• El proceso cognitivo, el lenguaje y el comportamiento son algunas de las áreas perjudicadas cuando no hay una maduración adecuada del sistema nervioso

Una de las etapas más sensibles del desarrollo ocurre entre la mitad de la gestación y los dos primeros años de edad. La mala nutrición de la madre y posteriormente del bebé pueden ocasionar consecuencias físicas como no llegar a una altura y peso adecuados, pero también a problemas menos visibles como afectaciones en el neurodesarrollo. 

La buena nutrición que respalda el desarrollo del niño implica cumplir con la demanda calórica correspondiente para la edad, pero también en suministrar la cantidad adecuada de proteínas, grasas y otros nutrientes necesarios. 

Una de las consecuencias de que esta demanda no se cumpla satisfactoriamente es que el encéfalo (compuesto por el cerebro, tronco del encéfalo y cerebelo) no llegue a un peso deseado. Asimismo, una mala nutrición disminuye el crecimiento de las dendritas que son las partes de las neuronas que reciben los impulsos nerviosos. 

También se reduce la mielinización, que es la formación de la vaina de mielina que protege las células nerviosas. 

El neurólogo y psiquiatra Enrique De Rosa explicó en un artículo para Infobae que las etapas del desarrollo necesitan de estructuras encefálicas maduras, mielinizadas y desarrolladas para poder cumplir sus funciones. Sin esa buena nutrición se ven afectados el comportamiento, la cognición y el lenguaje principalmente. 

¿Cómo afecta la malnutrición el neurodesarrollo de niños pequeños?
Foto referencial

Algunas consecuencias que se pueden identificar 

Con respecto a las afectaciones en el comportamiento por deficiencias en el neurodesarrollo se pueden identificar conductas como la falta de empatía, dificultades para respetar o entender los límites y la poca tolerancia a la frustración. 

El lenguaje hablado puede presentar retrasos e, incluso, el niño podría presentar problemas para comunicarse por otros medios. Lo mismo ocurre con los procesos cognitivos, para un niño con antecedentes de malnutrición podría ser más difícil acoplarse a un sistema educativo básico sin el apoyo de educadores especiales. 

El neurólogo De Rosa señaló que la mala nutrición es un problema que está afectando ampliamente a Latinoamérica, especialmente a países con economías en deterioro y en los que la pobreza se extiende a un grupo más amplio de la población. 

Alertó que estas generaciones que crecerán marcadas por la malnutrición y un retraso en su neurodesarrollo tendrán consecuencias que afectarán el resto de su vida. 

¿Cómo afecta la malnutrición el neurodesarrollo de niños pequeños?
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La salud mental también se ve afectada 

El especialista argumentó que la mala alimentación deja un efecto negativo y duradero en la salud mental, aumentando la posibilidad del desarrollo de trastornos depresivos, de ansiedad y otras afecciones similares.

Advirtió que permitir que una sociedad ya expuesta a la pobreza vea un deterioro en su salud mental es un círculo vicioso que lleva a más precariedad. 

Agregó que esta situación en la región se debe abordar desde un punto de vista preventivo que tome en cuenta la posibilidad de mejorar la nutrición de los niños que están en sus primeras etapas de desarrollo. 

Asimismo, considera que no se debe olvidar la atención de aquellas personas que ya están afectadas por trastornos mentales para que puedan incorporarse a la sociedad y a la economía. 

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