el retorno a la normalidad, las empresas fueron sorprendidas por una gran ola de consumo para la cual no estaban preparados. La demanda de personal y materias primas provocó congestionamientos en puertos, los cuales todavía contaban con capacidad limitada y esto estancó la productividad del país. Las complicaciones para acceder a materias y complicaciones en la cadena de suministro subiendo el precio final de los productos. A esto se suma la subida del precio del petróleo, que encarece el costo de la energía y la gasolina, y por ende, del transporte.

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Preparados para el golpe

Mientras la bolsa cae, las autoridades de la Reserva Federal de Estados Unidos preparan una reunión esta semana para discutir las medidas a tomar para controlar la inflación. Se espera que se anuncie un incremento de las tasas de interés para desacelerar el ritmo de la economía y frenar la demanda. Sería la tercera ocasión que se aumentan las tasas este año, pero algunos analistas proyectan que esta vez sería más drástico, de hasta 0,75 %.

A pesar de este esfuerzo, desde Washington también hay temores de pisar a fondo el freno y que esta desaceleración conduzca precisamente a una nueva recesión. Desde Wall Street, los inversionistas se mantienen en la incertidumbre sobre qué tan fuertes serán las medidas contra la inflación y cómo afectará a las empresas. Esto, en gran parte, contribuye al clima de paranoia que reina en los mercados. 

Incluso fuera de sus fronteras, las bolsas de Asia y Europa comienzan a resentir el impacto, mientras el mercado de criptomonedas experimentó su propio colapso con la caída del valor del bitcoin, en un fenómeno parecido a la crisis de 2020.

Expertos coinciden en que no es fácil salir del Bear Market, pues depende de su tipo. Un mercado bajista cíclico puede durar algunas semanas o meses, mientras que uno secular puede tomar hasta una década volver a generar ganancias. En 2008, la contracción apenas duró unos meses; sin embargo, en 2009 recayó con mayor intensidad, tardando varios años en salir. También influye la magnitud del factor que alteró el mercado, y por eso los analistas consideran que las próximas semanas serán claves para ver cómo se comporta el mercado y si hay señales de recuperación.

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