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- Un estudio epidemiológico de la Universidad Europea (España) explicó el impacto que producen los cambios estacionales en el cuerpo humano
Los efectos de la alergia pueden agravarse significativamente durante épocas de intenso calor, lo que representa un desafío adicional para quienes padecen esta condición. Cuando las temperaturas aumentan, ciertos factores ambientales y biológicos pueden intensificar las reacciones alérgicas en individuos sensibles.
Las alergias estacionales, como el polen y el moho, suelen ser más prevalentes en esas épocas del año, lo que conduce a una mayor incidencia de síntomas alérgicos en la población afectada.
Patricia Guillén, experta en salud pública y epidemiología de la Universidad Europea, España, explicó que debido a las altas temperaturas, hay mayor condensación de la atmósfera, lo que da lugar a la proliferación de los alérgenos.
“El incremento de las alergias guarda una relación clara también con la temperatura y, en este caso, con el calentamiento global y el cambio climático”, declaró Guillén en entrevista a Europa Press.
La especialista aseveró que la incidencia de la alergia también puede variar de acuerdo con la zona geográfica y depende de factores como lugares más secos o más húmedos.
“El ambiente con un calor más seco que con un calor de tipo húmedo, potencia más las alergias”, explicó la investigadora.
Guillén manifestó que el hábitat natural incide en las alergias en tiempos de calor, debido a que las plantas tienen ciclos de vidas particulares que se activan por las condiciones climáticas.
¿Cuáles son los tipos de alérgenos más conocidos?
-Polen: el polen de plantas y árboles es un alérgeno común, especialmente durante la temporada de primavera y verano. Puede provocar síntomas de rinitis alérgica y asma en personas sensibles.
-Ácaros del polvo: son pequeños arácnidos que se encuentran en el polvo doméstico, principalmente en colchones, almohadas, tapetes y muebles tapizados. Las alergias a los ácaros del polvo son una causa frecuente de alergias en interiores.
-Moho: las esporas de moho se encuentran en lugares húmedos y con poca ventilación, como baños y sótanos. La inhalación de esporas de moho puede desencadenar alergias respiratorias.
-Caspa de mascotas: las proteínas en la piel, saliva y orina de mascotas como perros y gatos pueden causar alergias en personas sensibles.
-Insectos: las picaduras o mordeduras de insectos como abejas, avispas, mosquitos y pulgas pueden provocar reacciones alérgicas en algunas personas.
-Alimentos: algunos alimentos como nueces, mariscos, huevos, leche, trigo y soja, pueden desencadenar alergias alimentarias en ciertas personas.
-Medicamentos: algunos medicamentos como la penicilina y otros antibióticos, así como ciertos analgésicos, pueden causar reacciones alérgicas en algunas personas.
-Látex: es un material utilizado en guantes, condones y productos médicos. Algunas personas pueden ser alérgicas a las proteínas del látex.
El impacto de la alergia en el cambio climático
Una investigación publicada en la revista británica The Lancet Planetary Health estudió la relación entre el cambio climático y las alergias estacionales.
En el análisis presentado en 2019, los investigadores encontraron que el aumento de las temperaturas y los niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera pueden prolongar la temporada de polinización de las plantas, lo que resulta en un aumento de la exposición al polen y, potencialmente, en un aumento de las alergias estacionales.
Por otro lado, una investigación de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, analizó cómo el aumento de las temperaturas debido al cambio climático podría afectar la liberación de esporas de moho.
Los resultados mostraron que en condiciones más cálidas, los mohos liberan más esporas, lo que podría agravar los síntomas de alergia respiratoria en personas sensibles.
